jueves, 22 de junio de 2023

PREMIO CERVANTES 2022. Rafael Cadenas

 PREMIO CERVANTES 2022.

Rafael Cadenas, premio Cervantes 2022: “Ojalá los soldados solo se ocuparan del lenguaje”

 El escritor venezolano Rafael Cadenas, Premio Cervantes 2022, en la Biblioteca Nacional, este jueves.

Rafael Cadenas ha entrado caminando lento, con su traje marrón, acribillado por los fotógrafos, ante los que ha permanecido con una expresión de chico tímido. Tiene 93 años, había llegado el día anterior en un vuelo desde Venezuela. No sabía si iba a venir, pero al final vino.

―Gracias por venir a intimidarme ―dice con una leve sonrisa.

Cadenas, poeta, es el ganador del Premio Cervantes de este año, el galardón más importante de las letras hispanas, que le será entregado por los Reyes el lunes en Alcalá de Henares. El quinto poeta consecutivo, después de Ida Vitale, Joan Margarit, Francisco Brines y Cristina Peri Rossi. Este jueves antes del mediodía ha comparecido ante la prensa en la Sala del Patronato de la Biblioteca Nacional, bajo la lámpara historiada, frente a los libros antiguos, bajo la mirada de los retratos de Borbones de otro tiempo.

―Tendrán que acostumbrarse a mis pausas ―advierte.

 

El poeta venezolano Rafael Cadenas.

 

Durante el encuentro, Cadenas ha hablado de cómo la poesía reside dormida en el lenguaje, de su gusto por leer diccionarios, y diccionarios etimológicos, de donde también sale la poesía. Un ejemplo: la palabra atónito significa, etimológicamente, “alcanzado por el rayo”. Hay veces que la poesía es involuntaria, explica el venezolano. Muchas veces la poesía no está en el poema, dice también. Y recuerda la poesía en un título querido: Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar, de María Teresa León.

―Ojalá hoy también se ocupasen de eso los soldados ―comenta.

Probablemente Cadenas no crea merecer un premio tan importante. “Yo, que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es la solución) / (…) / que soy objeto de risa para mí mismo / (…) / que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada / que podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida”, escribe en Derrota, uno de sus poemas más célebres, publicado en 1963, que marcó a toda una generación.

Un poema que fue escrito en un estado depresivo, como una mera acumulación de frases y que, ante la sorpresa de su autor, según ha confesado, ha sido el más publicado y traducido. A pesar de los premios, el Cervantes, el Nacional de las Letras de Venezuela, el FIL de Guadalajara (México), a pesar de la beca Guggenheim que le permitió ir a Harvard en los años 80, Cadenas trascenderá como el poeta de la derrota, también del fracaso (como titula otro de sus grandes poemas), el poeta que no tiene compasión consigo mismo y que concibe la poesía como una forma de dejar puntual testimonio de la vida. Por ejemplo, de sus años de exilio, por motivos políticos, en Trinidad.

―Cuando me comunicaron el premio, pensé que era un delirio de Don Quijote en uno de sus extravíos ―recuerda.

Cadenas reflexiona con los ojos cerrados, hace esas pausas con las que amenazó al comienzo, se le asoma el cansancio, mezcla de los años y el jet lag. ¿No llega tarde el Cervantes? “El premio llegó en mi vejez”, dice, “es preferible recibirlo cuando uno es más joven y está en buenas condiciones físicas para viajar. Por cierto, el aeropuerto de Madrid es inmenso, no lo recordaba tan grande”. Conoce mucho España, al menos había recorrido el país entero en dos ocasiones, con su mujer, Milena González, ya fallecida, a la que menciona con frecuencia. Sus hijos están presentes, acompañándole; su hija Paula vive en Montpellier, Francia.

El fracaso: “Tú no existes. / Has sido inventado por la delirante soberbia. / ¡Cuánto te debo! / Me levantaste a un nuevo rango limpiándome con una esponja áspera”, escribe en el citado poema Fracaso, de 1996. Su poesía publicada en España se condensa en una obra completa en Pre-Textos y una antología en Visor, a cargo de Jesús García Sánchez, el editor también conocido como Chus Visor. “Cadenas busca en la poesía la manera más explícita de expresar la derrota y el desencanto que ofrece la vida y en el que nos desenvolvemos”, escribe el editor en el estudio preliminar. Si algo derrota a Cadenas no es la poesía, como hemos visto, sino la acumulación del tiempo a sus espaldas.

No quiere dar su opinión sobre la situación política en Venezuela. “Prefiero no contestar a esa pregunta”, dice, “porque, como muchos venezolanos, estoy ayuno de información”. Estos días Cadenas, inasequible a los diferentes cansancios, atenderá a eventos y compromisos. Este mismo jueves por la tarde, en el Círculo de Bellas Artes será quien de comienzo a la lectura anual de El Quijote. El lunes recibe el premio, el martes deja su aportación en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, el jueves inaugura una exposición en Alcalá de Henares. Ahora se va a descansar, por la misma puerta por la que entró, acribillado por los mismos fotógrafos.

―Mucha gente piensa que yo no hablo ―dice al final el poeta―, pero me hubiera quedado hablando otro rato.

 

 

 

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A MI HONORABLE PADRE. 19/05/08

A mi honorable padre.

Me encuentro en una situación difícil, pero cómoda. Es como si flotara en el espacio de los recuerdos. Todo sabe a recuerdos, todo son momentos vividos. Si camino, recuerdo; si pienso recuerdo más intensamente; si tomo cerveza, recuerdo instantes que compartimos; si voy a la compra, él siempre está presente. Todo lo que hay a mi alrededor me recuerda a él. Sueño con su presencia. Fue una persona muy importante en mi vida y para mi vida. Le dije millones de veces que lo quería y eso me reconforta sobremanera. Ahí ando, en estos senderos me encuentro. En alguna ocasión, los lagrimales vierten alguna gota de dolor. Sigo viviéndolo mucho más intensamente que cuando me regalaba su presencia.
Fue un hombre bueno, un buen hombre. Íntegro hasta la exageración. Honesto hasta hacer de la honestidad misma su modo de vivir. Paciente como el mejor chacal que espera el movimiento de su presa para capturarla, él para ayudarla. No tenía palabras de más, las que usaba se llenaban de esperanza y de emoción contenida. Lo quise hasta la profundidad del alma compartida y amiga. Tuve poca comunicación con él en los últimos años porque se apagaba su intelecto y, a la vez, su generosidad de coloso humano.Todo huele a él; todo sabe a él; todo suena a él. A él. A él mismo.

Siempre te recordaré, siempre te querré querido papá.

IN MEMORIAM - Tu hijo Josemari.


A MI MADRE

A MI MUSA

¿Y ahora qué? Ya no estás a mi lado.
Tu presencia se deshace tal el hielo
en fuego, se fija como una obsesión
que me llena y me llega y me yaga
en tremendos nubarrones irónicos
que deshacen amapolas de sueño.
Ese sueño sutil y estremecedor
de tu voz, de tu sonrisa,
de tus tranquilizadoras manos,
alentadoras de sueños.
¡Dímelo al oído cuando estés!
Dime que quieres aunque sea un susurro mío,
un agradable abrazo mío, tal vez
un espontáneo beso mío.
¡Dímelo cuando estés!
Dime que el sueño sueña,
dime que el amor ama,
dime que sin llorar lloras,
dime que no podemos hacer nada, ya
dime que me quieres.
¡Dímelo mamá cuando estés!
Te quiero, quise y querré, a morir, planeta de mis sueños.

LA MISIÓN DE EDUCAR

Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca. Hay que medir, pesar, equilibrar... y poner todo en marcha. Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, que ese inexperto barco mientras uno lo trabaja, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hasta islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. Manuela Fernández

PARA MI VIDA, PARA TI.


PARA MI VIDA, PARA TI.

Amor, azucena celestial,
que nada entre espumosas olas,
¿por qué no me dices que me quieres?
¿por qué no colocas tu dulce,
perfume entre caracolas?
Dime amor, huele mi perfume,
ama mi instante, sueña con
tu sombra, con tu recuerdo,
inventa la estrella, ama el infinito
exhala perfumes inquietos
y dormidos silencios de placer.
¿Por qué no me dices que me quieres?
Hambre de mis venas,
Elegíaca amaca,
Luz de mis luces,
Entrada de mis penas,
Novela sin escribir,
Amor de mi vida.
¿Qué quieres que te diga más?
¿Qué? ¿Qué sueñas?

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