
LAS VANGUARDIAS
Durante el primer tercio del siglo XX se produce en Europa una auténtica explosión creativa, de la cual se generan multitud de movimientos estéticos que se suceden y entrecruzan en pocos años y en un ritmo vertiginoso. Son las llamadas Vanguardias entre las que destacan el: Futurismo, el Cubismo, el Expresionismo, el dadaísmo, el surrealismo, que se caracterizan por su afán experimental y por su voluntad de romper con todo lo anterior. Las vanguardias no forman un sistema coherente, sino que son movimientos muy diversos e incluso contradictorios y opuestos.
En España el iniciador de las vanguardias fue Ramón Gómez de la Serna. Escribió novelas, obras de teatro, ensayos, pero su fama se debe fundamentalmente a sus “greguerías”, composiciones de una sola frase que combinan la metáfora, el humor y la agudeza conceptual, y que revelan una peculiar visión del mundo (el agua se suelta el pelo en las cascadas, la lluvia se puso a teclear en su maquina de escribir)
Aunque el vanguardismo alcanzara su mayor auge con la generación del 37, ya a partir de 1918 comenzaron a desarrollarse las dos vanguardias de origen hispánico: el Creacionismo y el Ultraísmo. El creacionismo fue un movimiento que se originó en Chile y cuyo creador fue Vicente Huidobro que pretende “crear” poemas como objetos nuevos e independientes de la realidad. De este modo el poema no refleja el mundo real, sino que se convierte en otra realidad, creada por el poeta en el que se considera un “pequeño Dios”. Para llevar a cabo este programa el poeta deberá buscar nuevos recursos expresivos rompiendo con las técnicas heredadas de la tradición.
El ultraísmo integra las vanguardias de aquellos años. Su mismo nombre sugiere el deseo de “ir mas allá” para formar una nueva estética. Entre sus postulados están la primacía de la metáfora, la consideración del arte como un juego, la supresión de los signos de puntuación, el gusto por una disposición tipográfica especial cuyo objetivo es el de crear “poetas visuales”. Su principal promotor fue Guillermo de la Torre, autor de la obra Hélices.
Las vanguardias más abundantes en manifiestos, planteamientos teóricos e intenciones que en creación artística, propiciaron un clima literario de renovación y prepararon el camino para que se desarrollasen las grandes obras de los poetas del 27.
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