5.b. Comente los aspectos
más relevantes de la obra española publicada entre 1940 y 1974 que haya leído
en relación con su contexto histórico y literario.
Nada. Carmen Laforet.
Tras
la guerra civil aparece la necesidad de una nueva estética: la novela del 98
queda muy lejos y Baroja parece agotado, mientras la estética del 14 no
responde a la nueva realidad. Se vuelve, por ello, a la tradición realista
española.
Surgen
nuevos escritores que serán conocidos como la generación del 36, y que desarrollarán,
con un lenguaje diferente y un tono crítico, una novela acorde con la cruda realidad
que el país ha heredado de la guerra. Camilo José Cela publica en el 42 La familia de Pascual Duarte,
creando lo que se ha venido a denominar “tremendismo”, dominado por la crueldad
y acciones violentas y extremas. Carmen
Laforet publica Nada en el 45, mostrando el mundo oscuro y
depresivo de los años de posguerra, al igual que Miguel Delibes con su primera novela, La sombra del ciprés es
alargada, de 1947.
Aparece, por
otro lado, la novela sobre la guerra civil, obras del bando ganador como La
fiel infantería de García Serrano (1943), o escritas en el
exilio, con una fuerte crítica social y compromiso político como, El
laberinto mágico, es el título general de una serie novelística de Max Aub, escrita
entre el 43 y el 68, o La forja de un rebelde de Arturo Barea, trilogía
de corte autobiográfico, publicada en 1951.
En esta
vertiente existencial destaca Carmen Laforet, con Nada,
que ganó el primer Premio Nadal (1944), y que narra las vivencias de Andrea
que acude a Barcelona, para estudiar en la universidad, donde vivirá con su
abuela y otros parientes, en una Barcelona de posguerra, gris e hipócrita, con
una atmósfera de incertidumbre, desesperanza y de crueldad. Ese es el escenario
existencialista, propio del siglo XX, debido a guerras y crisis económicas y es
que las consecuencias de la Guerra Civil están muy presentes en los dos mundos
que encuentra Andrea: la casa familiar
(símbolo de un ambiente moral degradado) y los amigos de la universidad (con la angustiosa experiencia por la
diferencia de recursos económicos), que dejan a la protagonista de Nada
desorientada y en busca de respuestas que nadie podía contestar.
En dos
ocasiones aparece en el libro en forma de respuesta la palabra que da título al
libro, “Nada”. La primera cuando sale a relucir la historia de la tía
Angustias con un señor casado y la segunda cuando se descubre la historia
entre Gloria y su cuñado, el tío Román. Dos momentos de tensión y de
descubrimiento, que se quedan en eso, en “nada”.
La novela está
estructurada en tres partes. La primera comienza con la llegada desde
provincias a Barcelona de Andrea y la presentación del lugar y de la familia,
con lo sucio y el color negro, dibujado en estas primeras páginas. La tía
Angustias tiene gran protagonismo, aunque acaba marchándose a un convento
no sin antes desearle la muerte a su sobrina: “Durante quince días he estado
pidiendo a Dios tu muerte… […] ¡Infeliz! ¡Ya te golpeará la vida, ya te
triturará, ya te aplastará! ¡Hubiera querido matarte cuando pequeña antes de
dejarte crecer así!”. En la segunda parte, conocemos más a fondo el mundo
universitario de Andrea con su amiga Ena, y, en la tercera parte, se
resuelven algunos conflictos planteados que mezclaban ambos mundos y termina,
aunque con la presencia de la muerte y de abandonos, con cierta esperanza para
el futuro.
Nada, aunque con más de 75 años, aborda problemas que hoy día son actuales,
entre ellos, la violencia de género
(a lo largo del relato existen duros fragmentos en los que Juan, uno de los
tíos de Andrea, propina palizas a su mujer Gloria: “Juan la cogió por los
hombros […] Vi caer a Gloria y rebotar su cabeza contra la puerta del balcón”).
La autora critica la actitud del hombre
de posguerra: “Era uno de los infinitos hombres que nacen solo para
sementales y junto a una mujer no entienden otra actitud que esta” o “Tiene
sesos de conejo… ¡como tú!, ¡como todas las mujeres!… por lo menos ¡que sea
madre, la muy…!”
Es un
relato en primera persona, en el que, tras la publicación de la
biografía de Carmen Laforet, se ve el paralelismo de su vida con el personaje
de Andrea de esos años de posguerra y de opresión… A través de la primera
persona, Andrea, refleja la angustia existencial (“me sentía ansiosa de
compañía, como un perro…”) y reflexiona sobre el ser mujer (“Tal vez el
sentido de la vida para una mujer consiste únicamente en ser descubierta así,
mirada de una manera que ella misma se sienta irradiante de luz”). Otro tema
importante es la diferencia de estatus
social (“Los obreros viven mejor que los señores, llevan alpargatas, pero
no les falta su buena comida y su buen jornal”), y es que la familia de Andrea
cuenta con Antonia, la criada, a pesar de sus problemas económicos. La
guerra se palpa en la lectura con referencias a “bombardeos”, “tiros”, “pasada
guerra”, “zona roja”, “los nacionales”, “sufrimientos de la guerra”,
“embriaguez de la guerra”, “casas viejas que la guerra había convertido en
ruinas”, o “los esqueletos oxidados de los buques que salían a la superficie
(en el puerto)”. Como la historia sucede en Barcelona el lector se topa con
alguna que otra palabra y enunciados en catalán (Vols una mica d’aiguardent,
nena?”), que no suponen ningún problema de comprensión.
Una mínima
referencia al personaje de la abuela es imprescindible. Un personaje al que
siempre Andrea menciona con ternura, “capaz de morirse de hambre si la comida
estaba escasa para que quedase más a los otros” y defensora de los suyos, a su
vez, de los que más la necesitan.
La opresión de la obra inunda hasta al lector traspasando cada
línea de la novela, dibujando lo cruel de la psicología humana. Apunta Carmen
Laforet en Nada que “los secretos más dolorosos y más celosamente
guardados son quizá los que todos los de nuestro alrededor conocen. Tragedias
estúpidas. Lágrimas inútiles”. Otras obras que destacan de Laforet son La
isla y los demonios (1952) y La mujer nueva (1955)
Todo sobre
Nada. Carmen Laforet.
Entre visillos.
Carmen Martín Gaite.
Historia de una
escalera. Buero Vallejo.
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