miércoles, 27 de marzo de 2013

LITERATURA PARA SELECTIVIDAD


1.   EL NEOCLASICISMO. La Ilustración. El Siglo de las Luces.

                       La ideología que guía a este movimiento es La Ilustración como pensamiento innovador del S.XVIII que se caracteriza por el uso de la razón como base del pensamiento y un enorme deseo de conocimiento científico para conseguir el progreso y la necesidad de dar a conocer lo aprendido, así se conseguirá mayor felicidad en el mundo. Este pensamiento llega tarde a nuestro país, con la llegada al trono de la dinastía que procede de Francia, esto es, la borbónica, a mediados del SXVIII. Afectó a una minoría de intelectuales, políticos, periodistas y es rechazada por el pueblo y la nobleza apegados a valores barrocos. Destacar a Benito Jerónimo Feijoo como unas de las figuras máximas literarias y el apoyo del rey Carlos III y su despotismo ilustrado “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”

 El movimiento cultural más importante es El Neoclasicismo que se preocupa por buscar un regreso de los valores clásicos griegos y romanos. Se somete a las reglas clásicas aristotélicas de las tres unidades: Una acción, un lugar, un día. Se eliminan los sentimientos desbordados de toda creación artística a favor de la razón. Se imita a la naturaleza.

·                               En la prosa, el ensayo es un género característico del siglo XVIII.

                 Encuentra su mejor representante en Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764), nacido en Casdemiro (Orense). En 1690 recibe los hábitos benedictinos y dos años después estudia Artes, para seguir sus estudios de Teología. En 1709 se instalará en el convento de San Vicente, en Oviedo, para realizar contados viajes. Su primera obra relevante fue la Carta Apologética de la Medicina Escéptica, del Doctor Martínez (1725).
   Un año después edita en Madrid el primer volumen del Teatro Crítico Universal (1726). Lo forman "Discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores comunes".Algunos de ellos sufrieron la censura inquisitorial.
El éxito editorial de Feijoo fue desmedido en su época: tiradas de 3.000 ejemplares y ventas de 400.000 a 500.000 volúmenes, en vida, del Teatro Crítico contrastan con el olvido, desde 1787 hasta mediados del siglo XIX.

                        Gaspar Melchor de Jovellanos , escribe el Plan de una disertación sobre las Leyes visigodas (1785), un Informe sobre el libre ejercicio de las Artes (1785), el Dictamen sobre las causas de la decadencia de las Sociedades Económicas (1786) y los Diálogos sobre el Trabajo del Hombre y el origen del Lujo (1787).  El Elogio de Carlos III (1788) se leyó a la Real Sociedad de Madrid en vida del rey. Entre las ciencias que éste promovió destaca la economía civil. Alude a Aranda y Campomanes como promotores de esta reforma.A la muerte de Carlos III (1788), cae en desgracia. En 1790 vive desterrado en Asturias hasta 1797.

                        José Cadalso Vázquez (1741-1782), nació en Cádiz, estudió en París y Madrid y recorrió Europa. En 1762 comienza su carrera militar. Recibe el hábito de la orden de Santiago (1766) y un año después conoce al conde de Aranda.  Su primera obra impresa, Los eruditos a la violeta (1772), es una sátira de ciertos libros de erudición. Ofrece un "Curso completo de todas las ciencias" en siete lecciones para aparentar sabiduría. Sus Noches lúgubres, de 1771, se publican por vez primera en el Correo de Madrid (1789-90). Este diálogo en prosa se desarrolla en tres partes, correspondientes a tres noches en un ambiente sepulcral. Las Noches lúgubres parecen lírica en prosa, ya que muchos de sus temas inspiran la lírica posterior: el dolor y el suicidio, el hastío, la naturaleza como reflejo del alma y el alma como paisaje o lugar interior. Muestra el prerromanticismo como ingrediente de la ilustración española.Sus “Cartas marruecas " (1789). Forman una colección de 90 cartas, de las que, casi setenta, escribe Gazel -marroquí, amigo del embajador de su país en España- a su maestro africano Ben Beley. Nuño, amigo español de Gazel, bajo el que reconocemos rasgos del autor, será su guía.Tratan las cartas de varios temas: el estúpido orgullo español -carta XXXVIII-, la nobleza sin mérito -carta XII-, la decadencia de España -carta XLIV-, el lujo superfluo, los galicismos de nuestra lengua, etc.

                       Por su finalidad moral sigue el espíritu de Los eruditos a la violeta. La sátira se mezcla con el ensayo, en problemas como la producción nacional, dañada por la importación de artículos de lujo. Cadalso es, pues, un precedente de Larra.

·                               Al teatro lo definen rasgos como la intención didáctica, el sometimiento a las reglas clásicas, el argumento debe ser creíble y guardar el decoro, es decir, los personajes deben comportarse de acuerdo con su sexo y condición social. No mezclar la tragedia con la comedia, eliminar el personaje gracioso, no presentar escenas violentas.

                          Con todos estos precedentes surge la figura de Leandro Fernández de Moratín (1760-1828)  Desde 1787 fue secretario del Conde de Cabarrús y dos años después toma órdenes menores para obtener un beneficio eclesiástico. En 1790 estrena El viejo y la niña, acaso inspirado en su propia experiencia. La comedia, en verso y tres actos, representa el disgusto de don Juan al ver a su Isabel engañada por su malvado tutor y casada con el viejo don Roque. Isabel elegirá terminar sus días en clausura, como la joven esposa de El celoso extremeño.En 1792 se estrena La comedia nueva o el café, en dos actos en prosa. Esta sátira ridiculiza la comedia heroica. Desde 1787 guardaba Leandro una zarzuela titulada El barón. La estrena en 1803, en forma de comedia en dos actos: Isabel, enamorada de Leonardo, transige con su madre, que la obliga a atender a un falso barón, con quien pretende casarla. Don Pedro, tío de Isabel, y Leonardo descubren la impostura del barón, que huye dejando libres a los jóvenes amantes. Al año siguiente estrena La mojigata. La discreta doña Inés debe casarse con el figurón don Claudio. Doña Clara, hipócrita mojigata, finge una vocación religiosa, deshecha a los primeros requiebros de Claudio, que busca su dote. Dicha dote pasará a Inés, que la reparte con los novios. Leandro debió tomar elementos de la comedia de su padre, La petimetra, que él mismo había comentado desfavorablemente. La mojigata le traería problemas con la Inquisición. Su obra maestra fue, sin duda El sí de las niñas (1806), acaso refundición de su comedia perdida El tutor. Representa la renuncia del viejo don Diego a su matrimonio con la niña doña Francisca, al verla enamorada de su sobrino don Carlos. Ataca la educación hipócrita de las damas en los conventos y los matrimonios desiguales entre ancianos y jovencitas. Subraya valores como la disciplina, la sinceridad, etc.

                       La realidad es que el teatro neoclásico no desterró la comedia popular. El siglo siguiente parece confirmarlo. Con todo, los dramaturgos españoles recibieron de los ilustrados una lección que no olvidarían. La comedia española aumentó su rigor formal y corrigió excesos que desaparecieron de los escenarios.

·                              
En la poesía  y en el último tercio del siglo XVIII se difunden, realmente, las ideas ilustradas. Se ha señalado el lustro de 1774-1779 para centrar sus grandes obras poéticas. No sólo proceden de Francia y de sus filósofos enciclopedistas. También se conocen en España las modas italianas y algunas inglesas. Se objetiva que la Ilustración española no es un cambio de escuela artística, sino un cambio de cultura respecto a la anterior.
   La poesía tratará temas artísticos, científicos, cósmicos filosóficos, sociales o humanitarios. Se cultiva una poesía alejada de cualquier exceso sentimental, más bien de carácter didáctico.

                       El madrileño Nicolás Fernández de Moratín (1737-1780) puede considerarse el primer poeta ilustrado. Cultivó una poesía muy variada: desde los versos frívolos de arte menor, en romances...- hasta sonetos y otras composiciones clásicas. En el Arte de las putas muestra su preocupación social y su realismo ante los problemas de la época. Su hijo Leandro Fernández de Moratín publicó sus obras en 1821.

                       Entre los grandes poetas ilustrados está el coronel José de Cadalso (1741-1782), nacido en Cádiz, y, para algunos, el primer romántico español. Publicó sus poemas Ocios de mi juventud (1773), con el pseudónimo de José Vázquez. Ofrece una colección de poesías desenfadadas sobre los temas habituales: los placeres del campo, el amor, el vino o la amistad, en la línea de la poesía rococó. La muerte de su amante María Ibáñez en 1771 le sumió en una crisis de la que brotan sus Noches lúgubres, que algunos críticos consideran prosa poética. Narra en ellas cómo Tediato desentierra el cadáver de su amada y la angustia que le conduce al amor por la humanidad.

           2.     EL ROMANTICISMO. Primera mitad del s. XIX

El S XIX, fue uno de los períodos más agitados de la historia de España. Comenzó con una guerra contra Francia y terminó con otra contra EEUU en Cuba. Carlos IV reina hasta que las tropas francesas entran en España en 1808. Los liberales proclaman la Constitución de 1812. Fernando VII restaura el absolutismo dos años más tarde. A su muerte le sucede su hija Isabel II, y se produce el triunfo definitivo del Romanticismo ya que regresan los liberales exiliados.

El Romanticismo empieza a gestarse a finales del S.XVIII (Prerromanticismo) y alcanzó su apogeo en la primera mitad del S.XIX, en Andalucía y Cataluña fundamentalmente Rechazaba el racionalismo neoclásico y pondera la fantasía, los ideales y las emociones y todo ello con el derecho de expresarlo con libertad . Este nuevo ideal de libertad da lugar a dos tipos de Romanticismo:

TRADICIONAL. Intentó recuperar los valores que rechazó el Neoclasicismo del siglo anterior: la patria, la monarquía, la religión , la familia, etc.

LIBERAL. Creía en los derechos individuales y en el progreso y aspiraba a limitar el poder monárquico.

Destacar las siguientes características literarias:

·                          Culto al yo. Exaltación de la personalidad del autor, libre de cualquier regla. Aislamiento y soledad son sus máximas.

·                          Subjetivismo. Expresa su mundo interior: sentimientos, emociones, sueños.

·                          Huida del mundo. Afán de evasión. Escapismo. Construye su propio mundo. Gusta de lugares exóticos, naturales, medievales, paisajes silenciosos, escenas nocturnas, tormentas.. A veces se siente tan insatisfecho que se suicida.

·                          Rechazo de toda norma y regla. No puede ser limitada la capacidad creadora del escritor.

­            _ En prosa a comienzos del siglo XIX, el periodismo alcanzó un extraordinario desarrollo. Con él nace el costumbrismo, que recrea tipos humanos, aunque frena, a veces, el desarrollo de la novela. Muchos autores cultivaron este género, a menudo conservador y aferrado a lo cotidiano.

__ Mariano José de Larra y sus artículos : “Vuelva usted mañana”, sobre la pereza nacional, que hace a Mr. Sans-Délai desistir de su propósito de invertir en España, por la ineficacia administrativa. Desde enero de 1833 firma con el pseudónimo de Fígaro. Siguen artículos de costumbres, como "Yo quiero ser cómico" (1833), sobre la mala formación de los actores; "En este país" (1833), sobre el desprecio de los españoles a su propia nación, o "La educación de entonces" (1834). Comienza, desde fines de 1833, sus sátiras contra el carlismo, con "Nadie pase sin hablar al portero o los viajeros en Vitoria" (1833) hasta la caricatura política "Los tres no son más que dos y el que no es nada vale por tres" (1834).
                En Enero se edita El Doncel de don Enrique el Doliente (1834), novela histórica de cómo Macías, enamorado de la casada Elvira, pretende recuperarla e impedir que Enrique de Villena la sacrifique para ser maestre de Santiago. Tras un laberinto de lances, disfraces, duelos y peripecias, muere Macías, enloquece Elvira y fracasa el de Villena.

                Desde 1833 publicaba Larra en El Correo de las Damas y, desde 1834, en El Observador, donde aparece "¿Entre qué gentes estamos?" (1834), sobre los malos modos de la clase baja española. El 1 de Marzo de 1835, presenta la Revista Mensajero, donde aparece "Un reo de muerte" (1835), próximo en ideología a Espronceda, por considerar la pena de muerte como la venganza de una sociedad prepotente. Empeños y desempeños", donde un supuesto sobrino del autor introduce una sátira del despilfarro. Otro sobrino permite un desahogo autobiográfico en "El casarse pronto y mal"   
            __ Enrique Gil y Carrasco (1815-1846), nació en Villafranca del Bierzo (León).   Colabora en el Correo Nacional, con El anochecer en San Antonio de la Florida, relato breve de 1838, y en el Semanario Pintoresco Español desde 1839, con el relato El lago de Carucedo (1840).  En 1843 colabora en Los españoles pintados por sí mismos y en 1844 se encuentra en Berlín, donde fallece a los treinta y un años.

                Su famosa novela, El Señor de Bembibre (1844), narra los amores de Álvaro Yáñez, Señor de Bembibre, y Beatriz Ossorio, a quien casa su padre con el Conde de Lemos. Despechado, don Álvaro, se hará caballero templario. En un ataque contra el Temple muere el Conde de Lemos. El Señor de Bembibre busca a su amada Beatriz, cuyo padre, don Alonso, logra del Papa la dispensa para que don Álvaro acceda al matrimonio. Es tarde: Beatriz muere, dando su mano a Alonso. Éste desaparece -o enloquece- según el manuscrito que dice seguir su autor. El Señor de Bembibre fue un éxito literario, como muestra su número de reediciones. A su atractivo argumento, suma brillantes descripciones de paisajes, inusuales en nuestra literatura.

            _ En el drama destaca el rechazo de las reglas neoclásicas, como la regla de las tres unidades. Se mezcla de lo cómico y lo trágico.  La división de la obra en cinco actos. Predominan los temas históricos, llenos de misterio y exotismo y la finalidad no es educar, sino conmover y emocionar. El drama romántico mostraba el fracaso del orden neoclásico, moral y racionalista. Presenta un personaje oscuro pero inocente, maltratado por un destino cruel y sin sentido, que frustra su proyecto vital, en sus amores y pretensiones individuales.

__  Angel de Saavedra, El Duque de Rivas escribe “Don Alvaro o la fuerza del sino” (1835) drama en cinco jornadas, en prosa y verso, sobre un desconocido indiano, perseguido por un "sino terrible" que estorba su amor por Leonor y le obliga a matar al padre y hermanos de ésta. Don Álvaro, satánico y en hábito de religioso, salta de unas rocas al vacío, en medio de la tempestad. El crisol de la lealtad (1842) y, entre otras, El desengaño en un sueño (1842) son sus obras más representativas.

__ Eugenio Hartzenbusch , madrileño célebre por su drama en prosa y verso, “Los amantes de Teruel (1836), una de sus primeras obras, estrenado en 1837” Trataba un tema medieval: la desdicha de Diego Marsilla, cautivo de moros, al saber que los padres de Isabel de Segura la prometen a otro hombre. Su muerte desesperada provoca la de Isabel. Aunque la trama se conocía por documentos y versiones teatrales, su éxito fue absoluto. El autor acertó en la ambientación, adornando su drama con musulmanes y templarios y utilizando versos tradicionales, como el romance o la copla de arte mayor, típicamente medieval.

__ Mariano José de Larra, estrena Macías, (1834) drama histórico en cuatro actos y en verso . En 1832 presentó No más mostrador, en la que satirizaba una clase de comerciantes ansiosos de un título nobiliario, frente a quienes se conforman con su condición social. En esta línea escribe Partir  a tiempo. Diferente fue El Conde Fernán González y la exención de Castilla (1832), no estrenada e inédita hasta 1886. Es un drama histórico medieval que preludia el teatro posterior.

__ José Zorrilla , nació en Valladolid (1817)  Es el autor más importante del romanticismo: José Zorrilla es autor de treinta y tres obras dramáticas, de las que veintiuna se estrenaron entre 1839 y 1849, su década prodigiosa.Un primer drama, Vivir loco y morir más (1836), trataba la condición del artista. En colaboración con Antonio García Gutiérrez escribe Juan Dándolo (1839), y ese mismo año, representa Cada cual con su razón, con mayor éxito. El éxito llega con El zapatero y el rey (1840), drama en cuatro actos: el rey Pedro de Castilla, vence una conjuración a favor de Enrique, desprecia la excomunión del Papa y condena a Juan de Colmenares, cabecilla de los rebeldes, por asesinar al padre del zapatero Blas. La figura del rey, engrandecida por su virilidad, rompía con la tradición negativa que lo rodeaba. La circunstancia le anima a estrenar Apoteósis de don Pedro Calderón de la Barca y cuatro obras más, todas de ese mismo año: El eco del torrente, Los dos virreyes, Un año y un día y Sancho García.

                El drama más brillante de este siglo, si no de toda nuestra literatura, es versión de una obra atribuida a Tirso o de Antonio de Zamora: Don Juan Tenorio, estrenada el 28 de Marzo de 1844. Su éxito superó con creces las expectativas del autor. Don Juan Tenorio es un "drama fantástico-religioso en dos partes", de cuatro y tres actos, respectivamente, con títulos propios. Como novedad, aparece Luis Mejía, alter ego y víctima de don Juan. Los padres de ambos comprueban en una hostería, durante unos carnavales, sus crímenes y depravación. Don Juan se aproxima al arrepentimiento, tras seducir a doña Inés, antes de asesinar a don Gonzalo y huir de España.
                En la Segunda parte, ya en España, don Juan visita el panteón donde descansan sus víctimas. Avellaneda y el Capitán Centellas le hacen olvidar ciertas alucinaciones, pero don Juan invita a la estatua del Comendador. Un altercado con sus amigos y su imprudencia lo hacen víctima de la estatua, pero, antes de morir, doña Inés intercede por quien, en su momento, le manifestó verdadero amor y logra la salvación de don Juan.

                En 1849 estrena Traidor, inconfeso y mártir. Zorrilla consideraría ésta su última obra teatral, aunque no lo fuese realmente. Trataba la leyenda que identificó a Gabriel Espinosa, con Sebastián, difunto rey portugués. Con él viaja doña Aurora, hija abandonada del alcalde don Rodrigo, a quien maldice por matar a Gabriel, que, póstumamente, declara ser el rey Sebastián.

                Destaca en su obra el verso sonoro, el dinamismo en los personajes y su tratamiento del mal, encarnado en hombres, mujeres o situaciones. Pero es en su sentido de la teatralidad y del drama como espectáculo donde brilló, sobre lo hueco de algunas escenas y planteamientos. Se recuerda a José Zorrilla como hombre sencillo, bondadoso, modesto y atractivo para las mujeres, inestable e improvisador. Una ideología conservadora, mezclada con rasgos liberales, complican su personalidad, recordada hasta nuestros días.

            __ En poesía también existe una clara ,oposición al Neoclasicismo anterior en la forma, el contenido y la actitud del poeta que escribe movido por su inspiración y sin aceptar ningún tipo de imposición a su libertad creadora.

                Los temas más habituales son el dolor, el amor, la protesta, lo legendario, exótico. Todo en ambientes nocturnos y lugares apartados.

                Destacamos al extremeño José de Espronceda   Delgado (1808-1842) nació en Almendralejo (Badajoz). Es, indiscutiblemente, el mejor poeta español de la primera mitad del siglo XIX. A principios de 1835 aparece la poesía española más popular de todos los tiempos: la Canción del pirata,  Es un canto a la libertad de un personaje antisocial. A esta obra siguen El reo de muerte, El verdugo y El mendigo, poemas en que Espronceda plantea abiertamente los temas de justicia social y muestra su ideología democrática. Su dignidad personal se afirma cuando manifiesta abierta y absolutamente su rechazo de la pena de muerte. En 1838 publica su Canto del cosaco y de 1840 data la segunda de sus obras maestras: A Jarifa en una orgía, en que se dirige a una prostituta para compartir con ella el desengaño de un mundo que no ha sabido estar a la altura de sus ideales.

                En sus dos últimos años de vida aparecen las dos obras mayores de su producción poética: El estudiante de Salamanca, que es un poema narrativo en que cuenta la muerte de Félix de Montemar, especie de Don Juan y modelo de rebelde antisocial, verdadero titán de su época, que acepta morir a manos del propio demonio o de la mujer que él mismo aniquiló sentimentalmente.  
            El diablo mundo es la obra que la muerte no permitió concluir a Espronceda. Tras una introducción inspirada en Lord Byron, narra las peripecias de un "Adán" que logra recuperar su juventud física eternamente sin que su madurez "social" siga ese camino.

                Gustavo Adolfo Bécquer, nació en Sevilla en 1836. Su poesía íntima, breve y profunda, dejó huella en poetas como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y en La Generación del 27. Escribió unas 80 composiciones, que fueron publicadas por unos amigos después de su muerte, de forma conjunta con el título de Rimas. La poesía de Bécquer deslumbró desde el primer momento. Es inexplicable el encanto de sus versos. Se habla de su poder evocativo, de su desnudez, de su apariencia de sencillez, etc. Lo que es cierto es que Gustavo era poeta, pintor y, probablemente, músico. Estos son los valores que se leen en sus obras: musicalidad, imaginación y una espiritualidad  arrolladora  El paralelismo sintáctico, el uso de los pronombres personales, la brevedad y el popularismo se hallan siempre en función de valores humanos más hondos. Bécquer fue un hombre atento a las novedades de su época, inquieto por las lenguas y las civilizaciones -se interesó por el sánscrito-, ensimismado y sensible a los matices y sensaciones de su propia alma.

                La gallega Rosalía de Castro. Su primer libro de poemas La flor (1857) pasó un tanto desapercibido, así como A mi madre (1863).  No fue así con ” Cantares gallegos“ (1863), que se ha considerado todo un manifiesto de la cultura gallega por el folklorismo y porque debe considerarse un ejemplo acabado de la literatura española en lengua gallega Follas novas” (1880) que profundiza algo más en la problemática de su pueblo. Se definen temas como el pesimismo, el hombre como depredador de la mujer, la sombra como símbolo ambiguo y una visión convencional y poco sólida de la religión. como en castellano “En las orillas del Sar” (1884),  en las que trata temas como el amor por su tierra, la defensa de sus gentes, la tragedia de la emigración gallega y lo absurdo de la existencia humana entre otras.

3.   REALISMO Y NATURALISMO. Segunda mitad del  S.XIX

Se impone en Europa a mediados del S.XIX una nueva orientación literaria que procede de Francia, al mismo tiempo que las tendencias románticas pierden fuerza. Es el Realismo y surge cuando deja de tener interés lo subjetivo, lo imaginario, lo apasionado y se mira a la persona, a sus acciones de forma objetiva. Quien hace triunfar en Europa este movimiento es el francés Honoré de Balzac. Ahora la novela se propone un interés social y moral que conduce rápidamente al Naturalismo, cuyo maestro fue Emile Zola. Se apoya en la democracia, los métodos experimentales, las teorías de la herencia (Darwin). Busca la razón de los problemas sociales en el ambiente y la de los individuos en la herencia biológica, luego no son moralmente responsables de sus actos.

En España triunfó con facilidad ya que existía el precedente de las novelas picarescas y del Quijote y alcanzó su madurez en la segunda mitad del S.XIX pero son el rigor de la escuela francesa. Galdós, Clarín, Pardo Bazán “Los pazos de Ulloa” y Blasco Ibáñez “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” , “La barraca”, “Cañas y barro”…  tienen también ciertos ecos naturalistas. Es un período que refleja ambientes regionales. Valera (Andalucía) Pereda (Cantabria) Pardo Bazán (Galicia) Blasco Ibáñez (Valencia)

Como autores prerrealistas destacar a Fernán Caballero con su obra La Gaviota; Pedro A. de Alarcón  con su relato más famoso  El sombrero de tres picos.

Dentro del Realismo destacan:

El andaluz Juan Valera, elige su Andalucía natal y personajes verosímiles para su creación literaria. Destacan obras como Pepita Jiménez, escrita de forma epistolar; Doña Luz y Juanita la Larga como obras maestras.

El cántabro José Mª de Pereda, amigo de Galdós, se inicia en el costumbrismo con obras como Escenas montañosas. Sigue con la novela de idilio en obras como Sotileza, Peñas arriba, que se considera su obra maestra.

El canario Benito Pérez Galdós, republicano, considerado el mejor narrador después de Cervantes, fue amigo de Alfonso XIII. Murió en Madrid en 1920 ciego y arruinado. Su obra es abundante. Los Episodios Nacionales se dividen en cinco series que ocupan 46 tomos y son la Historia de España novelada desde la Guerra de la Independencia hasta la Restauración _ Trafalgar, Bailén, Los Cien Mil hijos de San Luis, Prim, etc. _ También escribe contra el fanatismo y la hipocresía en Doña Perfecta, Gloria, etc. Más tarde escribe 24 novelas que constituyen una especie de “Comedia Humana” en la que retrata la vida madrileña de la época. Destacan: La de Bringas, Fortunata y Jacinta, su obra maestra, Miau, Misericordia, etc. Como autor teatral destacan sus obras: “La loca de la casa”, “El abuelo”, “La de San Quintín”

El zamorano de nacimiento y asturiano de corazón Clarín, vivió siempre en conflicto existencial y religioso. Fue un maestro del cuento y de la novela breve como Pipá, ¡Adiós Cordera! La Regenta y su Único hijo son, por el contrario, obras extensas y sus obra maestras.

Poesía realista. Existe muy poca creación lírica dentro del realismo. Sólo nombrar a Ramón Campoamor con sus obras que resaltan el contenido. “Doloras”,” Humoradas” y Núñez de Arce que imprime un toque más sentimental: “Gritos de combate”, “Un idilio”.

 CONTEXTO HISTÓRICO  PARA TODAS LAS CUESTIONES DE LITERATURA ANTERIORES A LA GUERRA CIVIL

                En los últimos años del siglo XX, se produce una profunda crisis que afecta a todos los aspectos de la vida: ciencia, arte, cultura, política, etc. Hay un cambio de mentalidad y de valores. Se pierde la fe en la razón y ganan terreno el idealismo e irracionales basadas en el pensamiento de Schopenhauer o Nietzsche. En España, tras el desastre de la guerra contra EEUU en 1898 en la que se perdieron las últimas colonias, España quedó en una profunda crisis agravada por enfrentamientos ideológicos entre tradicionalistas y progresistas.

                Los primeros años del siglo XX fueron muy duros. Se corona al rey Alfonso XIII, que termina con la Regencia de María Cristina. Estalla la 1ª Guerra Mundial, en la que España permanece neutral. En 1923, el general Primo de Rivera se sublevó contra el gobierno y proclamó la dictadura con el consentimiento del rey, lo que agravó aún más la situación. En 1931 se proclamó la Segunda República, que agrava mucho más los enfrentamientos sociales y políticos y desembocó en la Guerra Civil, por la sublevación de parte del ejército contra el gobierno republicano. Las consecuencias fueron trágicas.

         4. El Modernismo. Características, autores y obras más representativas

                 El Modernismo surge en el último cuarto del siglo XIX primero en Hispanoamérica y después en España. Lo inician escritores como José Martí o Julián del Casal, si bien es el nicaragüense Rubén Darío el que lo consolida definitivamente en Azul, 1888. Podemos definirlo como un movimiento artístico que busca el refinamiento en la ornamentación y la fantasía en las formas.
                El final del siglo XIX se caracteriza por un conformismo burgués en lo social y por el positivismo filosófico. El Realismo y el Naturalismo empezaban a decaer. Los escritores españoles e hispanoamericanos se rebelan contra el espíritu utilitario de la época, sobreponiendo los valores artísticos. Va creándose así un ambiente innovador que pretende revisar más que romper, todos los valores aceptados. Por tanto, como dice Federico Onís, el Modernismo es la forma hispánica de la crisis universal de las letras y del espíritu, que se había de manifestar en el arte y en los demás aspectos de la vida. Así pues, el Modernismo es una actitud vital. Es en este punto en el que debemos comenzar a hablar del 98, indicando que las fronteras entre ambos movimientos eran tan borrosas que se ha hecho difícil separar lo “modernista” de lo “noventayochista”.


                Sus antecedentes están en la estética parnasiana con su búsqueda de un arte total, de "el arte por el arte"; en el decadentismo que se sitúa al margen de la sociedad, atacando a la burguesía y a su moral hipócrita; y en el simbolismo, que utiliza el símbolo como mecanismo poético fundamental.

                El introductor del modernismo en España es el poeta nicaragüense Rubén Darío. En sus obras, "Azul" o "Cantos de vida y esperanza" están presentes todas las características del movimiento: búsqueda de la belleza, desinterés por la dimensión social del arte, sugerencia del símbolo, musicalidad de los versos, correspondencia entre los estados de ánimo del poeta y el paso de las estaciones sobre la naturaleza.

                En España Modernismo y generación del 98 son dos movimientos simultáneos que tienen el mismo origen: insatisfacción ante la literatura de la época y búsqueda de un lenguaje nuevo. Son dos formas de reaccionar ante la crisis fin de siglo, el Modernismo busca un mundo estético basado en su rebeldía ante los valores burgueses, crean una lengua artística muy elaborada, separada de la lengua habitual y a la que sólo tienen acceso los iniciados, mientras que los hombres del 98, no intentan la construcción de un mundo paralelo, sino que tratan de interpretar el existente, aceptan la realidad tratando de reformarla, para ello intentan una revisión intelectual en busca de la esencia de España, de una España que sin abandonar sus raíces tenga posibilidad de cambio.

                Muchos escritores noventayochistas tuvieron su etapa modernista: Antonio Machado, Valle. Inclán, Juan Ramón Jiménez, Eduardo Marquina, etc.

Escritores modernistas.

El impulso inicial viene de Hispanoamérica, gracias a autores como el cubano José Martí o el mexicano Gutiérrez Nájera, pero, sobre todo, el nicaragüense Rubén Darío.

En España, muchos escritores noventayochistas tuvieron su etapa modernista, poetas como Salvador Rueda, Francisco Villaespesa, Manuel Machado, (Alma, Caprichos y Cante hondo) Antonio Machado, (Soledades) Valle. Inclán (las cuatro Sonatas) Juan Ramón Jiménez,(Eternidades, Arias tristes, Jardines lejanos, Elejías), Eduardo Marquina, Miguel de Unamuno, (El Cristo de Velázquez, Cancionero) se suelen inscribir dentro del Modernismo español.

        5. La Generación del 98: Características, autores y obras.

El nombre de generación 98 fue propuesto por Azorín en unos artículos de 1913 para referirse a escritores que tenían, en común, un espíritu de protesta y un profundo amor al arte. Podemos definir la generación del 98 de una manera amplia, como un conjunto de escritores, pensadores, científicos, artistas etc., que se sienten profundamente afectados por la crisis de valores de fines del XIX; y, que creen que la guerra de 1898, y la pérdida de los últimos restos de lo que había sido el imperio español, es un momento adecuado para la regeneración moral, social y cultural del país. En este sentido forman parte de la generación del 98 médicos como Santiago Ramón y Cajal, historiadores como Ramón Menéndez Pidal, pintores como José Gutiérrez Solana o escritores como Miguel de Unamuno

A los escritores de la generación del 98 les interesa la renovación formal del arte que proponen los modernistas, pero se diferencian de ellos porque buscan un estilo sencillo, renuevan y enriquecen la lengua y prefieren recuperar léxico tradicional castellano caído en desuso, a introducir las muchas palabras exóticas, sonoras, cosmopolitas, que encontramos en cualquier texto modernista.

Si el modernismo encuentra en la poesía su género literario más representativo, el grupo del 98 cultivará la prosa, la novela y sobre todo el ensayo, como género adecuado para dar rienda suelta a sus inquietudes.

            TEMAS:

                Dos son los temas que preocupan fundamentalmente a esta generación: el tema de España y su paisaje castellano y el sentido de la vida humana o reflexiones que giran en torno a lo religioso y a lo existencial.
                La reflexión sobre qué es España, las razones de su decadencia desde el siglo XVII, son temas de amplia tradición en la literatura española, desde los escritores barrocos como Baltasar Gracián o Saavedra Fajardo, a los ilustrados como Cadalso o Jovellanos, o los románticos como Larra.


Entre los autores más representativos destacamos a:

Unamuno que forma parte del grupo de intelectuales que pretenden sacar a España de su progresivo hundimiento sin recurrir a soluciones políticas. Estas ideas las escribe en su ensayo En torno al casticismo. Cree que el falso patriotismo, el militarismo, los malos políticos han propiciado la decadencia de España, que puede encontrar solución abriéndose a Europa y conservando lo mejor de la raíz española, que perdura en el común de los hombres que con su quehacer diario va marcando el paso de la historia, lo que él llamaba la intrahistoria.

Azorín en sus primeros escritos también hacen una aguda crítica de la España contemporánea. Azorín el personaje que protagoniza sus novelas, Antonio Azorín o La voluntad, se angustia por encontrar un sentido a la vida y por la miseria moral y social que percibe a su alrededor. Está convencido de que el anarquismo sería la forma más rápida de alcanzar la justicia social. Azorín mitiga bastante su ideario a partir de Las confesiones de un pequeño filósofo, cuando cree que sólo la educación y la cultura harían posibles las reformas que España necesitaba.

Pío Baroja vierte su preocupación por España en sus novelas, en especial en La busca, la primera de la trilogía La lucha por la vida. Presenta una imagen terrible de la realidad social de su tiempo, de los que luchan por la vida desde las cloacas, denunciando la corrupción, la injusticia y el egoísmo de la sociedad española.

Al preguntarse por el sentido de la vida y no encontrar respuestas estos escritores viven una profunda crisis vital y existencial. Todos ellos han superado la religiosidad tradicional, han sido profundamente influidos por los primeros filósofos existencialistas. Unamuno se siente desgarrado entre la imposibilidad de reconciliar fe y razón, el deseo de creer en la inmortalidad y la idea desgarradora de que tras la muerte no hay nada. Ante la imposibilidad de usar la razón para obtener respuestas satisfactorias recurre al irracionalismo, la razón es enemiga de la vida_ terminará diciendo_. Estos temas se exponen en sus ensayos Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo; en sus novelas San Manuel Bueno Mártir, Niebla; o en alguna obra teatral como El pasado que vuelve.

Mientras que la respuesta barojiana al sentido de la vida es negárselo, la vida carece de sentido, el fuerte triunfa siempre sobre el débil, que debe luchar siempre, aunque sepa que la lucha está condenada al fracaso, en este sentido es El árbol de la ciencia la novela de Baroja más inmersa en la corriente existencial.

Otro aspecto claramente noventayochista son la admiración por Castilla y su austero paisaje, al que contemplan de forma subjetiva y más que reflejar de manera realista tierras y gentes, proyectan en él su propio espíritu, Castilla de Azorín o Viajes por tierras de Portugal y España de Unamuno, son libros que responden a esta tendencia.

Además de Unamuno, Azorín y Baroja, suelen incluirse en esta generación literaria a Valle-Inclán y a Antonio Machado. El esteticismo de Valle en las Sonatas le acerca a los rasgos del modernismo; la dureza y el sarcasmo de sus esperpentos o de las novelas del Ruedo Ibérico van mucho más lejos, en su crítica feroz a la situación social y política de su época que la mayoría de los postulados reformistas de la generación del 98.

El interés por el paisaje y los tipos castellanos, la crítica social de algunos poemas de Campos de Castilla de Machado le acercan a este grupo, aunque se diferencia de ellos por el intimismo simbolista de Soledades, galerías de otros poemas, el popularismo de Nuevas canciones o por los poemas militantes que Machado escribió en plena guerra civil, cuando las circunstancias mostraron. que las ideas del 98 habían quedado ampliamente superadas por los acontecimientos que desencadenaron la guerra del 36.

“Las siguientes cuestiones, sólo se responden si en el enunciado de la pregunta atiende a las siguientes formulaciones”___________________________

5.1.- La novela del 98

Podemos definir la generación del 98, de una manera amplia, como un conjunto de escritores, pensadores, científicos, artistas etc., que se sienten profundamente afectados por la crisis de valores de fines del XIX; y, que creen que la guerra de 1898, y la pérdida de los últimos restos de lo que había sido el imperio español, es un momento adecuado para la regeneración moral, social y cultural del país. Los novelistas de esta generación son Unamuno, Baroja, Azorín y Valle-Inclán..

Unamuno rompe con la novela tradicional. La situación sólo es el pretexto para que se muestre la personalidad de los personajes. Los temas que trata son de carácter filosófico: el destino del hombre, la perduración del hombre concreto, la muerte y la nada como final de la vida, el sentido de ésta, la impotencia de la razón para comprender la vida.

Citamos a continuación alguna de sus principales novelas:
Amor y pedagogía. La primera novela renovadora de esta generación es una sátira del positivismo científico. Niebla: Una novela existencial, en la que la niebla es el símbolo de la angustia en el que se mueven unos personajes polarizados entre la ficción y la realidad. Es interesante la forma en la que Unamuno plantea la relación entre el escritor y su personaje, Augusto Pérez. En Abel Sánchez a través de Joaquín Montenegro vemos el tema de la envidia en la vida española. El tema de la maternidad espiritual lo trata en La tía Tula, y la angustia que provoca la falta de fe y el deseo de tenerla en San Manuel Bueno.

Valle-inclán pasa del impresionismo modernista de las cuatro Sonatas al expresionismo esperpéntico de Tirano Banderas que es una historia caricaturesca y sangrienta de una dictadura americana. La etapa intermedia la constituyen las novelas de la guerra carlista: Los cruzados de la causa, El resplandor de la hoguera, Gerifaltes de antaño. En el conjunto de novelas de El Ruedo Ibérico Valle nos muestra una España grotesca, consecuencia de los años de la dictadura de Primo de Rivera en los que Valle escribe esta trilogía compuesta por La Corte de los Milagros, Viva mi dueño y Baza de Espadas.

Azorín utiliza la novela como soporte de sus innovaciones literarias desde novelas de la primera etapa como Las confesiones de un pequeño filósofo a las novelas objetivistas de la última como Don Juan o Doña Inés.

Las novelas de Baroja se caracterizan por ser el relato biográfico de un personaje central concebido ideológicamente, por lo que tiende a manipular el relato, seleccionando y adaptando los incidentes de manera que se ajusten al tema. Los acontecimientos se suceden en el mismo orden que afectan al héroe, en raras ocasiones un personaje secundario tiene importancia, escaso interés por el amor y las heroínas. Muchas de sus obras están agrupadas en trilogías, unas veces unidas por el tema y otras de manera arbitraria. Entra las más conocidas están: Tierra vasca, La lucha por la vida compuesta por La busca, Mala hierba y Aurora roja, la tetralogía de El mar en la que destaca Las inquietudes de Shanti Andía y una de sus novelas más importantes El árbol de la ciencia, dentro de la trilogía La raza.

5.2.- La poesía de la Generación del 98
 No es propiamente un movimiento literario, sino un grupo de escritores surgidos tras el desastre del 98 que representan un deseo de renovación político y social. Coinciden en sus temas: el paisaje castellano, el interés por la vida cotidiana del pueblo y el regreso a los clásicos. Coinciden también en la búsqueda de sencillez en la forma y en el empleo de un lenguaje directo.  Los principales componentes de la generación son: Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Antonio Machado, Pío Baroja y Azorín. Los dos últimos no cultivaron la poesía.

Miguel de  Unamuno . Es el escritor más representativo del 98. Su producción literaria es muy extensa, tocó todos los géneros literarios y a través de ellos expresa sus preocupaciones filosóficas: la angustia ante la muerte, el deseo de eternidad, la búsqueda de la fe, etc. Su poesía, de carácter muy personal, le sirve de vehículo para manifestar sus inquietudes religiosas; su interés por Castilla: paisajes, habitantes, ciudades; su amor por la familia; sus sentimientos ante la expresión artística.

Su primer libro Poesías, está impregnado de inquietudes místicas, de cariño a la tierra natal, de visiones de arte. Siguen Rosario de sonetos líricos y El Cristo de Velázquez, considerado como su mejor obra poética. Se trata de un poema muy extenso que nace de la contemplación del cuadro del pintor español. Es una exaltación del amor divino, centrado en la imagen de Cristo, fuente de amor y de perdón. Teresa, es un poema romántico en donde es perceptible la influencia de Bécquer.

Ramón María del Valle-Inclán  La importancia de su obra como dramaturgo y novelista hace que su poesía pase desapercibida. Claves líricas es el título con el que recoge la mayor parte de su producción poética. Su primer libro Aromas de leyenda está muy cercano a la estética de las Sonatas, con la visión del paisaje gallego. En El pasajero refleja el decadentismo de su época. Su obra maestra es La pipa de kif, donde los elementos modernistas se deforman hasta lo grotesco, lo que empareja este libro con sus esperpentos teatrales. El último poema del libro, La tienda del herbolario, es una exaltación a lo que Cernuda llamaría más tarde los paraísos artificiales.

Antonio Machado . Es el gran poeta de la generación y uno de los más importantes poetas españoles de todos el tiempos.  Aunque sus primeros poemas están cercanos al  modernismo, pronto se inclinó hacia un modernismo intimista, de tonos becquerianos, plagado de símbolos y de gran sencillez formal. Su pertenencia a la Generación del 98 se manifiesta por la revalorización del paisaje, la angustia ante el paso del tiempo, la preocupación por la situación española y por su futuro. Tres son los temas principales de su obra: la intimidad del poeta: recuerdos, ensueños, sentimiento del paso del tiempo; el paisaje: Castilla y Andalucía, la gente castellana, el pasado histórico, la realidad actual y la realidad nacional vista con sentido crítico; y , por último, el amor.

En su evolución poética podemos distinguir las siguientes etapas, cada una de ellas representada por un libro:

a) Soledades, el libro más cercano al modernismo: Aparecen los símbolos típicamente machadianos: el agua, las fuentes, la tarde. La sobriedad formal y una insistente añoranza de la niñez son las notas más personales de este momento.

b) Soledades, galerías y otros poemas, representa el rechazo del modernismo. El contacto con Soria le hace amar el paisaje castellano. Su estética es la de una poesía cada vez más sobria y sencilla. Empiezan a aparecer sus característicos poemas en donde el poeta dialoga consigo mismo.

c) Campos de Castilla, es el libro más cercano del 98 de toda su producción. El poeta se identifica con la tierra castellana y su poesía tiende a una mayor objetividad, sin perder el enfoque intimista

d) Nuevas canciones. Poesía de metro y poemas cortos con reflexiones filosóficas.

e) Última etapa. Es la época en la que Antonio Machado se compromete con la República. Aparece la poesía socio-política en sus Poesías de la guerra.

            5.3.- El teatro del 98.

El autor más representativo es, sin duda alguna, Valle-Inclán cuyo teatro y novela evolucionan desde el Modernismo hasta el nivel más crítico del 98, que desemboca en el esperpento en el que deforma la realidad y todo lo que en ella hay; distorsiona el lenguaje, a veces vulgar, pero muy elaborado y rico; a los personajes los cosifica, animaliza y son vistos como muñecos grotescos; presencia en la misma obra de elementos trágicos y absurdos. Dentro de este género destacar la obra maestra Luces de bohemia en la que se muestra una visión lamentable, esperpéntica de la vida madrileña a través de los ojos de un poeta ciego, Max y su acompañante, don Latino de Híspalis. Divinas palabras es la historia de familias que explotan en ferias la deformidad de un sobrino. Las comedias bárbaras, en las que Valle presenta un mundo de pasiones y violencia en su Galicia natal _ _ Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de Plata_ y, por último, Martes de carnaval, título de una trilogía en la que igualmente satiriza la vida madrileña.

                El teatro de Unamuno, por el contrario, es de carácter intelectual en el que la densidad de las ideas y la acción dramática son para él lo más importante. Entre sus obras destacar a Fedra, El hermano Juan o El otro.

         6. EL "NOVECENTISMO"  O GENERACIÓN DE 1914.

Hacia 1914 se produce lo que la crítica ha llamado un "relevo generacional" en la cultura española: los modernistas y los noventayochistas dan paso a una serie de intelectuales que reciben la denominación colectiva de "novecentistas". Se trata de artistas, pensadores, etc., que responden a un nuevo intento por parte de la burguesía por convertirse en la clase dominante en la España de aquellos años.

Las principales figuras del "Novecentismo" fueron: Ortega y Gasset (filósofo), Gregorio Marañón (médico), Américo Castro, Salvador de Madariaga y Claudio Sánchez Albornoz (historiadores), Julio Camba (periodista), Eugenio D'Ors -más conocido por "Xènius"-, Rafael Cansino Asséns, Manuel Azaña, Concha Espina, Wenceslao Fernández Flórez, Benjamín Jarnés, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró (ensayistas y novelistas), Juan Ramón Jiménez (poeta) y Ramón Gómez de la Serna (novelista, ensayista y poeta a la vez).

El grupo, formado por personalidades procedentes de ámbitos totalmente culturales dispares (medicina, filosofía, literatura, etc.), se caracterizan por:

·        Haber nacido, por lo general, en los años 80 (s. XIX) y haberse dado a conocer públicamente en los primeros años del s. XX. En "novecentismo" convive con las vanguardias en los años 20 e inicia su ocaso en los 30, para desaparecer con la Guerra Civil.

·        Los novecentistas asisten en esta época a diversos acontecimientos de gran importancia: estallido de la I Guerra Mundial (1914) con la neutralidad teórica de España; la fortaleza social del proletariado y el triunfo de la Revolución Soviética (1917) 

·        Por lo que se refiere a España, toman el testigo del 98 en su afán de modernizarla por completo olvidando viejas estructuras sociales, políticas y económicas. Se trata, pues de un grupo de intelectuales también reformistas que propugnan lo que se llamó "europeización" de España.

·        Todos insisten en que dicha reforma social debe comenzar por las instituciones estatal, es decir, hacer la revolución desde el poder.

·        Frente al 98 se caracterizan por tener una mucho mayor preparación intelectual, frente a los modernistas se caracterizan por no ser "bohemios" (es decir, intentaron la renovación social desde dentro de la sociedad )

·        Como intelectuales típicamente burgueses retoman el ideal racionalista. La razón será para ellos el valor máximo. En ese sentido, los  novecentistas se desmarcan por completo de las ideas irracionalistas, existencialistas, vitalistas, etc., que tanto influyeron en los del 98.

En cuanto al arte y la literatura, la estética novecentista posee los siguientes rasgos:

·        Rechazo total del sentimentalismo. El "yo" debe permanecer oculto tras la obra de arte. Éste es un rasgo claramente anti-romántico.

·        Abandonar el apasionamiento y la vehemencia. En ello rompen también con el 98 (por ejemplo con Unamuno)

·        El ideal de la claridad de ideas les lleva a concebir el arte en general como actividad puramente cerebral, intelectual. El intelectualismo convierte sus creaciones artísticas en minoritarias. Exigen de algún modo un público mínimamente preparado.

·        Todo ello conduce, finalmente, al ideal máximo de un "arte puro", como mero placer estético: la "obra bien hecha".

Destacamos a Ramón Pérez de Ayala y su obra narrativa: Tinieblas en las cumbres, La pata de la raposa, que narran diversas vivencias de la vida de un joven en tono pesimista y crítico sobre la situación española. En Baldomiro y Apolonio o Luna de miel, luna de hiel, el autor reflexiona sobre temas más universales como la comunicación, el amor y la sexualidad.

José Ortega y Gasset es uno de los intelectuales más relevantes del siglo XX. Fundó la Revista de Occidente en 1923. En su abundante obra filosófica y ensayística dejó ideas que siguen vigentes hoy en día. Destacar, entre sus obras, La rebelión de las masas, El espectador, La deshumanización del arte o Ideas sobre la novela.

Eugenio D´Ors es un intelectual crítico de arte. Defiende un arte alejado del desorden y pleno de equilibrio. Escribió en catalán y castellano obras como Glossari o Tres horas en el Museo del Prado.

Ramón Gómez de la Serna. Es conocido por sus Greguerías (pensamientos o frases breves en los que, mediante la asociación ingeniosa de conceptos y de palabras, busca una interpretación metafórica de la realidad) También destacar su novela vanguardista El caballero del hongo gris.

                Juan Ramón Jiménez. Su obra estuvo inmersa en un proceso continuo de búsqueda y creación de la belleza plena por medio de la palabra poética. Dentro de esta etapa, destacar una poesía más pura e intelectual que pueda llegar a ser simplemente la palabra justa. Con estos rasgos, publicó: Eternidades, Diario de un poeta recién casado, Piedra y cielo, Poesía, etc. Dedicó su obra, cada vez más compleja y difícil, “a la inmensa minoría” Sabe que la poesía es un arte minoritario. Influyó en los poetas de la Generación del 27.

        7. Los movimientos estéticos de vanguardia.

            Tras la Primera Guerra Mundial, la situación del arte europeo se caracteriza por una extraordinaria complejidad, se desarrollan los llamados movimientos de vanguardia, que, en algunos países, adquieren un carácter profundamente radical y se comprometen en la transformación o la crítica de la sociedad existente. Son una revolución estética y una transgresión artística.
La profunda crisis de valores del cambio de siglo conduce a un rechazo de la razón por considerarla incapaz para comprender la vida, por ello se da primacía a lo irracional, a lo inconsciente. El arte refleja este irracionalismo rechazando lo figurativo, entusiasmándose por lo moderno, por los nuevos modos de expresión: la fotografía, la tecnología, cine etc. No se buscará la belleza y el feísmo se incorpora como una nueva e importante categoría artística.


            Los principales movimientos de vanguardia son los siguientes:


            El futurismo: ensalza los mitos y tópicos de la modernidad: la velocidad, las máquinas, la fuerza etc. Llegan a ensalzar la guerra y a propugnar la destrucción de los museos, de las bibliotecas, de todo lo relacionado con el concepto tradicional de arte. Tuvo importancia sobre todo en Italia y su fundador, Marinetti, estuvo muy cercano al fascismo.
            El expresionismo: es un movimiento de origen alemán que deforma el mundo visible, como medio de trasmitir al receptor la conciencia trágica de la vida. Expresa la realidad vista desde un yo atormentado. Se caracteriza por sus colores fuertes, un cierto humor negro y una apología de la fealdad. Vasily Kandisky es un pintor representativo de este movimiento Se pueden encontrar elementos expresionistas en los esperpentos de Valle-Inclán y en las primeras obras de Baroja.
            El cubismo: se caracteriza por su espíritu de geometría. Los cubistas analizan las formas hasta sus últimas consecuencias, descomponiendo los volúmenes, estudiando sus partes y reduciéndolos a formas geométricas. Picasso y Juan Gris son los nombres más representativos de este movimiento.
            El abstraccionismo: los abstraccionistas quieren crear un arte puro. En pintura liberan a los elementos pictóricos, la forma y el color, de su vehículo habitual: la realidad. De manera semejante se desarrolla por esta época el concepto de poesía pura.
            El dadaísmo: la primera guerra mundial supuso una crisis tal de valores que los dadaístas consideraban que sólo la protesta, el irracionalismo, la negación absoluta, la anarquía eran las respuestas coherentes a la estupidez del mundo.
            El surrealismo: en 1924 el poeta André Breton publicaba en París el Primer Manifiesto del Surrealismo. El nuevo movimiento heredaba de su antecesor, Dadá, la idea de que la razón no es más que un molesto impedimento que obstaculiza el desarrollo de la creatividad.
Tomando como punto de partida la obra clave de Sigmund Freud La interpretación de los sueños, llegan a la conclusión de que la única manera de eliminar las ataduras de la razón era propiciar el acceso al subconsciente. Escogieron dos vías para "penetrar" en él, vías que constituyen las dos técnicas surrealistas por excelencia: el automatismo, que consiste, en esencia, en dibujar o escribir sin lógica, moviendo libre e incontroladamente la mano o el pincel y la desorientación reflexiva, procedimiento por medio del cual las imágenes surgidas del subconsciente unen objetos completamente extraños entre sí.

            En el ámbito hispánico hay que nombrar dos importantes movimientos estéticos, el ultraísmo y el creacionismo. Algunos de los escritores de la generación del 27 participaron activamente en ellos, otros como Federico García Lorca en Poeta en Nueva York o Vicente Aleixandre en La destrucción o el amor han hecho importantes contribuciones al movimiento surrealista.


        8. La poesía de la Generación del 27.

            La generación del 27, llamada así por el homenaje en honor a Góngora, en el tercer centenario de su muerte,  que celebraron en 1927 en el Ateneo de Sevilla. Es una de las generaciones literarias más importantes de la historia de la literatura española. Es sobre todo una generación de poetas, con excepción de Federico García Lorca que cultivó, además, un teatro poético de gran brillantez, al igual que Rafael Alberti. Son autores de una gran formación intelectual que mantuvieron una relación cordial y colaboraron enlas mismas revistas literarias: La Gaceta Literaria, Litoral, Revista de Occidente.

            La generación del 27 tiene una primera etapa anterior a 1936 de influencia vanguardista, de J. Ramón Jiménez y de poetas clásicos como Bécquer y Góngora. Así, cultivan las vanguardias en sus distintas versiones: el ultraísmo y el creacionismo con Gerardo Diego, Manual de espumas; el futurismo en Cal y Canto de Alberti; el surrealismo de Lorca en Poeta en Nueva York o Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, Cernuda con Un río un amor o Aleixandre en Espadas como labios. Salinas y Guillen se inclinan hacia una poesía pura, depurada de todo aquello que no sea emoción lírica en La voz a ti debida del primero o Cántico del segundo, en el que el autor expresa su entusiasmo por la vida.

            Además cultivan en estas primeras etapas una poesía neopopular. Alberti con Marinero en tierra, y Lorca con El Romancero Gitano y El Poema del Cante Jondo, donde muestra la raíz y el llanto de du tierra andaluza, entre otros, o bien una poesía de raíz clásica inspirada en Garcilaso, Lope o Góngora como Gerardo Diego con Versos humanos o Alondra de verdad, Romancero de la novia

         Después de la guerra la trayectoria de estos poetas es muy diferente. Lorca ha muerto, Alberti, Guillén Cernuda y Salinas están en el exilio, los dos últimos morirán en él. Allí continúan escribiendo una poesía alejada del entusiasmo de sus primeras horas. Para Guillén ha llegado la hora de Clamor (dolor, injusticia, muerte) Salinas, espera volver algún día en El confiado, Alberti tiñe de melancolía, Baladas y canciones del Paraná o Entre el clavel y la espada, y a Cernuda le obsesiona el final de la vida y la añoranza de los recuerdos en Con las horas contadas o Desesperación de la quimera.

         Dámaso Alonso, que antes de la guerra había cultivado la poesía influenciada por Juan Ramón Jiménez y Machado, pública en 1944 Hijos de la ira y Hombre y Dios, que, junto con Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre, constituyen un punto de inflexión en la poesía de posguerra y tendrán una influencia decisiva en los poetas de las generaciones siguientes. Es la poesía desarraigada y humana.

        9. Tendencias del teatro desde principios de siglo hasta 1936.

         El teatro tradicional.

                Durante el primer tercio del siglo XX dos tendencias dominan la escena española, un teatro tradicional y de consumo y un teatro innovador con rasgos marginales y con una relativa influencia en el conjunto del panorama teatral. Este teatro tradicional presenta a su vez diversos aspectos:

                               - Un teatro poético de tendencia modernista en el que hay que citar autores como Eduardo Marquina, Francisco Villaespesa, o los hermanos Machado.

                               - Un teatro cómico en el que Carlos Arniches, el creador del género chico es la figura indiscutible. Sus sainetes, La chica del gato, ¡Qué viene mi marido! etc. mezclan el cuadro de costumbres y el conflicto sentimental, dentro de una idealización populista y con un lenguaje casticista.

                               - El teatro de Benavente, un teatro realista y comedido frente al neorromántico de José Echegaray, que triunfaba en ese momento. Fue el teatro de la burguesía desde 1896 en que estrena Gente conocida, hasta su última obra, Titania, 1946. Se caracteriza por la falta de conflictos graves y por su suave crítica social. En su obra maestra, Los intereses creados se aparta del esquema habitual.

            El teatro innovador.

                               - Algunos autores de la generación del 98 hacen los primeros intentos por renovar el anquilosado teatro comercial. Entre ellos destaca Unamuno, que considera el teatro como método de conocimiento y que hace unos dramas en esqueleto, a los que llama drumas como El otro o El hermano Juan; Joaquín Grau, con El señor de Pigmalión, Azorín que hace un teatro antirrealista, carente de tensión; Ramón Gómez de la Serna, que en Los medios seres, utiliza técnicas claramente vanguardistas.

                               - Los dos grandes renovadores de esta época son Valle-Inclán y García Lorca.

                Valle-Inclán empezó a escribir teatro en 1905 y durante 20 años fue su principal ocupación. Para él, el teatro es un espectáculo total, usa técnicas cinematográficas y experimenta constantemente. Expresa su repulsa ante la sociedad contemporánea de dos maneras: o mediante la evasión artificiosa o con el sarcasmo más mordaz. Su teatro se puede clasificar como

                A) modernista: El Marqués de Bradomín.

                B) ciclo mítico: Comedias bárbaras, las fuerzas del mal y la destrucción libres por el mundo. En Divinas Palabras, el despliegue del mal y la fuerza del lenguaje anuncia lo que será el ciclo siguiente:

                C) el esperpento caracterizado por la deformación y el efectismo. Un teatro relacionado con el expresionismo y con el movimiento dadá. Los más famosos esperpentos son , el primero Luces de Bohemia y los que componen Martes de Carnaval.

                D) Por último las farsas, en las que degradación de la realidad llega al máximo como en Farsa y Licencia de la Reina castiza. Aunque autores como Pedro Salinas, Rafael Alberti, Miguel Hernández, o Max Aub, intentan renovar el teatro según fórmulas vanguardistas hay que llegar a Lorca para encontrar un teatro renovador, de calidad y con éxito de público.

                Federico García Lorca. En el teatro lorquiano se da una profunda unidad entre teatro y poesía, por eso a cada ciclo poético le corresponde un ciclo teatral. En Mariana Pineda, tenemos un teatro de tema histórico tratado poéticamente.

                Además de algunas farsas como Amores de don Perlimpín con Belisa en su jardín, el teatro vanguardista lo forman: Así que pasen cinco años, con personajes sin nombre, como soportes de una idea, de tal complejidad, que no pudo estrenarse hasta 1979. Es una meditación sobre el tiempo, derroche de lo que se ofrece, la fecundidad de la vida y el presente frente a la infecundidad del sueño y del futuro; El Público, obra sin acabar, así como la última descubierta, Comedia sin título.

                Las tragedias rurales constituyen la última etapa del teatro lorquiano, obras en que el sentido social, el ansia de libertad, de justicia y de realización personal chocan con el rígido código del honor impuesto a las mujeres. Lo que Lorca llamó Trilogía dramática de la vida española, está compuesta por Bodas de Sangre, tragedia colectiva, Yerma, tragedia individual y La casa de Bernarda Alba, de 1936 y su obra maestra. Es un drama de las mujeres en los pueblos de España, mundo de silencio, de espacios cerrados, de rigidez moral y murmuraciones de aldea, en el que el instinto de poder, tan ciego como el instinto sexual, suplanta a la realidad y la reprime.

Contexto histórico para todas las cuestiones de literatura posteriores a la guerra civil.


                 En 1939 termina una guerra que dejó España en la más absoluta miseria, tanto económica como moral y el exilio de la mayoría de los escritores e intelectuales __ Salinas, Cernuda, Alberti, Machado__ Otros mueren en la guerra: Lorca, Unamuno. Así empieza una dictadura y una época de aislamiento internacional que termina con la muerte del general Franco en 1975. La literatura se ve inmersa en una represión política y en una censura permanente hasta los años 60, que empieza una etapa de desarrollo económico y una lenta y paulatina relajación de la misma, en la que influye de manera decisiva la entrada de España en la ONU. Se levantan voces en las universidades y la oposición al régimen se va haciendo cada vez más fuerte, con protestas y manifestaciones de los sectores de la izquierda.


10. Novela posterior a 1939. Tendencias, autores y obras.

            1. La novela existencial en los años 40
                Tras la Guerra Civil (1936-39) en España hay un ambiente de desorientación cultural. De hecho, los novelistas contrarios al régimen franquista se exilian (Ramón J.Sender, Max Aub ...).
                Aparece un grupo de novelistas (Cela, Carmen Laforet, Delibes y Torrente Ballester) que cultivan una “novela existencial”. Se trata de una novela pesimista que trata de problemas existenciales como la soledad, la inadaptación, la frustración o la muerte.

                1.1. Cela escribe La familia de Pascual Duarte. En ella un condenado a muerte justifica sus crímenes como consecuencia de las circunstancias de su vida. Inició la corriente del “tremendismo”, que presentaba en la novela escenas violentas y desagradables.

                1.2. Carmen Laforet compone Nada. Presenta con un estilo desnudo y un tono triste a una muchacha que va a estudiar a Barcelona, donde vive con unos familiares en un ambiente de ilusiones fracasadas y de vacío existencial.

                1.3. De Delibes destacan La sombra del ciprés es alargada, que habla también de la frustración, pero con la esperanza de la religión; El camino, sobre un niño que va a dejar su pueblo para ir a la ciudad; Diario de un cazador, sobre la vida de un conserje de instituto y Las ratas, tal vez su obra maestra, sobre un inocente en un mundo rural mezquino.

                1.4. De Torrente Ballester destacan Javier Mariño, que presenta a un intelectual español que abandona su cómoda vida para unirse a las tropas franquistas, y Los gozos y las sombras, que recupera el relato tradicional de corte decimonónico (del siglo XIX).

         2. El realismo social de los años 50
En los años 50 España experimenta una mayor apertura hacia el exterior. En el plano cultural, la censura se flexibiliza y ya es posible “contar lo real”.

                2.1. La colmena de Cela es la precursora de la novela social. En ella se trata el tema existencial de la incertidumbre de los destinos humanos pero incorpora temas sociales como el hambre, el dinero y la memoria de guerra. Es una novela abierta, sin argumento y sin desenlace. Cada capítulo está integrado por secuencias, que narran de manera fragmentaria las peripecias de los personajes. Tiene un protagonista colectivo, que es la ciudad de Madrid.

                2.2. La “Generación del medio siglo” cultiva la novela social. Dentro de esta se distinguen dos tendencias: el realismo crítico, que denuncia las injusticias, y el objetivismo, con predominio del diálogo y sin intromisión del narrador. Destaca Rafael Sánchez Ferlosio con la novela objetivista El Jarama, en la que reproduce fielmente los diálogos de unos jóvenes a orillas del Jarama. Los diálogos insustanciales y el incidente final en el que una chica muere ahogada acentúan el pesimismo.

                Despuntan también Ana María Matute con Primera memoria; Aldecoa con Gran sol; Fernández Santos con Los bravos, donde retrata la dura vida del campo; Carmen Martín Gaite con Entre visillos, donde critica la condición de la mujer; López Pacheco con Central eléctrica, donde denuncia la explotación obrera; Alfonso Grosso con La zanja

            3. La novela experimental española desde 1962 a 1975
                Se produce un cansancio del realismo social y se cultiva la novela experimental, influenciada por el llamado “boom hispanoamericano” y por escritores de gran trascendencia para la novela contemporánea como Proust, Joyce, Faulkner y Kafka. Se trata de una novela abierta, que carece de argumento definido y de desenlace. Hay saltos en el tiempo. El capítulo se sustituye por la secuencia. Se multiplican los puntos de vista y se utiliza también la segunda persona narrativa. El lenguaje se complica: se altera la sintaxis, aparecen párrafos sin puntuación …

                La primera novela experimental es Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín-Santos. Relata la historia del médico Pedro, que a causa de los escándalos es despedido del laboratorio y finalmente se recluirá en su aldea. La novela utiliza el tú narrativo, el monólogo interior, el discurso sin puntos, las secuencias …

                Torrente Ballester escribe La saga/fuga de J.B., que retrata una fábula de un imaginario pueblo gallego donde el hilo de la novela se corta con frecuencia.

                Delibes compone Cinco horas con Mario, donde recoge el soliloquio de Carmen ante su marido ya muerto, y Parábola del náufrago, con influjo de Kafka, en el que el protagonista ve transformarse en perro a su amigo.

                Destacan también Cela en San Camilo 1936, Juan Benet con Volverás a Región, Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa y Juan Goytisolo con Señas de identidad.

                Con La verdad sobre el caso Savolta (1975) de Mendoza se dio una recuperación de la trama argumental en la novela y se va abandonando la novela experimental.



            4. La novela a partir de 1975

            A partir del advenimiento de la democracia en 1975 se abre el panorama de la novela en España de tal manera que es prácticamente imposible destacar algunas características o tendencias generales por encima de otras. Cada autor emprende un camino personal con la pretensión de diferenciarse al máximo de sus contemporáneos. De todos modos, vamos a intentar destacar los rasgos más significativos de este periodo:-               Durante los años setenta hay autores que siguen cultivando la novela experimental e intelectual que tiene su origen principal en Tiempo de silencio. Suelen prestar más atención a la forma que al contenido, ya que el argumento llega a casi desaparecer. Abundan las historias fragmentadas y los monólogos interiores. Este tipo de novela está dirigido a un lector inteligente y culto, con formación suficiente para comprender las dificultades sintácticas que los autores plantean.- La mayoría de los autores de este periodo se muestran contrarios al régimen de Franco.

                Comienzan a surgir nuevos subgéneros dentro de la novela con la finalidad de ampliar el panorama literario. Así, encontramos desde finales de los años setenta novelas policíacas, novela negra, de intriga, de ciencia-ficción, de aventuras, rosa, de espionaje...- El mercado impone su peso a la literatura, de manera que se comienza a publicar con la finalidad de vender una gran cantidad de obras. Los autores se popularizan como creadores y recreadores de opinión en los distintos medios de comunicación (prensa, radio y televisión). El término inglés best seller se asienta entre nuestros autores como sinónimo de calidad y triunfo.- En los últimos veinte años ha crecido espectacularmente el número de publicaciones a causa de la gran cantidad de premios literarios que existen actualmente y del comercio que las editoriales han instaurado a través de grandes cadenas de distribución, como la Fnac, La Casa del Libro, El Corte Inglés o Círculo de Lectores.

Los autores que consideramos más destacados de los últimos años son los siguientes:

         Manuel Vázquez Montalbán (1939-2004): Es uno de los autores más importantes de los últimos treinta años. Además de un destacado poeta, cultiva con éxito también la novela. Es el creador del detective Pepe Carvalho, protagonista de Yo maté a Kennedy (1972), Tatuaje (1974), La soledad del manager (1977) etc.

         Eduardo Mendoza (1943): Es uno de los principales novelistas de los últimos años. Comienza su carrera literaria en 1975 con La verdad sobre el caso Savolta, caracterizada por la intriga y la acción. Narra los abusos que los dueños de una fábrica de armas ejercen sobre sus empleados y los intentos de un humilde periodista, Pajarito de Soto, por descubrir los sucios negocios de contrabando de los patronos. Esta novela tiene una clara finalidad de denuncia social y de crítica hacia la burguesía acomodada de principios del siglo XX. En una línea parecida, aunque más cerca de la novela policíaca, publica El misterio de la cripta embrujada (1979) y El laberinto de las aceitunas (1982). La ciudad de los prodigios (1986) es una de sus grandes novelas. Narra la evolución de la ciudad de Barcelona desde finales del siglo XIX. Sin noticias de Gurb (1991) es una de las novelas más delirantes de nuestro autor. Publicada por entregas en el diario El País, narra las aventuras que vive un extraterrestre, Gurb, que se pierde por Barcelona justamente antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de 1992. Se trata de una novela cargada de humor, ironía y parodia.

         Luis Landero (1948): Comienza a escribir bastante tarde. Tres de sus novelas sirven para situarlo entre los mejores novelistas actuales: Juegos de la edad tardía (1989), Caballeros de fortuna (1994) y El mágico aprendiz (1999).

         Javier Marías (1951): Publica con poco más de quince años su primer cuento, La vida y la muerte de Marcelino Iturriaga, en El Noticiero Universal de Barcelona (19 de abril de 1968). Desde entonces, prácticamente no ha dejado de cosechar éxitos literarios dentro y fuera de nuestras fronteras. En sus novelas suele mezclar el amor con elementos misteriosos y policíacos. En 1971 publica, con la ayuda de Juan Benet, su primera novela, Los dominios del lobo. A esta obra le siguen Travesía del horizonte (1972), El monarca del tiempo (1978) y El siglo (1983). Mientras ellas duermen (1990) es un libro de relatos breves. En 1994 publica una de sus mejores novelas, Mañana en la batalla piensa en mí. Colabora habitualmente como columnista de opinión con diversos diarios.

         Arturo Pérez Reverte (1951) Desde sus primeras novelas, cosecha un gran éxito, ya que han sido traducidas a veinte idiomas y algunas de ellas adaptadas al cine. Publica novelas basadas principalmente en hechos históricos, como El húsar (1986), El maestro de esgrima (1988), La tabla de Flandes (1990), La sombra del águila (1993) o la serie de novelas basadas en el capitán Alatriste: El capitán Alatriste (1996), Limpieza de sangre (1997), El sol de Breda (1998), El oro del rey (2000) y El caballero del jubón amarillo (2003).

         Antonio Muñoz Molina (1956): Nacido en Úbeda (Jaén), es actualmente el miembro de la Real Academia Española de la Lengua más joven de cuantos la integran y uno de los novelistas más importantes de la actualidad. En sus novelas suele mezclar elementos policíacos, históricos y misteriosos. El éxito le llega muy pronto, ya que recibe el Premio Nacional de Literatura dos veces, una en 1988 por El invierno en Lisboa, y otra en 1991 por El jinete polaco, que también recibió el premio Planeta. Otras obras destacadas, ya del siglo XXI son: En ausencia de Blanca (2000) , Sefarad (2001) y Las ventanas de Manhattan (2004).

11. El teatro de postguerra. Tendencias, autores y obras.

            El movimiento de renovación teatral que, impulsado en los años 20 y 30 por autores como Valle-Inclán o García Lorca, encontró en el ambiente cultural de la segunda República un marco idóneo para su evolución y proyección, se vio truncado por la guerra civil y, en la inmediata posguerra, por una serie de condicionamientos ideológicos, como la censura, y comerciales, como la política mercantilista de hacer teatro en función del público burgués, que hicieron inviable durante muchas décadas un teatro abierto y renovador. De este modo, en la posguerra, el teatro que predomina está dirigido a un público que entiende la escena como evasión. Los temas que se tratan no tienen ningún compromiso político: la infidelidad, la rebeldía de los hijos.

·              En el teatro específicamente de posguerra, la década del 39 al 49, los escenarios españoles se nutren de piezas de autores tradicionales que ya habían estrenado antes de la guerra: Arniches, Marquina, Benavente etc. Destacar el teatro de comedias de salón, esto es, se pone en escena un mundo feliz y sin problemas. Entre los autores destacamos a Joaquín Calvo Sotelo con La Muralla. Jaime Salom con La casa de las Chivas, ambientado en la zona republicana al final de la guerra. Edgar Neville con La vida en un hilo, etc. En esta misma década hay que mencionar dentro del teatro del humor a los escritores Enrique Jardiel Poncela, creador de un teatro de lo inverosímil, nuevo y audaz, de lo que es una buena prueba: Eloísa está debajo de un almendro, Los ladrones somos gente honrada y Miguel Mihura, fundador de la revista humorística La Codorniz con Tres sombreros de copa, Sublime decisión, en la que defiende el derecho de la mujer a trabajar, Melocotón en almíbar, ya de la década de los 50, como Maribel y una extraña familia, con la que demuestra que la actitud bondadosa de las personas puede cambiar a una prostituta.
      Fuera de España los escritores exilados como Rafael Alberti: Noche de guerra en el museo del Prado o Alejandro Casona: La dama del Alba, estrenada en Buenos Aires, siguen escribiendo teatro, aunque apenas tuvieron posibilidades de llevarlo a escena.
·              A partir de 1949 y hasta mediados de los 60 aparece un teatro marcado por preocupaciones existencialistas y por tendencias de tipo social, que empieza a presentar sobre el escenario la realidad española, de una forma cada vez más crítica.
El estreno en 1949 de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo significa el comienzo de este tipo de teatro de protesta y denuncia que Buero seguirá cultivando a lo largo de su vida. Abre nuevos caminos en la renovación teatral. Destacar, igualmente Hoy es fiesta o Las cartas boca abajo.

     Alfonso Sastre es otro exponente de este teatro inconformista. Pretendió hacer del teatro un arma de denuncia y crítica social tanto con la creación de grupos teatrales, como con manifiestos o con sus obras: La mordaza, Escuadra hacia la muerte , Muerte en el barrio, o La cornada, son buena prueba de ello.
      Al igual que en los años 50 y en los primeros 60, los autores españoles escriben novelas neo-realistas y poemas sociales. Toda una generación de dramaturgos retratan en sus obras la explotación del hombre, la injusticia social, la alienación etc. Entre estos escritores están Lauro Olmo: La camisa, José Martín Recuerda: Las salvajes de Puente san Gil, José María Rodríguez Méndez: Los inocentes de la Moncloa, etc.

·        A lo largo de las décadas de los 60 y 70 empieza a aparecer un teatro renovador que trata de experimentar con nuevas fórmulas teatrales, aunque por los condicionamientos comerciales e ideológicos mencionados anteriormente, quedará frecuentemente como un teatro de minorías, al margen, muy a menudo, de los circuitos comerciales. Además de Fernando Arrabal  con Cementerio de automóviles, Francisco Nieva, o Antonio Gala en Los verdes campos del Edén o Los buenos días perdidos, Buero Vallejo se incorpora a la tendencia experimental en obras como La doble historia del Doctor Valmy o El tragaluz.
      En estas décadas aparecen los grupos de teatro independiente como Tábano o Los goliardos ya desaparecidos, y otros como Els Joglars, Dagoll-Dagom o Els Comediants que siguen representando hasta hoy.

Contexto histórico para cuestiones relacionadas con la literatura en democracia.

                          En 1975, con la muerte de Franco, comienza una transición hacia la democracia que se consolida con la aprobación de la actual Constitución en diciembre de 1978. En España se establece un estado democrático bajo la monarquía parlamentaria de Juan Carlos I. Tras el intento fallido de golpe de estado en febrero de 1981, nuestra democracia se consolida. A pesar de empezar su transición democrática en unos años terribles de crisis mundial, España empieza a desarrollarse económica y científicamente y entra en la Unión Europea en 1986. Con el cambio de siglo, adoptamos el euro como nueva moneda, afianzando nuestros lazos europeos. A pesar de la grave crisis económica que sufrimos en la actualidad, España es un país desarrollado que sufre un gran cambio social con la entrada de emigrantes.

                          La primera consecuencia fundamental de la democracia para la literatura es la desaparición de la censura, lo que, junto al mayor nivel cultural y económico de los españoles, lleva a una mayor producción editorial, aunque esta bonanza no es igual en todos los géneros. La novela sí tiene un éxito arrollador, pero la poesía (a pesar de que aumenta el número de poetas) se mantiene en tiradas muy cortas. Y el teatro sobrevive gracias a las subvenciones y al dinero público.

                          TEATRO EN LA DEMOCRACIA:


                                   El teatro sufre una grave crisis de calidad y de éxito de público en los últimos años del siglo XX, ya que tiene que competir con el cine, la televisión, el vídeo etc. Sólo se sostiene gracias a la creación de organismos como el Centro Dramático Nacional y otros similares en las Comunidades Autónomas que apoyan con subvenciones a los dramaturgos. Sin embargo, al empezar el siglo XXI , quizá debido a la crisis del cine ( A causa de Internet y el pirateo) o la escasa calidad de televisión ,que aumenta su oferta de canales pero empeora en calidad y contenidos día a día, el teatro vive un renacer, con propuestas originales y con éxito de público, como podemos ver en el éxito de los musicales que trasformaron la Gran Vía madrileña.
                                   Siguen funcionando los grupos de teatro  independiente o alternativo, como Els Joglars, La fura dels baus, Tricicle, La Cubana que se basan en la creación colectiva y en la importancia del espectáculo por encima del texto. Por otra parte, siguen estrenando autores consagrados que se ven liberados de la censura como Antonio Buero Vallejo, cuya última obra “Misión al pueblo desierto “ (1999) estaba en cartel cuando murió en 2000, o Antonio Gala ( Petra Regalada), y autores que habían estado prohibidos como Arrabal o Francisco Nieva.
                                   También triunfan ahora dramaturgos más jóvenes, que habían empezado a triunfar en los 70, como Ana Diosdado. Los ochenta son nuestros. o Sanchis Sinisterra  ¡Ay, Carmela!.
Destacan sobre todo, a partir de los 80, dos autores que crean un teatro costumbrista para reflejar la realidad de esta época: Fermín Cabal . Esta noche ,gran velada. Y José Luis Alonso de Santos , con obras como La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro.
12. Tendencias principales de la poesía de posguerra.

            Dejando aparte a los poetas de la generación del 27 como Rafael Alberti o Jorge Guillén y alguno de generaciones anteriores como Juan Ramón Jiménez o León Felipe, que pasan las primeras décadas de posguerra en el exilio, las principales tendencias de la poesía de posguerra son:

         Garcilasismo. Un grupo de poetas de la llamada generación del 36: Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero o Dionisio Ridruejo escriben una poesía en estrofas tradicionales en la que no hay ninguna referencia a la desoladora realidad circundante de esos años. Sus temas son los eternos de la poesía: el amor, la muerte, Dios. A esta tendencia pertenecen libros como Ángeles de Compostela o Alondra de verdad del poeta de la generación del 27 Gerardo Diego.

            En 1944 se publican dos libros: Sombra del Paraíso de Vicente Aleixandre e Hijos de la ira de Dámaso Alonso, en los que se manifiestan tendencias que estarán en vigor durante más de una década. Escritos en verso libre y con alusiones a la realidad inmediata. Con el último se inicia la poesía española contemporánea, frente al lenguaje preciosista de los garcilasistas este libro ofrece un lenguaje crispado y violento.

            Hacia 1950 hay dos tendencias dominantes: la poesía desarraigada, la poesía arraigada. La primera presenta al mundo como caos y como angustia y mediante la poesía se buscan orden y análisis. Esta corriente se agrupa alrededor de la revista Espadaña. En la línea de poesía arraigada están los poetas que se llaman a si mismos Juventud creadora, y que publican en la revista Garcilaso. Los poetas buscan sus raíces en Dios, la tierra y la familia. Tienen una visión optimista y esperanzada, del mundo y de la vida y prefieren las formas métricas clásicas.

         Hacia 1960, aparece la poesía social :una poesía objetiva y de denuncia que parte del clima creado por la revista Espadaña. Los poetas de esta tendencia deciden convertirse en testigos de la vida cotidiana, escriben con un lenguaje accesible y dan un predominio total al contenido del poema. En ellos denuncian las injusticias sociales y la situación política de España. A esta corriente pertenecen poetas como José Hierro, Gabriel Celaya, Blas de Otero “ANCIA”

         La segunda generación de posguerra. Para poetas posteriores como Ángel González, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma la poesía es sobre todo un método de conocimiento, sin renunciar por ello a que sea también vehículo de comunicación. Aunque suelen emplear el verso libre son más exigentes en cuanto al lenguaje poético que la generación anterior.

         A partir de mediados de los 60 y hasta los años setenta, aparecen los llamados Los novísimos. En 1963 Pedro Gimferrer, publica Arde el mar, que supone una ruptura con la poesía inmediatamente anterior. Alrededor de él se agrupa una serie de poetas reunidos en 1968 en la antología de Nueve novísimos poetas españoles. La máxima preocupación de su poesía es la forma, se alejan de preocupaciones sociales y políticas, hacen constantes referencias en sus poemas a motivos exóticos, culturales y culturalistas con una artificiosidad que recuerda a los modernistas y utilizan procedimientos de carácter surrealista.
            A finales de los 70, se abandona la estética “novísima y los poetas más jóvenes buscan una poesía más sencilla y clara, más íntima y menos culturalista o formalista.
            Hay varias tendencias, como el neosurrealismo, que recupera la influencia de la poesía irracional de poetas del 27 que habían estado prohibidos y ahora se leen como Alberti, Lorca o Cernuda. A esta línea de poesía neosurrealista pertenece, por ejemplo, Blanca Andreu.
            Por el mismo motivo, se recupera la influencia de Juan Ramón Jiménez y Jorge Guillén en una tendencia neopurista , muy objetiva y fría, en poetas como Sánchez Robayna o Julia Castillo. También es neopurista la poesía del silencio, al estilo de José Ángel Valente, poesía difícil que reduce el lenguaje a lo imprescindible, como la de Amparo Amorós o la de Ildefonso Rodríguez.
            Parecen recuperar el simbolismo (en esta época postmoderna todo son revisiones de lo realizado a lo largo del siglo XX), con una poesía trascendente, difícil porque siempre se refiere a una segunda realidad, poetas como Julio Llamazares.Y recuperan la poesía clásica, el soneto y el estilo barroco poetas como Antonio Carvajal o Fernando de Villena.
            Pero la línea poética más seguida en los años 80 y 90 ( y que sigue de moda hoy en día) es la Poesía de la Experiencia que encontramos en Luis García Montero( Habitaciones separadas), Carlos Marzal, Joaquín Sabina( Ciento volando de catorce)…
            Esta poesía trata temas cotidianos y verosímiles, cercanos al lector pues el poeta es un hombre normal, cotidiano, frecuentemente urbano, que nos habla de su intimidad ,de su vida cotidiana y sus experiencias o del paso del tiempo con un estilo sencillo, cercano, coloquial ,a veces jergal, donde juega con refranes o frases hechas que trasforma mediante el uso de la metáfora o el cambio sorprendente, por influencia de poetas de la generación del 50, como Jaime Gil de Biedma o anteriores ,como Blas de Otero.


         13. La novela hispanoamericana a partir de los años sesenta.

            Los años sesenta pueden ser considerados como la etapa dorada de la novela Hispanoamericana, conocida como el boom y favorecida por una serie de circunstancias:

·                          Un grupo de autores que, sin formar una generación, difunden su obra

                               internacionalmente: Lezama Lima, Julio Cortázar, Gabriel García                                                                        Márquez, Vargas Llosa.

·                          Se produce una reactivación de la industria editorial española, especialmente en Barcelona (Seix Barral, Plaza y Janés, Bruguera) donde algunos de estos autores publican sus obras.

·                          Los novelistas consolidan la línea renovadora iniciada por autores de generaciones anteriores (Borges, Miguel Ángel Asturias) y presentan importantes innovaciones tanto temáticas como formales:

-          Innovaciones temáticas: la realidad hispanoamericana, ciudades, campos, costumbres, pero enfocada desde diferentes perspectivas: el realismo social, el realismo mágico...

-          Innovaciones técnicas: la oposición de los planos (tiempo y espacio), la variedad de perspectivas, la participación del lector, la desintegración de la estructura narrativa, la mezcla de lo real y lo mítico, experimentación del le 
                                            -          Especialmente importante es la obra de dos autores:

            Gabriel García Márquez, que alcanza con su magistral novela, Cien años de soledad (1967) la culminación de un proceso creativo de gran calidad e imaginación, el llamado realismo mágico o El coronel no tiene quien le escriba. 

            Mario Vargas Llosa, reciente Premio Nobel de Literatura (2010) cuya obra La ciudad y los perros (1963) le dio fama internacional. Destacamos, igualmente La fiesta del Chivo, en la que retoma el argumento de la novela de dictador, aún vigente Pantaleón y las visitadoras,  En 2010 se publicó El sueño del celta, última novela de Vargas Llosa sobre la vida de Roger Casement, cónsul británico en el Congo Belga y en Perú, que entre 1903 y 1911 se dedicó a investigar y a denunciar las atrocidades -explotación salvaje, torturas y genocidio-, del régimen de Leopoldo II.

                Los caminos abiertos por estos autores han facilitado el éxito de nuevos novelistas; su preocupación esencial es Latinoamérica, pero estos autores ya no muestran la imagen de grupo literario que ofrecían los componentes del boom (Manuel Puig, Alfredo Bryce Echenique...)


                                                                                              ©  José María Poza – abril 2013

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A MI HONORABLE PADRE. 19/05/08

A mi honorable padre.

Me encuentro en una situación difícil, pero cómoda. Es como si flotara en el espacio de los recuerdos. Todo sabe a recuerdos, todo son momentos vividos. Si camino, recuerdo; si pienso recuerdo más intensamente; si tomo cerveza, recuerdo instantes que compartimos; si voy a la compra, él siempre está presente. Todo lo que hay a mi alrededor me recuerda a él. Sueño con su presencia. Fue una persona muy importante en mi vida y para mi vida. Le dije millones de veces que lo quería y eso me reconforta sobremanera. Ahí ando, en estos senderos me encuentro. En alguna ocasión, los lagrimales vierten alguna gota de dolor. Sigo viviéndolo mucho más intensamente que cuando me regalaba su presencia.
Fue un hombre bueno, un buen hombre. Íntegro hasta la exageración. Honesto hasta hacer de la honestidad misma su modo de vivir. Paciente como el mejor chacal que espera el movimiento de su presa para capturarla, él para ayudarla. No tenía palabras de más, las que usaba se llenaban de esperanza y de emoción contenida. Lo quise hasta la profundidad del alma compartida y amiga. Tuve poca comunicación con él en los últimos años porque se apagaba su intelecto y, a la vez, su generosidad de coloso humano.Todo huele a él; todo sabe a él; todo suena a él. A él. A él mismo.

Siempre te recordaré, siempre te querré querido papá.

IN MEMORIAM - Tu hijo Josemari.


A MI MADRE

A MI MUSA

¿Y ahora qué? Ya no estás a mi lado.
Tu presencia se deshace tal el hielo
en fuego, se fija como una obsesión
que me llena y me llega y me yaga
en tremendos nubarrones irónicos
que deshacen amapolas de sueño.
Ese sueño sutil y estremecedor
de tu voz, de tu sonrisa,
de tus tranquilizadoras manos,
alentadoras de sueños.
¡Dímelo al oído cuando estés!
Dime que quieres aunque sea un susurro mío,
un agradable abrazo mío, tal vez
un espontáneo beso mío.
¡Dímelo cuando estés!
Dime que el sueño sueña,
dime que el amor ama,
dime que sin llorar lloras,
dime que no podemos hacer nada, ya
dime que me quieres.
¡Dímelo mamá cuando estés!
Te quiero, quise y querré, a morir, planeta de mis sueños.

LA MISIÓN DE EDUCAR

Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca. Hay que medir, pesar, equilibrar... y poner todo en marcha. Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, que ese inexperto barco mientras uno lo trabaja, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hasta islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. Manuela Fernández

PARA MI VIDA, PARA TI.


PARA MI VIDA, PARA TI.

Amor, azucena celestial,
que nada entre espumosas olas,
¿por qué no me dices que me quieres?
¿por qué no colocas tu dulce,
perfume entre caracolas?
Dime amor, huele mi perfume,
ama mi instante, sueña con
tu sombra, con tu recuerdo,
inventa la estrella, ama el infinito
exhala perfumes inquietos
y dormidos silencios de placer.
¿Por qué no me dices que me quieres?
Hambre de mis venas,
Elegíaca amaca,
Luz de mis luces,
Entrada de mis penas,
Novela sin escribir,
Amor de mi vida.
¿Qué quieres que te diga más?
¿Qué? ¿Qué sueñas?

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