Considerado una de las
figuras más relevantes de la literatura española del siglo XX, es galardonado
con el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1996 y con el
Cervantes en el 2000.
2. Premios literarios.
- Premio Nacional de Cuentos Gabriel Miró (España), 1964
- Premio Nadal (España), Las Ninfas, 1975
- Premio Carlos Arniches (España), 1975
- Premio César González Ruano (España), artículo El trienio, 1980
- Premio Mariano de Cavia (España), artículo Martín Descalzo,
1990
- Premio Nacional de la Crítica (España), 1991
- Premio Provincial de Valladolid a la Trayectoria Literaria, 1994
- Premio Príncipe de Asturias de las Letras (España), 1996
- Premio Nacional de las Letras (España), 1997
- Premio de Novela Fernando Lara (España), La forja de un ladrón,
1997
- Doctor honoris causa (Universidad Complutense de Madrid), 1999
- Premio Miguel de Cervantes (España), 2000
Comentario crítico de Mortal y
Rosa de Francisco Umbral. (1975)
Tras la muerte del
dictador en 1975, se abre el panorama de la novela en España de tal manera que
es prácticamente imposible destacar algunas características o tendencias
generales por encima de otras. Cada autor, en nuestro caso Francisco Umbral,
emprende un camino personal con la pretensión de diferenciarse al máximo de sus
contemporáneos.
Escrito poco
después de morir su hijo, Umbral lamenta su muerte entre reflexiones sobre su
persona, su memoria y su contexto social. El título está sacado de un poema de
Pedro Salinas: “ … esta corporeidad mortal y rosa / donde el amor inventa su
infinito”.
La obra es de absoluto dramatismo, que va aumentado
a medida que avanzan las páginas. El hijo va muriendo y el autor parece que
está pereciendo con él, que realmente no le importa tanto la vida si no es con
su hijo. Hay una clara exaltación de la paternidad; un amor desmedido de un
padre a un hijo que ve cómo se le está escapando de su lado sin que él pueda
hacer nada para evitarlo.
En la obra se nos ofrecen
reflexiones como persona (su relación con las mujeres y su pasión incansable
hacia ellas), como escritor “ya no soy más que un escritor cansado y miope”,
así como de un padre: “uno vive cuando es niño y cuando es mayor empieza a acabársele
el tiempo, pero su vida vuelve a través del hijo; si el hijo se va, ya no hay
vida posible”. Él mismo dice que lo único eterno que hay son los huesos. “Sabemos
que nuestras ideas y nuestras palabras se las puede llevar el viento, nuestra
carne se deshace rápidamente al morir, pero quedan los huesos, la huella de
nuestra muerte”. Pero él mismo acaba reconociendo que no hay nada eterno, ya
que hasta los huesos desaparecen.
Resulta escalofriante ese
flujo de conciencia de Umbral. Nos narra con absoluta tragedia cómo está
viviendo ese “cruce de fronteras” de su hijo. Y vuelve a repetir una y otra vez
el deseo que tiene de hacer ese cruce agarrado de la mano de su hijo.
Al escribir, puede fragmentar
su vida y borrar los momentos que quiere olvidar. Incluso necesita fracasar, si
escribe un artículo, pierde la oportunidad de escribir un relato, un poema… Es
una auténtica depresión a todos los niveles (creativo, personal…). Umbral se da
a un abandono de sí mismo para no crecer personalmente.
La
presencia de la palabra “rosa” en el libro: ¿Qué quiere decir el autor con
“rosa”? La muerte del hijo es una crueldad rosa, rosa es la infancia, la vida
que le queda. Puede ser un color de vida, un color que no es la fogosidad del
rojo todavía, pero que tampoco es el blanco de la palidez de la nada. Rosa es
el punto medio del blanco de haber nacido y el rojo del despertar de las
pasiones y de la vida. Rosa es ese estado de inocencia infantil. En el libro es
un rosa que se marchita.
Mortal y rosa no es una novela,
aunque tampoco es un ensayo. En Mortal y rosa lo que importa es
la interiorización de la experiencia, la visión íntima del mundo. Umbral se refiere en
cuatro ocasiones al libro como un diario.
Cierto es que no tiene la estructura propia de lo que podríamos entender por un
diario personal, pero un diario para ser diario, ¿debe seguir una estructura
típica? La obra está fragmenta por diferentes reflexiones que claramente han
sido escritas en estados de ánimos
diferentes (unos peores que otros) y no es más que la narración de lo que
ha sentido el autor ese día al ver cómo a su hijo se la escapa la vida. El
autor habla para sí mismo y a veces para su hijo. En ningún momento se refiere
a la necesidad de un lector de este libro en concreto (de hecho, él mismo
siente la necesidad de fracasar y quizá no se entienda por mayor fracaso el de
no tener lector). Además, se puede apuntar que quizá el libro no sea tan
autobiográfico como un autorretrato. El autor se refleja –retrata- a sí mismo
-físicamente, personalmente-, crea su imagen y expresa sus sentimientos, en
ocasiones desordenados y atenazados por esa agonía. No hay un orden autobiográfico
claro, es un fluir de autorreflexiones constantes.
Las partes que más afectan
al lector son aquellas en las que Umbral se centra en el tema básico de la
narración: la muerte de su hijo. Sin embargo, Umbral mezcla temas que no
tienen mucho que ver con eso: por ejemplo, todas las referencias sobre el
oficio de escribir, el precio de la fama, etc. no "pegan" mucho o al
menos no se le encuentra relación con el resto. Es, en cierto modo interesante
como técnica narrativa, eso de que el escritor debe desaparecer en su obra,
algo curioso si se la compara con esta novela en la que el autor está presente
en todas sus páginas. También son muy interesantes, los momentos en los que
habla de cómo dibuja su hijo (y por extensión todos los niños), cómo son las
letras o los números que escribe, sus paseos o salidas al campo, la silla
vacía, el hospital... Momentos en los que Umbral se quita la máscara, la
armadura de su poesía, su erudición.
La duda que se me plantea
cuando alguien escribe un libro de estas características o con esta temática...
¿Es sincero todo eso? ¿Realmente el libro surge como producto del dolor por la
pérdida de un hijo o como un deseo, por parte de Umbral, de hacer un alarde
artístico? ¿Es su dolor una excusa...? Quiero creer que no, que es cierto y que
la novela surge desde la sinceridad de algo real.
Pienso que lo que da más
fuerza a esta afirmación es que en muchos momentos los sentimientos que nos
trasmite la lectura son: tristeza, soledad, amargura, melancolía...
Francisco Umbral es una de las
figuras más destacadas de los últimos cincuenta años de la literatura española.
Se ha dedicado a la literatura con pasión absoluta, rehén gozoso de lo que él
mismo ha llamado «la escritura perpetua»: la escritura como forma de
afirmación, como forma de vida: "Mortal y rosa" está considerada por
muchos críticos como la mejor obra de su autor, como una de las piezas
magistrales de la prosa narrativa contemporánea. Escrita en trágicas
circunstancias de su vida, "Mortal y rosa" encontramos la
interiorización de la experiencia, la visión íntima del mundo, la perspectiva
lírica, el "poema en prosa de mi vida" del que habla el autor, a la
vez que la puesta en práctica de lo que el mismo Umbral ha llamado la
"memoria simultánea". Así que podemos
decir que es una novela lírica, en el que figuran nombres importantes de la
literatura contemporánea: Marcel Proust, Virginia Woolf, Herman Broch, André
Gide y algunos fragmentos del Ulises de James Joyce. Aunque
el estilo de "Mortal y rosa" es lírico o ensayístico y casi siempre
grave y elevado, existen momentos en los que se rompe ese sistema, apareciendo
entonces el profundo nihilismo
del libro, la desesperación de raíz que lo habita y lo nutre.
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