SE NOS MURIÓ PACO NIEVA.
Un artista sin límites
Nieva nunca se sintió conforme con nada, ni con su indentidad ni con su pasado.
Hace unos meses Francisco Nieva debió de sentir el latido de
las despedidas. Había vivido una vida intensa y extranjera, desde que
dejó La Mancha, se instaló en el mundo y a este lo llamó París o
Venecia. Recibió la puñalada dulce del surrealismo y convirtió su
memoria en una colección impresionante de disfraces. Fue un hombre del
postismo y también del realismo fantástico al que se aplicó como artista
de la pintura, de la escenografía, de la decoración y del teatro.
Después de Beckett y antes que Arrabal, fue capaz de imaginar la muerte y
la vida como entes de similar vitalidad. Sus colores fueron ocres o
disparatados, e incluso sus palabras tuvieron esas dimensiones
fantásticas que provenían de una manera de ser: Nieva nunca se sintió
conforme con nada, ni con su identidad ni con su pasado. Era un español
extraño que al final de su vida, sin embargo, se buscó a sí mismo como
si en sus padres, en sus abuelos, en sus tíos, encontrara los retratos
en los que explicar sus dibujos.
Escribió
diarios, llenos de sus propios dibujos, como si invocara la inspiración
provocada por gatos enormes y risueños o perros como pájaros. Uno de
esos diarios, envuelto en cuero oscuro como el pelo de plomo candente de
alguno de sus personajes, se lo entregó a un amigo antes del verano.
Era dadivoso, fantasioso o infantil, como un adulto que volara.
Uno de sus últimos caprichos fue fotografiarse en la cuna
final de su vida, la calle Concepción Jerónima de Madrid, junto a su
perro, al que hacia ladrar como si estuviera ensayando un diálogo
cervantino con lo inexistente. La última vez que lo vi allí con su amigo
José Pedreira, pintor, que le cuidó hasta el final sin descanso ni
cicatería, Nieva estaba pensando, constantemente, en sus parientes, como
si fueran parte de la obra de teatro de su vida. Tenía un sentido tan
alto de la amistad que jamás hablaba de ella, era, simplemente, su
gimnasia vital, la que lo convocó a ser querido por todos sin otra
excepción que la que no se conoce: aquella que nunca dijo, porque el
tampoco fue cicatero.
Escuché la noticia de su muerte en su tierra, La Mancha;
hubo antes una premonición maldita: decíamos estos días que tendría que
ser el Cervantes que no tuvo. De Cervantes hablábamos, de la pirueta
carnavalesca del Quijote; Cervantes inventó, en esta tierra, la
narrativa de un loco. A esa locura Francisco Nieva añadió centauros,
carrozas de plomo candente, pájaros oscuros y gatos terribles. Cuando ya
no podía esperar otra cosa que el adiós sintió que el reposo en esa
casa barroca que fue su habitación inmensa en las últimas décadas de su
vida tenía que tener también la asistencia de la amistad y la canción de
un perro con el que quiso ser retratado.
Adiós en el María Guerrero
La capilla ardiente de Francisco Nieva está instalada y abierta al
público este viernes en Madrid hasta las seis de la tarde en el Teatro
María Guerrero, según ha informado la Real Academia Española (RAE). Allí
estarán los familiares y acudirá el director de la RAE, Darío
Villanueva, quien ha destacado la "generosidad" del dramaturgo y
académico Francisco Nieva, así como la vigencia de las "palabras de su
teatro que sigue diciendo cosas a los españoles y a los europeos",
aunque su producción dramática "venga de los años cincuenta".
Como prueba de la vigencia de esas palabras, Villanueva ha recordado
el último artículo publicado por Nieva el pasado domingo en el que
criticaba la "cultura de la superchería, de la mentira, para movilizar a
la gente y las masas sobre un fundamento de engaño". Para el director
de la Academia, Nieva en este artículo "estaba poniendo el dedo en la
llaga en una etapa muy convulsa".
En opinión de Villanueva, con el fallecimiento de Nieva "puede
entenderse" que ha muerto el teatro por la capacidad del autor de
abordar todas las facetas del arte dramático. "Fue director de escena
figurinista, decorador, hizo montajes de ópera, nada de lo relacionado
con el teatro le era ajeno y cuando escribía se le notaba todo ese poso
enorme de experiencias teatrales acumuladas", ha explicado el director
de la RAE en una entrevista en TVE recogida por Europa Press
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/11/11/actualidad/1478820477_341686.html
A MI HONORABLE PADRE. 19/05/08
Me encuentro en una situación difícil, pero cómoda. Es como si flotara en el espacio de los recuerdos. Todo sabe a recuerdos, todo son momentos vividos. Si camino, recuerdo; si pienso recuerdo más intensamente; si tomo cerveza, recuerdo instantes que compartimos; si voy a la compra, él siempre está presente. Todo lo que hay a mi alrededor me recuerda a él. Sueño con su presencia. Fue una persona muy importante en mi vida y para mi vida. Le dije millones de veces que lo quería y eso me reconforta sobremanera. Ahí ando, en estos senderos me encuentro. En alguna ocasión, los lagrimales vierten alguna gota de dolor. Sigo viviéndolo mucho más intensamente que cuando me regalaba su presencia.
Fue un hombre bueno, un buen hombre. Íntegro hasta la exageración. Honesto hasta hacer de la honestidad misma su modo de vivir. Paciente como el mejor chacal que espera el movimiento de su presa para capturarla, él para ayudarla. No tenía palabras de más, las que usaba se llenaban de esperanza y de emoción contenida. Lo quise hasta la profundidad del alma compartida y amiga. Tuve poca comunicación con él en los últimos años porque se apagaba su intelecto y, a la vez, su generosidad de coloso humano.Todo huele a él; todo sabe a él; todo suena a él. A él. A él mismo.
Siempre te recordaré, siempre te querré querido papá.
IN MEMORIAM - Tu hijo Josemari.
A MI MADRE
¿Y ahora qué? Ya no estás a mi lado.
Tu presencia se deshace tal el hielo
en fuego, se fija como una obsesión
que me llena y me llega y me yaga
en tremendos nubarrones irónicos
que deshacen amapolas de sueño.
Ese sueño sutil y estremecedor
de tu voz, de tu sonrisa,
de tus tranquilizadoras manos,
alentadoras de sueños.
¡Dímelo al oído cuando estés!
Dime que quieres aunque sea un susurro mío,
un agradable abrazo mío, tal vez
un espontáneo beso mío.
¡Dímelo cuando estés!
Dime que el sueño sueña,
dime que el amor ama,
dime que sin llorar lloras,
dime que no podemos hacer nada, ya
dime que me quieres.
¡Dímelo mamá cuando estés!
Te quiero, quise y querré, a morir, planeta de mis sueños.
PARA MI VIDA, PARA TI.
PARA MI VIDA, PARA TI.
Amor, azucena celestial,
que nada entre espumosas olas,
¿por qué no me dices que me quieres?
¿por qué no colocas tu dulce,
perfume entre caracolas?
Dime amor, huele mi perfume,
ama mi instante, sueña con
tu sombra, con tu recuerdo,
inventa la estrella, ama el infinito
exhala perfumes inquietos
y dormidos silencios de placer.
¿Por qué no me dices que me quieres?
Hambre de mis venas,
Elegíaca amaca,
Luz de mis luces,
Entrada de mis penas,
Novela sin escribir,
Amor de mi vida.
¿Qué quieres que te diga más?
¿Qué? ¿Qué sueñas?
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