1. EL NEOCLASICISMO. La Ilustración. El Siglo de las Luces.
La ideología que guía a este movimiento es La Ilustración como pensamiento
innovador del S.XVIII que se caracteriza por el uso de la razón como base del
pensamiento y un enorme deseo de conocimiento científico para conseguir el
progreso y la necesidad de dar a conocer lo aprendido, así se conseguirá mayor
felicidad en el mundo. Este pensamiento llega tarde a nuestro país, con la
llegada al trono de la dinastía que procede de Francia, esto es, la borbónica,
a mediados del SXVIII. Afectó a una minoría de intelectuales, políticos,
periodistas y es rechazada por el pueblo y la nobleza apegados a valores
barrocos. Destacar a Benito Jerónimo
Feijoo como unas de las figuras máximas literarias y el apoyo del rey Carlos III y su despotismo ilustrado
“Todo para el pueblo pero sin el pueblo”
El movimiento cultural más importante es El Neoclasicismo que se preocupa por
buscar un regreso de los valores clásicos griegos y romanos. Se somete a las
reglas clásicas aristotélicas de las tres unidades: Una acción, un lugar, un
día. Se eliminan los sentimientos desbordados de toda creación artística a
favor de la razón. Se imita a la naturaleza.
·
En la prosa, el ensayo es un
género característico del siglo XVIII.
Encuentra su mejor representante en Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764), nacido en Casdemiro (Orense). En 1690 recibe los
hábitos benedictinos y dos años
después estudia Artes, para seguir sus estudios de Teología. En 1709 se
instalará en el convento de San Vicente, en Oviedo, para realizar contados viajes. Su primera obra relevante
fue la Carta Apologética de la
Medicina Escéptica, del Doctor Martínez (1725).
Un año después edita en Madrid el
primer volumen del Teatro Crítico
Universal (1726). Lo forman "Discursos varios en todo género de materias
para desengaño de errores comunes".Algunos de ellos sufrieron la censura inquisitorial. El éxito editorial de Feijoo fue desmedido en su época:
tiradas de 3.000 ejemplares y ventas de 400.000 a 500.000 volúmenes, en vida,
del Teatro Crítico
contrastan con el olvido, desde 1787 hasta mediados del siglo XIX.
Gaspar
Melchor de Jovellanos , escribe el Plan
de una disertación sobre las Leyes visigodas (1785), un Informe
sobre el libre ejercicio de las Artes (1785), el Dictamen sobre
las causas de la decadencia de las Sociedades Económicas (1786) y los Diálogos
sobre el Trabajo del Hombre y el origen del Lujo (1787). El Elogio de Carlos III (1788)
se leyó a la Real Sociedad de Madrid en vida del rey. Entre las ciencias
que éste promovió destaca la economía civil. Alude a Aranda y Campomanes
como promotores de esta reforma.A la muerte de Carlos III (1788), cae en
desgracia. En 1790 vive desterrado en Asturias hasta 1797.
José Cadalso
Vázquez (1741-1782), nació en Cádiz,
estudió en París y Madrid y recorrió Europa. En 1762 comienza su carrera militar.
Recibe el hábito de la orden de Santiago (1766) y un año después conoce
al conde de Aranda. Su primera
obra impresa, Los eruditos a la violeta (1772), es una sátira
de ciertos libros de erudición. Ofrece un "Curso completo de todas las
ciencias" en siete lecciones
para aparentar sabiduría. Sus Noches
lúgubres, de 1771, se publican por vez primera en el Correo de
Madrid (1789-90). Este diálogo en prosa se desarrolla en tres partes,
correspondientes a tres noches en un ambiente sepulcral. Las Noches lúgubres parecen lírica
en prosa, ya que muchos de sus temas inspiran la lírica posterior: el dolor
y el suicidio, el hastío, la naturaleza como reflejo del alma y el alma como
paisaje o lugar interior. Muestra el prerromanticismo como
ingrediente de la ilustración española.Sus “Cartas marruecas
" (1789). Forman una colección de 90 cartas, de las que, casi
setenta, escribe Gazel -marroquí, amigo del embajador de su país en
España- a su maestro africano Ben Beley. Nuño, amigo español de
Gazel, bajo el que reconocemos rasgos del autor, será su guía.Tratan las cartas
de varios temas: el estúpido orgullo español -carta XXXVIII-, la nobleza
sin mérito -carta XII-, la decadencia de España -carta XLIV-, el lujo
superfluo, los galicismos de nuestra lengua, etc.
Por su finalidad moral sigue el
espíritu de Los eruditos a la violeta. La sátira se mezcla
con el ensayo, en problemas como la producción nacional, dañada
por la importación de artículos de lujo. Cadalso es, pues, un precedente
de Larra.
·
Al teatro lo definen rasgos como
la intención didáctica, el sometimiento a las reglas clásicas, el argumento
debe ser creíble y guardar el decoro, es decir, los personajes deben
comportarse de acuerdo con su sexo y condición social. No mezclar la tragedia
con la comedia, eliminar el personaje gracioso, no presentar escenas violentas.
Con
todos estos precedentes surge la figura de Leandro
Fernández de Moratín (1760-1828)
Desde 1787 fue secretario del Conde de Cabarrús y dos años
después toma órdenes menores para obtener un beneficio eclesiástico.
En 1790 estrena El viejo y la niña, acaso inspirado en su propia
experiencia. La comedia, en verso
y tres actos, representa el
disgusto de don Juan al ver a su Isabel engañada por su malvado tutor y casada
con el viejo don Roque. Isabel elegirá terminar sus días en clausura, como la
joven esposa de El celoso extremeño.En 1792 se estrena La comedia
nueva o el café, en dos actos
en prosa. Esta sátira ridiculiza la comedia heroica. Desde 1787 guardaba
Leandro una zarzuela titulada El barón. La estrena en
1803, en forma de comedia en dos actos: Isabel, enamorada de Leonardo,
transige con su madre, que la obliga a atender a un falso barón, con
quien pretende casarla. Don Pedro, tío de Isabel, y Leonardo descubren la impostura
del barón, que huye dejando libres a los jóvenes amantes. Al año siguiente
estrena La mojigata. La discreta doña Inés debe casarse con el figurón don Claudio. Doña Clara, hipócrita mojigata, finge una vocación
religiosa, deshecha a los primeros requiebros de Claudio, que busca su dote.
Dicha dote pasará a Inés, que la reparte con los novios. Leandro debió tomar
elementos de la comedia de su padre, La petimetra, que él mismo
había comentado desfavorablemente. La mojigata le traería
problemas con la Inquisición. Su obra maestra fue, sin duda El sí de
las niñas (1806), acaso refundición de su comedia perdida El
tutor. Representa la renuncia del viejo don Diego a su matrimonio con
la niña doña Francisca, al verla enamorada de su sobrino don Carlos. Ataca la educación
hipócrita de las damas en los conventos y los matrimonios desiguales entre
ancianos y jovencitas. Subraya valores como la disciplina, la sinceridad,
etc.
La realidad es que el teatro neoclásico no
desterró la comedia popular. El siglo siguiente parece confirmarlo. Con
todo, los dramaturgos españoles recibieron de los ilustrados una lección que no
olvidarían. La comedia española aumentó su rigor formal y corrigió excesos que
desaparecieron de los escenarios.
·
En la poesía y en el último tercio del siglo XVIII se
difunden, realmente, las ideas ilustradas. Se ha señalado el lustro de
1774-1779 para centrar sus grandes obras poéticas. No sólo proceden de Francia
y de sus filósofos enciclopedistas. También se conocen en España las modas
italianas y algunas inglesas. Se objetiva que la Ilustración española no
es un cambio de escuela artística, sino un cambio de cultura respecto a la
anterior.
La poesía tratará temas artísticos,
científicos, cósmicos filosóficos, sociales o humanitarios. Se cultiva una
poesía alejada de cualquier exceso sentimental, más bien de carácter didáctico.
El madrileño Nicolás
Fernández de Moratín (1737-1780) puede considerarse el primer poeta
ilustrado. Cultivó una poesía muy variada: desde los versos frívolos de arte
menor, en romances...- hasta sonetos y otras composiciones clásicas. En el Arte
de las putas muestra su preocupación social y su realismo ante los
problemas de la época. Su hijo Leandro Fernández de
Moratín publicó sus obras en 1821.
Entre los grandes poetas ilustrados está el
coronel José de Cadalso (1741-1782),
nacido en Cádiz, y, para algunos, el primer romántico español. Publicó sus
poemas Ocios de mi juventud (1773), con el pseudónimo de José
Vázquez. Ofrece una colección de poesías desenfadadas sobre los temas
habituales: los placeres del campo, el amor, el vino o la amistad, en la línea
de la poesía rococó. La muerte de su amante María Ibáñez en 1771 le
sumió en una crisis de la que brotan sus Noches lúgubres, que algunos
críticos consideran prosa poética. Narra en ellas cómo Tediato desentierra el
cadáver de su amada y la angustia que le conduce al amor por la humanidad.
2.
EL
ROMANTICISMO. Primera mitad del s. XIX
El S XIX, fue uno de los períodos más agitados
de la historia de España. Comenzó con una guerra contra Francia y terminó con
otra contra EEUU en Cuba. Carlos IV reina hasta que las tropas francesas entran
en España en 1808. Los liberales proclaman la Constitución de 1812.
Fernando VII restaura el absolutismo dos años más tarde. A su muerte le sucede
su hija Isabel II, y se produce el triunfo definitivo del Romanticismo ya que
regresan los liberales exiliados.
El Romanticismo empieza a gestarse a finales
del S.XVIII (Prerromanticismo) y alcanzó su apogeo en la primera mitad del
S.XIX, en Andalucía y Cataluña fundamentalmente Rechazaba el racionalismo
neoclásico y pondera la fantasía, los ideales y las emociones y todo ello con el derecho de expresarlo con libertad . Este nuevo ideal de libertad
da lugar a dos tipos de Romanticismo:
TRADICIONAL. Intentó recuperar los
valores que rechazó el Neoclasicismo del siglo anterior: la patria, la
monarquía, la religión , la familia, etc.
LIBERAL. Creía en los derechos
individuales y en el progreso y aspiraba a limitar el poder monárquico.
Destacar las siguientes
características literarias:
·
Culto al yo. Exaltación de la
personalidad del autor, libre de cualquier regla. Aislamiento y soledad son sus
máximas.
·
Subjetivismo. Expresa su mundo
interior: sentimientos, emociones, sueños.
·
Huida del mundo. Afán de evasión.
Escapismo. Construye su propio mundo. Gusta de lugares exóticos, naturales,
medievales, paisajes silenciosos, escenas nocturnas, tormentas.. A veces se
siente tan insatisfecho que se suicida.
·
Rechazo de toda norma y
regla.
No puede ser limitada la capacidad creadora del escritor.
_ En prosa
a
comienzos del siglo XIX, el periodismo
alcanzó un extraordinario desarrollo. Con él nace el costumbrismo, que recrea tipos
humanos, aunque frena, a veces, el desarrollo de la novela. Muchos autores cultivaron este género, a menudo conservador
y aferrado a lo cotidiano.
__ Mariano José de
Larra
y sus artículos : “Vuelva usted mañana”, sobre la pereza
nacional, que hace a Mr. Sans-Délai desistir de su propósito de invertir en
España, por la ineficacia administrativa. Desde enero de 1833 firma con el pseudónimo de Fígaro.
Siguen artículos de costumbres, como "Yo quiero ser cómico"
(1833), sobre la mala formación de los actores; "En este país"
(1833), sobre el desprecio de los españoles a su propia nación, o "La
educación de entonces" (1834). Comienza, desde fines de 1833, sus
sátiras contra el carlismo, con "Nadie pase sin hablar al
portero o los viajeros en Vitoria" (1833) hasta la caricatura
política "Los tres no son más que dos y el que no es nada vale por
tres" (1834).
En Enero se edita El
Doncel de don Enrique el Doliente (1834), novela histórica de
cómo Macías, enamorado de la casada Elvira, pretende recuperarla e
impedir que Enrique de Villena la sacrifique para ser maestre de
Santiago. Tras un laberinto de lances, disfraces, duelos y peripecias, muere
Macías, enloquece Elvira y fracasa el de Villena.
Desde 1833 publicaba Larra en El
Correo de las Damas y, desde 1834, en El Observador,
donde aparece "¿Entre qué gentes estamos?" (1834), sobre los
malos modos de la clase baja española. El 1 de Marzo de 1835, presenta la Revista
Mensajero, donde aparece "Un reo de muerte" (1835),
próximo en ideología a Espronceda, por considerar la pena de muerte
como la venganza de una sociedad prepotente. Empeños y desempeños",
donde un supuesto sobrino del autor introduce una sátira del despilfarro.
Otro sobrino permite un desahogo autobiográfico en "El casarse pronto y
mal"
__ Enrique Gil y Carrasco (1815-1846), nació en
Villafranca del Bierzo (León). Colabora en el Correo Nacional,
con El anochecer en San Antonio de la Florida, relato breve de
1838, y en el Semanario Pintoresco Español desde 1839, con el
relato El lago de Carucedo (1840). En 1843 colabora en Los españoles
pintados por sí mismos y en 1844 se encuentra en Berlín, donde fallece
a los treinta y un años.
Su famosa novela, El Señor
de Bembibre (1844), narra los amores de Álvaro Yáñez, Señor de
Bembibre, y Beatriz Ossorio, a quien casa su padre con el Conde de
Lemos. Despechado, don Álvaro, se hará caballero templario. En un ataque
contra el Temple muere el Conde de Lemos. El Señor de Bembibre busca a su amada
Beatriz, cuyo padre, don Alonso, logra del Papa la dispensa para que don Álvaro
acceda al matrimonio. Es tarde: Beatriz muere, dando su mano a Alonso. Éste
desaparece -o enloquece- según el manuscrito que dice seguir su autor. El
Señor de Bembibre fue un éxito literario, como muestra su número de
reediciones. A su atractivo argumento, suma brillantes descripciones de
paisajes, inusuales en nuestra literatura.
_ En el drama destaca
el rechazo de las reglas neoclásicas, como la regla de las tres unidades. Se mezcla
de lo cómico y lo trágico. La división
de la obra en cinco actos. Predominan los temas históricos, llenos de misterio
y exotismo y la finalidad no es educar, sino conmover y emocionar. El drama
romántico mostraba el fracaso del orden neoclásico, moral y
racionalista. Presenta un personaje oscuro pero inocente, maltratado por
un destino cruel y sin sentido, que frustra su proyecto vital, en sus amores
y pretensiones individuales.
__ Angel de Saavedra, El Duque de Rivas escribe “Don Alvaro o la fuerza del sino” (1835) drama
en cinco jornadas, en prosa y verso, sobre un desconocido indiano, perseguido
por un "sino terrible" que estorba su amor por Leonor y
le obliga a matar al padre y hermanos de ésta. Don Álvaro, satánico y en
hábito de religioso, salta de unas rocas al vacío, en medio de la tempestad. El
crisol de la lealtad (1842) y, entre otras, El desengaño en un
sueño (1842) son sus obras más representativas.
__
Eugenio Hartzenbusch , madrileño célebre por su drama en
prosa y verso, “Los amantes de Teruel (1836), una de sus primeras obras, estrenado en 1837” Trataba un tema
medieval: la desdicha de Diego Marsilla, cautivo de moros, al saber que
los padres de Isabel de Segura la prometen a otro hombre. Su muerte desesperada
provoca la de Isabel. Aunque la trama se conocía por documentos y versiones
teatrales, su éxito fue absoluto. El autor acertó en la ambientación, adornando
su drama con musulmanes y templarios y utilizando versos tradicionales, como
el romance o la copla de arte mayor, típicamente medieval.
__ Mariano José de
Larra,
estrena Macías, (1834) drama histórico en cuatro actos y en verso
. En 1832 presentó No más mostrador, en la que satirizaba una
clase de comerciantes ansiosos de un título nobiliario, frente a quienes se
conforman con su condición social. En esta línea escribe Partir a tiempo. Diferente fue El Conde
Fernán González y la exención de Castilla (1832), no estrenada e inédita
hasta 1886. Es un drama histórico
medieval que preludia el teatro posterior.
__ José Zorrilla , nació en Valladolid
(1817) Es el autor más importante del
romanticismo:
José
Zorrilla es autor de treinta y tres obras dramáticas, de las que veintiuna
se estrenaron entre 1839 y 1849, su década prodigiosa.Un primer drama, Vivir
loco y morir más (1836), trataba la condición del artista. En
colaboración con Antonio García Gutiérrez escribe Juan Dándolo
(1839), y ese mismo año, representa Cada cual con su razón, con
mayor éxito.
El éxito
llega con El zapatero y el rey (1840), drama en cuatro actos: el
rey Pedro de Castilla, vence una conjuración a favor de Enrique,
desprecia la excomunión del Papa y condena a Juan de Colmenares, cabecilla de
los rebeldes, por asesinar al padre del zapatero Blas. La figura del rey,
engrandecida por su virilidad, rompía con la tradición negativa que lo rodeaba. La circunstancia le
anima a estrenar Apoteósis de don Pedro Calderón de la Barca y
cuatro obras más, todas de ese mismo año: El eco del torrente, Los dos
virreyes, Un año y un día y Sancho García.
El drama más brillante de este
siglo, si no de toda nuestra literatura, es versión de una obra atribuida a
Tirso o de Antonio de Zamora: Don Juan Tenorio, estrenada el 28
de Marzo de 1844. Su éxito superó con creces las expectativas del autor. Don
Juan Tenorio es un "drama fantástico-religioso en dos
partes", de cuatro y tres actos, respectivamente, con títulos propios. Como novedad,
aparece Luis Mejía, alter ego y víctima de don Juan. Los padres
de ambos comprueban en una hostería, durante unos carnavales, sus
crímenes y depravación. Don Juan se aproxima al arrepentimiento, tras
seducir a doña Inés, antes de asesinar a don Gonzalo y huir de España.
En la Segunda parte,
ya en España, don Juan visita el panteón donde descansan sus víctimas. Avellaneda
y el Capitán Centellas le hacen olvidar ciertas alucinaciones, pero don
Juan invita a la estatua del Comendador. Un altercado con sus amigos y su
imprudencia lo hacen víctima de la estatua, pero, antes de morir, doña Inés
intercede por quien, en su momento, le manifestó verdadero amor y logra la salvación
de don Juan.
En 1849 estrena Traidor,
inconfeso y mártir. Zorrilla consideraría ésta su última obra teatral,
aunque no lo fuese realmente. Trataba la leyenda que identificó a Gabriel
Espinosa, con Sebastián, difunto rey portugués. Con él viaja doña
Aurora, hija abandonada del alcalde don Rodrigo, a quien maldice por matar
a Gabriel, que, póstumamente, declara ser el rey Sebastián.
Destaca en su obra el verso
sonoro, el dinamismo en los personajes y su tratamiento del mal,
encarnado en hombres, mujeres o situaciones. Pero es en su sentido de la teatralidad
y del drama como espectáculo donde brilló, sobre lo hueco de algunas
escenas y planteamientos. Se recuerda a José Zorrilla como hombre sencillo,
bondadoso, modesto y atractivo para las mujeres, inestable e improvisador.
Una ideología conservadora, mezclada con rasgos liberales, complican su
personalidad, recordada hasta nuestros días.
__ En poesía también
existe una clara ,oposición al Neoclasicismo anterior en la forma, el contenido
y la actitud del poeta que escribe movido por su inspiración y sin aceptar
ningún tipo de imposición a su libertad creadora.
Los temas más habituales son el dolor, el amor, la protesta, lo legendario,
exótico. Todo en ambientes nocturnos y lugares apartados.
Destacamos al extremeño José de Espronceda
Delgado (1808-1842) nació en Almendralejo
(Badajoz). Es, indiscutiblemente, el mejor poeta español de la primera mitad
del siglo XIX. A principios de 1835 aparece la poesía española más popular de
todos los tiempos: la Canción del pirata, Es un canto a la libertad de un personaje
antisocial. A esta obra siguen El reo de muerte, El verdugo
y El mendigo, poemas en que Espronceda plantea abiertamente los
temas de justicia social y muestra su ideología democrática. Su dignidad
personal se afirma cuando manifiesta abierta y absolutamente su rechazo de
la pena de muerte. En 1838 publica su Canto del cosaco y de
1840 data la segunda de sus obras maestras: A Jarifa en una orgía,
en que se dirige a una prostituta para compartir con ella el desengaño de un
mundo que no ha sabido estar a la altura de sus ideales.
En sus dos últimos años de vida
aparecen las dos obras mayores de su producción poética: El estudiante de
Salamanca, que es un poema narrativo en que cuenta la muerte de Félix
de Montemar, especie de Don Juan y modelo de rebelde antisocial,
verdadero titán de su época, que acepta morir a manos del propio demonio o de
la mujer que él mismo aniquiló sentimentalmente.
El diablo mundo
es la obra que la muerte no permitió concluir a Espronceda. Tras una
introducción inspirada en Lord Byron, narra las peripecias de un
"Adán" que logra recuperar su juventud física eternamente sin que su
madurez "social" siga ese camino.
Gustavo Adolfo Bécquer, nació en Sevilla en 1836. Su poesía
íntima, breve y profunda, dejó huella en poetas como Juan Ramón Jiménez,
Antonio Machado y en La Generación del 27. Escribió unas 80 composiciones, que
fueron publicadas por unos amigos después de su muerte, de forma conjunta con
el título de Rimas. La poesía de
Bécquer deslumbró desde el primer momento. Es inexplicable el encanto de sus
versos. Se habla de su poder evocativo, de su desnudez, de su
apariencia de sencillez, etc. Lo que es cierto es que Gustavo era poeta,
pintor y, probablemente, músico. Estos son los valores que se leen en sus
obras: musicalidad, imaginación y una espiritualidad arrolladora
El paralelismo sintáctico, el uso de los pronombres personales,
la brevedad y el popularismo se hallan siempre en función de
valores humanos más hondos. Bécquer fue un hombre atento a las novedades de su
época, inquieto por las lenguas y las civilizaciones -se interesó por el sánscrito-,
ensimismado y sensible a los matices y sensaciones de su propia alma.
La
gallega Rosalía de Castro. Su
primer libro de poemas La flor (1857) pasó un tanto
desapercibido, así como A mi madre (1863). No fue así con ” Cantares gallegos“ (1863),
que se ha considerado todo un manifiesto de la cultura gallega por el
folklorismo y porque debe considerarse un ejemplo acabado de la literatura
española en lengua gallega “Follas
novas” (1880) que profundiza algo más en la problemática de su pueblo. Se
definen temas como el pesimismo, el hombre como depredador de la mujer, la
sombra como símbolo ambiguo y una visión convencional y poco sólida de la
religión. como en castellano “En las
orillas del Sar” (1884), en las que
trata temas como el amor por su tierra, la defensa de sus gentes, la tragedia
de la emigración gallega y lo absurdo de la existencia humana entre otras.
3. REALISMO Y NATURALISMO. Segunda mitad
del S.XIX
Se impone en Europa a mediados del S.XIX una
nueva orientación literaria que procede de Francia, al mismo tiempo que las
tendencias románticas pierden fuerza. Es el Realismo y surge cuando deja de
tener interés lo subjetivo, lo imaginario, lo apasionado y se mira a la
persona, a sus acciones de forma objetiva. Quien hace triunfar en Europa este
movimiento es el francés Honoré de
Balzac. Ahora la novela se propone un interés social y moral que conduce
rápidamente al Naturalismo, cuyo maestro fue Emile Zola. Se apoya en la democracia, los métodos experimentales,
las teorías de la herencia (Darwin). Busca la razón de los problemas sociales
en el ambiente y la de los individuos en la herencia biológica, luego no son
moralmente responsables de sus actos.
En España triunfó con facilidad ya que existía
el precedente de las novelas picarescas y del Quijote y alcanzó su madurez en
la segunda mitad del S.XIX pero son el rigor de la escuela francesa. Galdós, Clarín, Pardo Bazán “Los pazos
de Ulloa” y Blasco Ibáñez “Los cuatro
jinetes del Apocalipsis” , “La barraca”, “Cañas y barro”… tienen también ciertos ecos naturalistas. Es
un período que refleja ambientes regionales. Valera (Andalucía) Pereda
(Cantabria) Pardo Bazán (Galicia) Blasco Ibáñez (Valencia)
Como autores prerrealistas
destacar a Fernán
Caballero con su obra La Gaviota; Pedro A. de Alarcón con su relato más famoso El sombrero de tres picos.
Dentro
del Realismo destacan:
El andaluz Juan Valera, elige
su Andalucía natal y personajes verosímiles para su creación literaria.
Destacan obras como Pepita Jiménez, escrita de forma epistolar; Doña
Luz y Juanita la Larga como obras maestras.
El cántabro José Mª de Pereda, amigo de Galdós, se inicia en el costumbrismo con
obras como Escenas montañosas. Sigue
con la novela de idilio en obras como Sotileza, Peñas arriba, que se
considera su obra maestra.
El canario Benito Pérez Galdós, republicano, considerado el mejor narrador
después de Cervantes, fue amigo de Alfonso XIII. Murió en Madrid en 1920 ciego
y arruinado. Su obra es abundante. Los Episodios Nacionales se dividen
en cinco series que ocupan 46 tomos y son la Historia de España novelada desde
la Guerra de la Independencia hasta la Restauración _ Trafalgar, Bailén, Los
Cien Mil hijos de San Luis, Prim, etc. _ También escribe contra el fanatismo y
la hipocresía en Doña Perfecta, Gloria, etc. Más tarde escribe 24 novelas que
constituyen una especie de “Comedia Humana” en la que retrata la vida madrileña
de la época. Destacan: La de Bringas, Fortunata y Jacinta,
su obra maestra, Miau, Misericordia, etc. Como autor teatral destacan sus obras:
“La loca de la casa”, “El abuelo”, “La de San Quintín”
El zamorano de nacimiento y asturiano de
corazón Clarín, vivió siempre en conflicto existencial y religioso.
Fue un maestro del cuento y de la novela breve como Pipá, ¡Adiós Cordera! La
Regenta y su Único hijo son, por el contrario, obras extensas y sus
obra maestras.
Poesía realista. Existe muy poca
creación lírica dentro del realismo. Sólo nombrar a Ramón Campoamor con sus obras que resaltan el contenido.
“Doloras”,” Humoradas” y Núñez de Arce
que imprime un toque más sentimental: “Gritos de combate”, “Un idilio”.
CONTEXTO
HISTÓRICO PARA TODAS LAS CUESTIONES DE
LITERATURA ANTERIORES A LA GUERRA CIVIL
En los últimos años del siglo
XX, se produce una profunda crisis que afecta a todos los aspectos de la vida:
ciencia, arte, cultura, política, etc. Hay un cambio de mentalidad y de
valores. Se pierde la fe en la razón y ganan terreno el idealismo e
irracionales basadas en el pensamiento de Schopenhauer o Nietzsche. En España,
tras el desastre de la guerra contra EEUU en 1898 en la que se perdieron las
últimas colonias, España quedó en una profunda crisis agravada por
enfrentamientos ideológicos entre tradicionalistas y progresistas.
Los primeros años del siglo XX
fueron muy duros. Se corona al rey Alfonso XIII, que termina con la Regencia de
María Cristina. Estalla la 1ª Guerra Mundial, en la que España permanece
neutral. En 1923, el general Primo de Rivera se sublevó contra el gobierno y
proclamó la dictadura con el consentimiento del rey, lo que agravó aún más la
situación. En 1931 se proclamó la Segunda República, que agrava mucho más los
enfrentamientos sociales y políticos y desembocó en la Guerra Civil, por la
sublevación de parte del ejército contra el gobierno republicano. Las
consecuencias fueron trágicas.
4. El Modernismo. Características,
autores y obras más representativas
El Modernismo surge en el último cuarto del
siglo XIX primero en Hispanoamérica y después en España. Lo inician escritores
como José Martí o Julián del Casal, si bien es el nicaragüense Rubén Darío el
que lo consolida definitivamente en Azul, 1888. Podemos definirlo como un
movimiento artístico que busca el refinamiento en la ornamentación y la
fantasía en las formas.
El final del siglo XIX se
caracteriza por un conformismo burgués en lo social y por el positivismo
filosófico. El Realismo y el Naturalismo empezaban a decaer. Los escritores
españoles e hispanoamericanos se rebelan contra el espíritu utilitario de la
época, sobreponiendo los valores artísticos. Va creándose así un ambiente
innovador que pretende revisar más que romper, todos los valores aceptados. Por
tanto, como dice Federico Onís, el
Modernismo es la forma hispánica de la crisis universal de las letras y del
espíritu, que se había de manifestar en el arte y en los demás aspectos de la
vida. Así pues, el Modernismo es una
actitud vital. Es en este punto en el que debemos comenzar a hablar del 98,
indicando que las fronteras entre ambos movimientos eran tan borrosas que se ha
hecho difícil separar lo “modernista” de lo “noventayochista”.
Sus antecedentes están en la estética
parnasiana con su búsqueda de un arte total, de "el arte por el arte";
en el decadentismo que se sitúa al margen de la sociedad, atacando a la
burguesía y a su moral hipócrita; y en el simbolismo, que utiliza el
símbolo como mecanismo poético fundamental.
El introductor del modernismo en
España es el poeta nicaragüense Rubén Darío. En sus obras, "Azul" o "Cantos
de vida y esperanza" están presentes todas las características del
movimiento: búsqueda de la belleza, desinterés por la dimensión social del
arte, sugerencia del símbolo, musicalidad de los versos, correspondencia entre
los estados de ánimo del poeta y el paso de las estaciones sobre la naturaleza.
En España Modernismo y generación del 98 son dos movimientos simultáneos que
tienen el mismo origen: insatisfacción ante la literatura de la época y
búsqueda de un lenguaje nuevo. Son dos formas de reaccionar ante la crisis fin
de siglo, el Modernismo busca un mundo estético basado en su rebeldía ante los
valores burgueses, crean una lengua artística muy elaborada, separada de la
lengua habitual y a la que sólo tienen acceso los iniciados, mientras que los
hombres del 98, no intentan la construcción de un mundo paralelo, sino que
tratan de interpretar el existente, aceptan la realidad tratando de reformarla,
para ello intentan una revisión intelectual en busca de la esencia de España,
de una España que sin abandonar sus raíces tenga posibilidad de cambio.
Muchos escritores
noventayochistas tuvieron su etapa modernista: Antonio Machado, Valle. Inclán,
Juan Ramón Jiménez, Eduardo Marquina, etc.
Escritores modernistas.
El
impulso inicial viene de Hispanoamérica, gracias a autores como el cubano José
Martí o el mexicano Gutiérrez Nájera, pero, sobre todo, el nicaragüense Rubén
Darío.
En
España, muchos escritores noventayochistas tuvieron su etapa modernista, poetas
como Salvador Rueda, Francisco Villaespesa, Manuel Machado, (Alma, Caprichos y
Cante hondo) Antonio Machado, (Soledades) Valle. Inclán (las
cuatro Sonatas) Juan Ramón Jiménez,(Eternidades, Arias tristes, Jardines lejanos,
Elejías), Eduardo Marquina, Miguel de Unamuno, (El Cristo de Velázquez,
Cancionero) se suelen inscribir dentro del Modernismo español.
5. La Generación del 98: Características, autores y obras.
El nombre de generación 98 fue propuesto
por Azorín en unos artículos de 1913 para referirse a escritores que
tenían, en común, un espíritu de protesta y un profundo amor al arte. Podemos
definir la generación del 98 de una manera amplia, como un conjunto de
escritores, pensadores, científicos, artistas etc., que se sienten
profundamente afectados por la crisis de valores de fines del XIX; y,
que creen que la guerra de 1898, y la pérdida de los últimos restos de lo que
había sido el imperio español, es un momento adecuado para la regeneración
moral, social y cultural del país. En este sentido forman parte de la
generación del 98 médicos como Santiago Ramón y Cajal, historiadores como Ramón
Menéndez Pidal, pintores como José Gutiérrez Solana o escritores como Miguel de
Unamuno
A los escritores de la generación del 98
les interesa la renovación formal del arte que proponen los modernistas, pero
se diferencian de ellos porque buscan un estilo sencillo, renuevan y enriquecen
la lengua y prefieren recuperar léxico tradicional castellano caído en desuso,
a introducir las muchas palabras exóticas, sonoras, cosmopolitas, que
encontramos en cualquier texto modernista.
Si el modernismo encuentra en la poesía
su género literario más representativo, el grupo del 98 cultivará la
prosa, la novela y sobre todo el ensayo, como género adecuado para
dar rienda suelta a sus inquietudes.
TEMAS:
Dos
son los temas que preocupan fundamentalmente a esta generación: el tema de España
y su paisaje castellano y el sentido de la vida humana o reflexiones que
giran en torno a lo religioso y a lo existencial.
La reflexión sobre qué
es España, las razones de su decadencia desde el siglo XVII, son temas de
amplia tradición en la literatura española, desde los escritores barrocos como
Baltasar Gracián o Saavedra Fajardo, a los ilustrados como Cadalso o
Jovellanos, o los románticos como Larra.
Entre los autores más representativos
destacamos a:
Unamuno que forma
parte del grupo de intelectuales que pretenden sacar a España de su progresivo
hundimiento sin recurrir a soluciones políticas. Estas ideas las escribe en su
ensayo En torno al casticismo. Cree que el falso patriotismo, el
militarismo, los malos políticos han propiciado la decadencia de España, que
puede encontrar solución abriéndose a Europa y conservando lo mejor de la raíz
española, que perdura en el común de los hombres que con su quehacer diario va
marcando el paso de la historia, lo que él llamaba la intrahistoria.
Azorín en sus
primeros escritos también hacen una aguda crítica de la España
contemporánea. Azorín el personaje que protagoniza sus novelas, Antonio
Azorín o La voluntad, se angustia por encontrar un sentido a la vida y por
la miseria moral y social que percibe a su alrededor. Está convencido de que el
anarquismo sería la forma más rápida de alcanzar la justicia social. Azorín
mitiga bastante su ideario a partir de Las confesiones de un pequeño
filósofo, cuando cree que sólo la educación y la cultura harían posibles
las reformas que España necesitaba.
Pío Baroja vierte
su preocupación por España en sus novelas, en especial en La busca,
la primera de la trilogía La lucha por la vida. Presenta una imagen terrible
de la realidad social de su tiempo, de los que luchan por la vida
desde las cloacas, denunciando la corrupción, la injusticia y el egoísmo de
la sociedad española.
Al preguntarse por el sentido de la
vida y no encontrar respuestas estos escritores viven una profunda
crisis vital y existencial. Todos ellos han superado la religiosidad
tradicional, han sido profundamente influidos por los primeros filósofos
existencialistas. Unamuno se siente desgarrado entre la imposibilidad de
reconciliar fe y razón, el deseo de creer en la inmortalidad y la idea
desgarradora de que tras la muerte no hay nada. Ante la imposibilidad de usar
la razón para obtener respuestas satisfactorias recurre al irracionalismo, la
razón es enemiga de la vida_ terminará diciendo_. Estos temas se exponen en
sus ensayos Del sentimiento trágico de la vida, La agonía del cristianismo; en
sus novelas San Manuel Bueno
Mártir, Niebla;
o en alguna obra teatral como El
pasado que vuelve.
Mientras que la respuesta barojiana al
sentido de la vida es negárselo, la vida carece de sentido, el fuerte
triunfa siempre sobre el débil, que debe luchar siempre, aunque sepa que la
lucha está condenada al fracaso, en este sentido es El árbol de la ciencia la novela
de Baroja más inmersa en la corriente existencial.
Otro aspecto claramente noventayochista
son la admiración por Castilla y su austero paisaje, al que contemplan
de forma subjetiva y más que reflejar de manera realista tierras y gentes, proyectan
en él su propio espíritu, Castilla
de Azorín o Viajes por tierras
de Portugal y España de Unamuno, son libros que responden a esta
tendencia.
Además de Unamuno, Azorín y Baroja,
suelen incluirse en esta generación literaria a Valle-Inclán y a Antonio
Machado. El esteticismo de Valle en las Sonatas le
acerca a los rasgos del modernismo; la dureza y el sarcasmo de sus esperpentos
o de las novelas del Ruedo Ibérico
van mucho más lejos, en su crítica feroz a la situación social y política de su
época que la mayoría de los postulados reformistas de la generación del 98.
El interés por el paisaje y los tipos castellanos, la crítica social de algunos poemas de Campos de Castilla de Machado
le acercan a este grupo, aunque se diferencia de ellos por el intimismo
simbolista de Soledades,
galerías de otros poemas, el popularismo de Nuevas canciones o por los poemas
militantes que Machado escribió en plena guerra civil, cuando las
circunstancias mostraron. que las ideas del 98 habían quedado ampliamente
superadas por los acontecimientos que desencadenaron la guerra del 36.
“Las siguientes cuestiones, sólo se responden si en
el enunciado de la pregunta atiende a las siguientes
formulaciones”___________________________
5.1.- La
novela del 98
Podemos definir la generación del 98, de
una manera amplia, como un conjunto de escritores, pensadores, científicos,
artistas etc., que se sienten profundamente afectados por la crisis de valores
de fines del XIX; y, que creen que la guerra de 1898, y la pérdida de los
últimos restos de lo que había sido el imperio español, es un momento adecuado
para la regeneración moral, social y cultural del país. Los novelistas de esta
generación son Unamuno, Baroja, Azorín y Valle-Inclán..
Unamuno rompe
con la novela tradicional. La situación sólo es el pretexto para que se
muestre la personalidad de los personajes. Los temas que trata son de
carácter filosófico: el destino del hombre, la perduración del hombre concreto,
la muerte y la nada como final de la vida, el sentido de ésta, la impotencia de
la razón para comprender la vida.
Citamos a continuación alguna de sus
principales novelas:
Amor y pedagogía. La primera novela renovadora de esta generación
es una sátira del positivismo científico. Niebla: Una novela
existencial, en la que la niebla es el símbolo de la angustia en el que se
mueven unos personajes polarizados entre la ficción y la realidad. Es
interesante la forma en la que Unamuno plantea la relación entre el escritor y
su personaje, Augusto Pérez.
En Abel Sánchez a través de Joaquín Montenegro vemos el
tema de la envidia en la vida española. El tema de la maternidad espiritual lo
trata en La tía Tula, y la angustia que provoca la falta de fe y
el deseo de tenerla en San Manuel Bueno.
Valle-inclán
pasa del impresionismo modernista de las cuatro Sonatas al
expresionismo esperpéntico de Tirano Banderas que es una historia
caricaturesca y sangrienta de una dictadura americana. La etapa intermedia la
constituyen las novelas de la guerra carlista: Los cruzados de la causa,
El resplandor de la hoguera, Gerifaltes de antaño. En el
conjunto de novelas de El Ruedo Ibérico Valle nos muestra una España grotesca,
consecuencia de los años de la dictadura de Primo de Rivera en los que Valle
escribe esta trilogía compuesta por La Corte de los Milagros, Viva
mi dueño y Baza de Espadas.
Azorín utiliza
la novela como soporte de sus innovaciones literarias desde novelas de la
primera etapa como Las confesiones de un pequeño filósofo a las
novelas objetivistas de la última como Don Juan o Doña Inés.
Las novelas de Baroja se
caracterizan por ser el relato biográfico de un personaje central concebido
ideológicamente, por lo que tiende a manipular el relato, seleccionando y
adaptando los incidentes de manera que se ajusten al tema. Los acontecimientos
se suceden en el mismo orden que afectan al héroe, en raras ocasiones un
personaje secundario tiene importancia, escaso interés por el amor y las
heroínas. Muchas de sus obras están agrupadas en trilogías, unas veces
unidas por el tema y otras de manera arbitraria. Entra las más conocidas están:
Tierra vasca, La lucha por la vida compuesta por La busca,
Mala hierba y Aurora roja, la tetralogía de El mar en la que
destaca Las inquietudes de Shanti Andía y una de sus novelas más
importantes El árbol de la ciencia, dentro de la trilogía La
raza.
5.2.- La poesía de la Generación
del 98
No es
propiamente un movimiento literario, sino un grupo de escritores surgidos tras
el desastre del 98 que representan un deseo
de renovación político y social.
Coinciden en sus temas: el paisaje
castellano, el interés por la vida cotidiana del pueblo y el regreso a los
clásicos. Coinciden también en la búsqueda
de sencillez en la forma y en el
empleo de un lenguaje directo. Los
principales componentes de la generación son: Miguel de Unamuno,
Valle-Inclán, Antonio Machado, Pío Baroja y Azorín. Los dos últimos
no cultivaron la poesía.
Miguel de
Unamuno . Es el escritor más representativo del
98. Su producción literaria es muy extensa, tocó todos los géneros literarios y
a través de ellos expresa sus preocupaciones filosóficas: la angustia ante la
muerte, el deseo de eternidad, la búsqueda de la fe, etc. Su poesía, de
carácter muy personal, le sirve de vehículo para manifestar sus inquietudes
religiosas; su interés por Castilla: paisajes, habitantes, ciudades;
su amor por la familia; sus sentimientos ante la expresión artística.
Su primer libro Poesías,
está impregnado de inquietudes místicas, de cariño a la tierra natal, de
visiones de arte. Siguen Rosario de
sonetos líricos y El
Cristo de Velázquez, considerado como su mejor obra poética. Se
trata de un poema muy extenso que nace de la contemplación del cuadro del
pintor español. Es una exaltación del amor divino, centrado en la imagen de
Cristo, fuente de amor y de perdón. Teresa, es un poema romántico en
donde es perceptible la influencia de Bécquer.
Ramón María del Valle-Inclán La importancia de su obra como
dramaturgo y novelista hace que su poesía pase desapercibida. Claves líricas es el título con
el que recoge la mayor parte de su producción poética. Su primer libro Aromas de leyenda está muy
cercano a la estética de las Sonatas, con la visión del paisaje gallego.
En El pasajero refleja
el decadentismo de su época. Su obra maestra es La pipa de kif,
donde los elementos modernistas se deforman hasta lo grotesco, lo que empareja
este libro con sus esperpentos teatrales. El último poema del libro, La tienda del herbolario, es una
exaltación a lo que Cernuda llamaría más tarde los paraísos artificiales.
Antonio Machado . Es el gran poeta de la generación y uno de los más importantes
poetas españoles de todos el tiempos.
Aunque sus primeros poemas están cercanos al modernismo, pronto se inclinó hacia un
modernismo intimista, de tonos becquerianos, plagado de símbolos y de gran
sencillez formal. Su pertenencia a la Generación del 98 se manifiesta por la revalorización
del paisaje, la angustia ante el paso del tiempo, la preocupación
por la situación española y por su futuro. Tres son los temas
principales de su obra: la intimidad del poeta: recuerdos, ensueños, sentimiento
del paso del tiempo; el paisaje: Castilla y Andalucía, la gente
castellana, el pasado histórico, la realidad actual y la realidad nacional
vista con sentido crítico; y , por último, el amor.
En su evolución poética podemos
distinguir las siguientes etapas, cada una de ellas representada por un
libro:
a) Soledades,
el libro más cercano al modernismo: Aparecen los símbolos típicamente
machadianos: el agua, las fuentes, la tarde. La sobriedad formal y una
insistente añoranza de la niñez son las notas más personales de este momento.
b) Soledades,
galerías y otros poemas, representa el rechazo del modernismo. El
contacto con Soria le hace amar el paisaje castellano. Su estética es la de una
poesía cada vez más sobria y sencilla. Empiezan a aparecer sus característicos
poemas en donde el poeta dialoga consigo mismo.
c) Campos de Castilla, es el
libro más cercano del 98 de toda su producción. El poeta se identifica con
la tierra castellana y su poesía tiende a una mayor objetividad, sin perder
el enfoque intimista
d) Nuevas canciones. Poesía de metro
y poemas cortos con reflexiones filosóficas.
e) Última
etapa. Es la época en la que Antonio Machado se compromete con
la República. Aparece la poesía socio-política en sus Poesías de la guerra.
5.3.- El teatro del 98.
El autor más representativo es, sin duda alguna, Valle-Inclán
cuyo teatro y novela evolucionan desde el Modernismo hasta el nivel más crítico
del 98, que desemboca en el esperpento en el que deforma la
realidad y todo lo que en ella hay; distorsiona el lenguaje, a veces
vulgar, pero muy elaborado y rico; a los personajes los cosifica,
animaliza y son vistos como muñecos grotescos; presencia en la misma
obra de elementos trágicos y absurdos. Dentro de este género destacar la
obra maestra Luces de bohemia en la que se muestra una visión
lamentable, esperpéntica de la vida madrileña a través de los ojos de un poeta
ciego, Max y su acompañante, don Latino de Híspalis. Divinas palabras es
la historia de familias que explotan en ferias la deformidad de un sobrino. Las
comedias bárbaras, en las que Valle presenta un mundo de pasiones y
violencia en su Galicia natal _ _ Águila de blasón, Romance de lobos y Cara
de Plata_ y, por último, Martes de carnaval, título de una trilogía
en la que igualmente satiriza la vida madrileña.
El teatro de Unamuno,
por el contrario, es de carácter intelectual en el que la densidad de
las ideas y la acción dramática son para él lo más importante. Entre sus obras
destacar a Fedra, El hermano Juan o El otro.
6.
EL "NOVECENTISMO" O GENERACIÓN
DE 1914.
Hacia 1914
se produce lo que la crítica ha llamado un "relevo generacional" en
la cultura española: los modernistas y los noventayochistas dan paso a una
serie de intelectuales que reciben la denominación colectiva de "novecentistas". Se trata de
artistas, pensadores, etc., que responden a un nuevo intento por parte de la
burguesía por convertirse en la clase dominante en la España de aquellos años.
Las principales figuras del "Novecentismo"
fueron: Ortega y
Gasset (filósofo), Gregorio Marañón (médico), Américo Castro, Salvador de
Madariaga y Claudio Sánchez Albornoz (historiadores), Julio Camba (periodista),
Eugenio D'Ors -más conocido por
"Xènius"-, Rafael Cansino Asséns, Manuel Azaña, Concha Espina,
Wenceslao Fernández Flórez, Benjamín Jarnés, Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró (ensayistas y novelistas), Juan Ramón Jiménez (poeta) y Ramón Gómez de la Serna (novelista,
ensayista y poeta a la vez).
El grupo,
formado por personalidades procedentes de ámbitos totalmente culturales
dispares (medicina, filosofía, literatura, etc.), se caracterizan por:
·
Haber nacido, por lo
general, en los años 80 (s. XIX) y haberse dado a conocer públicamente en los
primeros años del s. XX. En "novecentismo" convive con las
vanguardias en los años 20 e inicia su ocaso en los 30, para desaparecer con la
Guerra Civil.
·
Los novecentistas
asisten en esta época a diversos acontecimientos de gran importancia: estallido
de la I Guerra Mundial (1914) con la neutralidad teórica de España; la fortaleza
social del proletariado y el triunfo de la Revolución Soviética (1917)
·
Por lo que se refiere
a España, toman el testigo del 98 en su afán de modernizarla por completo
olvidando viejas estructuras sociales, políticas y económicas. Se trata, pues
de un grupo de intelectuales también
reformistas que propugnan lo que se llamó "europeización" de España.
·
Todos insisten en que
dicha reforma social debe comenzar por las instituciones estatal, es decir,
hacer la revolución desde el poder.
·
Frente al 98 se caracterizan
por tener una mucho mayor preparación intelectual, frente a los modernistas se
caracterizan por no ser "bohemios" (es decir, intentaron la
renovación social desde dentro de la sociedad )
·
Como intelectuales
típicamente burgueses retoman el ideal racionalista. La razón será para ellos el valor máximo. En ese sentido, los novecentistas se desmarcan por completo de
las ideas irracionalistas, existencialistas, vitalistas, etc., que tanto
influyeron en los del 98.
En
cuanto al arte y la literatura, la estética novecentista posee los
siguientes rasgos:
·
Rechazo total del
sentimentalismo. El "yo" debe permanecer oculto tras la obra de arte.
Éste es un rasgo claramente anti-romántico.
·
Abandonar el
apasionamiento y la vehemencia. En ello rompen también con el 98 (por ejemplo
con Unamuno)
·
El ideal de la
claridad de ideas les lleva a concebir el arte en general como actividad
puramente cerebral, intelectual. El intelectualismo convierte sus creaciones
artísticas en minoritarias. Exigen de algún modo un público mínimamente
preparado.
·
Todo ello conduce,
finalmente, al ideal máximo de un "arte puro", como mero placer
estético: la "obra bien hecha".
Destacamos
a Ramón Pérez de Ayala y su obra
narrativa: Tinieblas en las cumbres,
La pata de la raposa, que narran
diversas vivencias de la vida de un joven en tono pesimista y crítico sobre la
situación española. En Baldomiro y
Apolonio o Luna de miel, luna de
hiel, el autor reflexiona sobre temas más universales como la comunicación,
el amor y la sexualidad.
José Ortega y Gasset
es uno de los intelectuales más relevantes del siglo XX. Fundó la Revista de
Occidente en 1923. En su abundante obra filosófica y ensayística dejó ideas que
siguen vigentes hoy en día. Destacar, entre sus obras, La rebelión de las masas, El espectador, La deshumanización del arte o
Ideas sobre la novela.
Eugenio D´Ors
es un intelectual crítico de arte. Defiende un arte alejado del desorden y
pleno de equilibrio. Escribió en catalán y castellano obras como Glossari o
Tres horas en el Museo del Prado.
Ramón Gómez de la Serna. Es conocido por sus Greguerías
(pensamientos o frases breves en los que, mediante la asociación ingeniosa
de conceptos y de palabras, busca una interpretación metafórica de la realidad)
También destacar su novela vanguardista El
caballero del hongo gris.
Juan Ramón Jiménez. Su obra estuvo inmersa en un proceso continuo
de búsqueda y creación de la belleza plena por medio de la palabra poética.
Dentro de esta etapa, destacar una poesía más pura e intelectual que pueda
llegar a ser simplemente la palabra justa. Con estos rasgos, publicó: Eternidades, Diario de un poeta recién casado, Piedra y cielo, Poesía,
etc. Dedicó su obra, cada vez más compleja y difícil, “a la inmensa minoría”
Sabe que la poesía es un arte minoritario. Influyó en los poetas de la
Generación del 27.
7. Los movimientos estéticos de
vanguardia.
Tras la Primera Guerra Mundial, la situación del arte
europeo se caracteriza por una extraordinaria complejidad, se desarrollan los
llamados movimientos de vanguardia, que, en algunos países, adquieren un
carácter profundamente radical y se comprometen en la transformación o la
crítica de la sociedad existente. Son
una revolución estética y una transgresión artística.
La profunda crisis de valores del cambio de siglo conduce a un rechazo de la
razón por considerarla incapaz para comprender la vida, por ello se da primacía
a lo irracional, a lo inconsciente. El arte refleja este irracionalismo
rechazando lo figurativo, entusiasmándose por lo moderno, por los nuevos modos
de expresión: la fotografía, la tecnología, cine etc. No se buscará la belleza
y el feísmo se incorpora como una nueva e importante categoría artística.
Los
principales movimientos de vanguardia son los siguientes:
• El futurismo: ensalza
los mitos y tópicos de la modernidad: la velocidad, las máquinas, la fuerza
etc. Llegan a ensalzar la guerra y a propugnar la destrucción de los museos, de
las bibliotecas, de todo lo relacionado con el concepto tradicional de arte.
Tuvo importancia sobre todo en Italia y su fundador, Marinetti, estuvo
muy cercano al fascismo.
• El expresionismo: es
un movimiento de origen alemán que deforma el mundo visible, como medio de
trasmitir al receptor la conciencia trágica de la vida. Expresa la realidad
vista desde un yo atormentado. Se caracteriza por sus colores fuertes, un
cierto humor negro y una apología de la fealdad. Vasily Kandisky es un
pintor representativo de este movimiento Se pueden encontrar elementos
expresionistas en los esperpentos de Valle-Inclán y en las primeras obras de
Baroja.
• El cubismo: se
caracteriza por su espíritu de geometría. Los cubistas analizan las formas
hasta sus últimas consecuencias, descomponiendo los volúmenes, estudiando sus
partes y reduciéndolos a formas geométricas. Picasso y Juan Gris son
los nombres más representativos de este movimiento.
• El abstraccionismo:
los abstraccionistas quieren crear un arte puro. En pintura liberan a los
elementos pictóricos, la forma y el color, de su vehículo habitual: la
realidad. De manera semejante se desarrolla por esta época el concepto de
poesía pura.
• El dadaísmo: la
primera guerra mundial supuso una crisis tal de valores que los dadaístas
consideraban que sólo la protesta, el irracionalismo, la negación absoluta, la
anarquía eran las respuestas coherentes a la estupidez del mundo.
• El surrealismo: en
1924 el poeta André Breton publicaba en París el Primer Manifiesto
del Surrealismo. El nuevo movimiento heredaba de su antecesor, Dadá,
la idea de que la razón no es más que un molesto impedimento que obstaculiza el
desarrollo de la creatividad.
Tomando como punto de partida la obra clave de Sigmund Freud La
interpretación de los sueños, llegan a la conclusión de que la única manera
de eliminar las ataduras de la razón era propiciar el acceso al subconsciente.
Escogieron dos vías para "penetrar" en él, vías que constituyen las
dos técnicas surrealistas por excelencia: el automatismo, que consiste,
en esencia, en dibujar o escribir sin lógica, moviendo libre e
incontroladamente la mano o el pincel y la desorientación reflexiva,
procedimiento por medio del cual las imágenes surgidas del subconsciente unen
objetos completamente extraños entre sí.
En el ámbito hispánico hay que
nombrar dos importantes movimientos estéticos, el ultraísmo y el
creacionismo. Algunos de los escritores de la generación del 27
participaron activamente en ellos, otros como Federico García Lorca en Poeta
en Nueva York o Vicente Aleixandre en La destrucción o el amor
han hecho importantes contribuciones al movimiento surrealista.
8. La poesía de la Generación del 27.
La generación del 27, llamada así por el homenaje en
honor a Góngora, en el tercer centenario de su muerte, que celebraron en 1927 en el Ateneo de
Sevilla. Es una de las generaciones literarias más importantes de la historia
de la literatura española. Es sobre todo una generación de poetas, con
excepción de Federico García Lorca que cultivó, además, un teatro
poético de gran brillantez, al igual que Rafael Alberti. Son autores de una
gran formación intelectual que mantuvieron una relación cordial y colaboraron
enlas mismas revistas literarias: La Gaceta Literaria, Litoral, Revista de
Occidente.
La generación del 27 tiene una primera etapa anterior a 1936 de influencia vanguardista, de J. Ramón
Jiménez y de poetas clásicos como Bécquer y Góngora. Así, cultivan las
vanguardias en sus distintas versiones: el ultraísmo y el
creacionismo con Gerardo Diego, Manual de espumas; el
futurismo en Cal y Canto de Alberti; el surrealismo de
Lorca en Poeta en Nueva York o Llanto por la muerte de Ignacio
Sánchez Mejías, Cernuda con Un río un amor o Aleixandre en
Espadas como labios. Salinas y Guillen se inclinan hacia
una poesía pura, depurada de todo aquello que no sea emoción lírica en La
voz a ti debida del primero o Cántico del segundo, en el que el
autor expresa su entusiasmo por la vida.
Además cultivan en estas primeras etapas una poesía neopopular. Alberti
con Marinero en tierra, y Lorca con El Romancero Gitano y
El Poema del Cante Jondo, donde muestra la raíz y el llanto de du tierra
andaluza, entre otros, o bien una poesía
de raíz clásica inspirada en Garcilaso, Lope o Góngora
como Gerardo Diego con Versos humanos o Alondra de verdad,
Romancero de la novia
Después de la guerra la trayectoria de estos poetas es muy
diferente. Lorca ha muerto, Alberti, Guillén Cernuda y Salinas están en el
exilio, los dos últimos morirán en él. Allí continúan escribiendo una poesía
alejada del entusiasmo de sus primeras horas. Para Guillén ha llegado la hora de Clamor (dolor, injusticia,
muerte) Salinas, espera volver algún
día en El confiado, Alberti tiñe
de melancolía, Baladas y canciones del Paraná o Entre el clavel y la
espada, y a Cernuda le obsesiona el
final de la vida y la añoranza de los recuerdos en Con las horas contadas
o Desesperación de la quimera.
Dámaso Alonso,
que antes de la guerra había cultivado la poesía influenciada por Juan Ramón
Jiménez y Machado, pública en 1944 Hijos
de la ira y Hombre y Dios, que,
junto con Sombra del paraíso
de Vicente Aleixandre, constituyen un punto de inflexión en la poesía de
posguerra y tendrán una influencia decisiva en los poetas de las generaciones
siguientes. Es la poesía desarraigada y humana.
9. Tendencias del teatro desde
principios de siglo hasta 1936.
El teatro
tradicional.
Durante el primer tercio del
siglo XX dos tendencias dominan la escena española, un teatro tradicional y de
consumo y un teatro innovador con rasgos marginales y con una relativa
influencia en el conjunto del panorama teatral. Este teatro tradicional presenta
a su vez diversos aspectos:
- Un teatro
poético de tendencia modernista en el que hay que citar autores como Eduardo
Marquina, Francisco Villaespesa, o los hermanos Machado.
- Un teatro
cómico en el que Carlos Arniches, el creador del género chico es la
figura indiscutible. Sus sainetes, La chica del gato, ¡Qué viene mi
marido! etc. mezclan el cuadro de costumbres y el conflicto sentimental,
dentro de una idealización populista y con un lenguaje casticista.
- El teatro de Benavente,
un teatro realista y comedido frente al neorromántico de José Echegaray,
que triunfaba en ese momento. Fue el teatro de la burguesía desde 1896 en que
estrena Gente conocida, hasta su última obra, Titania, 1946. Se
caracteriza por la falta de conflictos graves y por su suave crítica social. En
su obra maestra, Los intereses creados se aparta del esquema habitual.
El teatro innovador.
- Algunos autores
de la generación del 98 hacen los primeros intentos por renovar el
anquilosado teatro comercial. Entre ellos destaca Unamuno, que considera
el teatro como método de conocimiento y que hace unos dramas en esqueleto, a
los que llama drumas como El otro o El hermano Juan; Joaquín
Grau, con El señor de Pigmalión, Azorín que hace un teatro
antirrealista, carente de tensión; Ramón Gómez de la Serna, que en Los
medios seres, utiliza técnicas claramente vanguardistas.
- Los dos grandes
renovadores de esta época son Valle-Inclán y García Lorca.
Valle-Inclán empezó a escribir
teatro en 1905 y durante 20 años fue su principal ocupación. Para él, el teatro
es un espectáculo total, usa técnicas cinematográficas y experimenta
constantemente. Expresa su repulsa ante la sociedad contemporánea de dos
maneras: o mediante la evasión artificiosa o con el sarcasmo más mordaz. Su teatro
se puede clasificar como
A) modernista:
El Marqués de Bradomín.
B) ciclo
mítico: Comedias bárbaras, las fuerzas del mal y la
destrucción libres por el mundo. En Divinas Palabras, el despliegue
del mal y la fuerza del lenguaje anuncia lo que será el ciclo siguiente:
C) el
esperpento caracterizado por la deformación y el efectismo. Un
teatro relacionado con el expresionismo y con el movimiento dadá. Los más
famosos esperpentos son , el primero Luces de Bohemia y los que componen
Martes de Carnaval.
D) Por último las farsas, en las
que degradación de la realidad llega al máximo como en Farsa y Licencia de
la Reina castiza. Aunque autores como Pedro Salinas, Rafael Alberti,
Miguel Hernández, o Max Aub, intentan renovar el teatro según fórmulas
vanguardistas hay que llegar a Lorca para encontrar un teatro renovador,
de calidad y con éxito de público.
Federico García Lorca. En el teatro
lorquiano se da una profunda unidad
entre teatro y poesía, por eso a cada ciclo poético le corresponde un ciclo
teatral. En Mariana Pineda, tenemos un teatro de tema histórico tratado
poéticamente.
Además de algunas farsas como Amores de don
Perlimpín con Belisa en su jardín, el teatro
vanguardista lo forman: Así que pasen cinco
años, con personajes sin nombre, como soportes de una idea, de tal
complejidad, que no pudo estrenarse hasta 1979. Es una meditación sobre el
tiempo, derroche de lo que se ofrece, la fecundidad de la vida y el presente
frente a la infecundidad del sueño y del futuro; El
Público, obra sin acabar, así como la última descubierta, Comedia
sin título.
Las
tragedias rurales constituyen la última etapa del teatro
lorquiano, obras en que el sentido social, el ansia de libertad, de justicia y
de realización personal chocan con el rígido código del honor impuesto a las
mujeres. Lo que Lorca llamó Trilogía dramática de la
vida española, está compuesta por Bodas
de Sangre, tragedia colectiva, Yerma, tragedia
individual y La casa de Bernarda Alba, de
1936 y su obra maestra. Es un drama de las
mujeres en los pueblos de España, mundo de silencio, de espacios cerrados, de
rigidez moral y murmuraciones de aldea, en el que el instinto de poder, tan
ciego como el instinto sexual, suplanta a la realidad y la reprime.
Contexto histórico para todas las cuestiones de literatura
posteriores a la guerra civil.
En 1939 termina una guerra que dejó España en
la más absoluta miseria, tanto económica como moral y el exilio de la mayoría
de los escritores e intelectuales __ Salinas, Cernuda, Alberti, Machado__ Otros
mueren en la guerra: Lorca, Unamuno. Así empieza una dictadura y una época de
aislamiento internacional que termina con la muerte del general Franco en 1975.
La literatura se ve inmersa en una represión política y en una censura
permanente hasta los años 60, que empieza una etapa de desarrollo económico y
una lenta y paulatina relajación de la misma, en la que influye de manera
decisiva la entrada de España en la ONU. Se levantan voces en las universidades
y la oposición al régimen se va haciendo cada vez más fuerte, con protestas y
manifestaciones de los sectores de la izquierda.
10. Novela posterior a 1939. Tendencias, autores y obras.
1. La novela
existencial en los años 40
Tras la Guerra Civil (1936-39)
en España hay un ambiente de desorientación cultural. De hecho, los novelistas
contrarios al régimen franquista se exilian (Ramón J.Sender, Max Aub ...).
Aparece un grupo de
novelistas (Cela, Carmen Laforet, Delibes y Torrente Ballester) que cultivan
una “novela existencial”. Se trata de una novela pesimista que trata de
problemas existenciales como la soledad, la inadaptación, la frustración o la
muerte.
1.1. Cela escribe La familia de Pascual Duarte.
En ella un condenado a muerte justifica sus crímenes como consecuencia de las
circunstancias de su vida. Inició la corriente del “tremendismo”, que
presentaba en la novela escenas violentas y desagradables.
1.2. Carmen Laforet compone Nada. Presenta con un estilo
desnudo y un tono triste a una muchacha que va a estudiar a Barcelona, donde
vive con unos familiares en un ambiente de ilusiones fracasadas y de vacío
existencial.
1.3. De Delibes destacan La sombra del ciprés es alargada,
que habla también de la frustración, pero con la esperanza de la religión; El camino, sobre un niño que va a dejar su pueblo para
ir a la ciudad; Diario de un cazador, sobre la
vida de un conserje de instituto y Las ratas, tal
vez su obra maestra, sobre un inocente en un mundo rural mezquino.
1.4. De Torrente Ballester destacan Javier
Mariño, que presenta a un intelectual español que abandona su cómoda
vida para unirse a las tropas franquistas, y Los gozos
y las sombras, que recupera el relato tradicional de corte decimonónico
(del siglo XIX).
2.
El realismo social de los años 50
En los
años 50 España experimenta una mayor apertura hacia el exterior. En el plano
cultural, la censura se flexibiliza y ya es posible “contar lo real”.
2.1. La colmena de Cela es la precursora de la novela
social. En ella se trata el tema existencial de la incertidumbre de los
destinos humanos pero incorpora temas sociales como el hambre, el dinero y la
memoria de guerra. Es una novela abierta, sin argumento y sin desenlace. Cada
capítulo está integrado por secuencias, que narran de manera fragmentaria las
peripecias de los personajes. Tiene un protagonista colectivo, que es la ciudad
de Madrid.
2.2. La “Generación del medio siglo” cultiva la novela social.
Dentro de esta se distinguen dos tendencias: el realismo crítico, que denuncia
las injusticias, y el objetivismo, con predominio del diálogo y sin intromisión
del narrador. Destaca Rafael Sánchez Ferlosio
con la novela objetivista El Jarama, en la que
reproduce fielmente los diálogos de unos jóvenes a orillas del Jarama. Los
diálogos insustanciales y el incidente final en el que una chica muere ahogada
acentúan el pesimismo.
Despuntan también Ana María Matute con Primera
memoria; Aldecoa con Gran sol; Fernández Santos con Los bravos, donde retrata la dura
vida del campo; Carmen Martín Gaite con Entre visillos,
donde critica la condición de la mujer; López Pacheco
con Central eléctrica, donde denuncia la explotación obrera; Alfonso Grosso con La zanja…
3. La novela experimental española
desde 1962 a 1975
Se produce un cansancio del
realismo social y se cultiva la novela experimental, influenciada por el
llamado “boom hispanoamericano” y por escritores de gran trascendencia para la
novela contemporánea como Proust, Joyce, Faulkner y Kafka. Se trata de una
novela abierta, que carece de argumento definido y de desenlace. Hay saltos en
el tiempo. El capítulo se sustituye por la secuencia. Se multiplican los puntos
de vista y se utiliza también la segunda persona narrativa. El lenguaje se
complica: se altera la sintaxis, aparecen párrafos sin puntuación …
La primera novela
experimental es Tiempo de silencio (1962) de Luis
Martín-Santos. Relata la historia del médico Pedro, que a causa de los
escándalos es despedido del laboratorio y finalmente se recluirá en su aldea.
La novela utiliza el tú narrativo, el monólogo interior, el discurso sin
puntos, las secuencias …
Torrente
Ballester escribe La saga/fuga de J.B., que retrata una fábula de un
imaginario pueblo gallego donde el hilo de la novela se corta con frecuencia.
Delibes
compone Cinco horas con Mario, donde recoge el soliloquio de Carmen ante
su marido ya muerto, y Parábola del náufrago,
con influjo de Kafka, en el que el protagonista ve transformarse en perro a su
amigo.
Destacan también Cela en San Camilo 1936, Juan
Benet con Volverás a Región, Juan Marsé con
Últimas tardes con Teresa y Juan Goytisolo con
Señas de identidad.
Con La verdad sobre el caso Savolta (1975) de Mendoza se dio una recuperación de la trama argumental
en la novela y se va abandonando la novela experimental.
4.
La novela a partir de 1975
A partir del advenimiento de la democracia en 1975 se abre el panorama
de la novela en España de tal manera que es prácticamente imposible destacar
algunas características o tendencias generales por encima de otras. Cada autor
emprende un camino personal con la pretensión de diferenciarse al máximo de sus
contemporáneos. De todos modos, vamos a intentar destacar los rasgos más
significativos de este periodo:- Durante
los años setenta hay autores que siguen cultivando la novela experimental e
intelectual que tiene su origen principal en Tiempo de silencio. Suelen
prestar más atención a la forma que al contenido, ya que el argumento llega a
casi desaparecer. Abundan las historias fragmentadas y los monólogos
interiores. Este tipo de novela está dirigido a un lector inteligente y culto,
con formación suficiente para comprender las dificultades sintácticas que los
autores plantean.- La mayoría de los autores de este periodo se muestran
contrarios al régimen de Franco.
Comienzan
a surgir nuevos subgéneros dentro de
la novela con la finalidad de ampliar el panorama literario. Así, encontramos
desde finales de los años setenta novelas policíacas,
novela negra, de intriga, de ciencia-ficción, de aventuras, rosa, de
espionaje...- El mercado impone su peso a la literatura, de manera que se
comienza a publicar con la finalidad de vender una gran cantidad de obras. Los
autores se popularizan como creadores y recreadores de opinión en los distintos
medios de comunicación (prensa, radio y televisión). El término inglés best seller se asienta entre
nuestros autores como sinónimo de calidad y triunfo.- En los últimos veinte
años ha crecido espectacularmente el número de publicaciones a causa de la gran
cantidad de premios literarios que existen actualmente y del comercio que las
editoriales han instaurado a través de grandes cadenas de distribución, como la
Fnac, La Casa del Libro, El
Corte Inglés o Círculo de Lectores.
Los autores que consideramos más
destacados de los últimos años son los siguientes:
Manuel Vázquez Montalbán
(1939-2004): Es uno de los autores más importantes
de los últimos treinta años. Además de un destacado poeta, cultiva con éxito
también la novela. Es el creador del detective Pepe Carvalho, protagonista de Yo
maté a Kennedy (1972), Tatuaje (1974), La soledad del manager (1977)
etc.
Eduardo Mendoza
(1943): Es uno de los principales novelistas de los últimos años.
Comienza su carrera literaria en 1975 con La verdad
sobre el caso Savolta, caracterizada por la intriga y la acción.
Narra los abusos que los dueños de una fábrica de armas ejercen sobre sus
empleados y los intentos de un humilde periodista, Pajarito de Soto, por
descubrir los sucios negocios de contrabando de los patronos. Esta novela tiene
una clara finalidad de denuncia social y de crítica hacia la burguesía
acomodada de principios del siglo XX. En una línea parecida, aunque más cerca
de la novela policíaca, publica El misterio de la
cripta embrujada (1979) y El laberinto de
las aceitunas (1982). La ciudad de los
prodigios (1986) es una de sus grandes novelas. Narra la evolución
de la ciudad de Barcelona desde finales del siglo XIX. Sin noticias de Gurb
(1991) es una de las novelas más delirantes de nuestro autor. Publicada
por entregas en el diario El País, narra las aventuras que vive un
extraterrestre, Gurb, que se pierde por Barcelona justamente antes del comienzo
de los Juegos Olímpicos de 1992. Se trata de una novela cargada de humor,
ironía y parodia.
Luis Landero (1948): Comienza a
escribir bastante tarde. Tres de sus novelas sirven para situarlo entre los
mejores novelistas actuales: Juegos de la edad tardía (1989), Caballeros
de fortuna (1994) y El mágico aprendiz (1999).
Javier Marías
(1951): Publica con poco más de quince años su primer cuento, La vida
y la muerte de Marcelino Iturriaga, en El Noticiero Universal de
Barcelona (19 de abril de 1968). Desde entonces, prácticamente no ha dejado
de cosechar éxitos literarios dentro y fuera de nuestras fronteras. En sus
novelas suele mezclar el amor con elementos misteriosos y policíacos. En 1971
publica, con la ayuda de Juan Benet, su primera novela, Los dominios del lobo. A esta
obra le siguen Travesía del horizonte (1972), El monarca del tiempo
(1978) y El siglo (1983). Mientras ellas duermen (1990) es un
libro de relatos breves. En 1994 publica una de sus mejores novelas, Mañana
en la batalla piensa en mí. Colabora habitualmente como columnista de
opinión con diversos diarios.
Arturo Pérez
Reverte (1951) Desde sus primeras novelas, cosecha un gran
éxito, ya que han sido traducidas a veinte idiomas y algunas de ellas adaptadas
al cine. Publica novelas basadas principalmente en hechos históricos, como El
húsar (1986), El maestro de esgrima (1988), La tabla de Flandes (1990),
La sombra del águila (1993) o la serie de novelas basadas en el capitán Alatriste:
El capitán Alatriste (1996), Limpieza de sangre (1997), El
sol de Breda (1998), El oro del rey (2000) y El caballero del
jubón amarillo (2003).
Antonio Muñoz
Molina (1956): Nacido en Úbeda (Jaén), es actualmente el
miembro de la Real Academia Española de la Lengua más joven de cuantos la
integran y uno de los novelistas más importantes de la actualidad. En sus
novelas suele mezclar elementos policíacos, históricos y misteriosos. El éxito
le llega muy pronto, ya que recibe el Premio Nacional
de Literatura dos veces, una en 1988 por El
invierno en Lisboa, y otra en
1991 por El jinete polaco, que también recibió el premio
Planeta. Otras obras destacadas, ya del siglo XXI son: En ausencia de
Blanca (2000) , Sefarad (2001) y Las ventanas de Manhattan
(2004).
11.
El teatro de postguerra. Tendencias, autores y obras.
El movimiento de renovación teatral que, impulsado en los
años 20 y 30 por autores como Valle-Inclán o García Lorca, encontró en el
ambiente cultural de la segunda República un marco idóneo para su evolución y
proyección, se vio truncado por la guerra civil y, en la inmediata posguerra,
por una serie de condicionamientos ideológicos, como la censura, y comerciales,
como la política mercantilista de hacer teatro
en función del público burgués, que hicieron inviable durante muchas
décadas un teatro abierto y renovador. De este modo, en la posguerra, el teatro
que predomina está dirigido a un público que entiende la escena como evasión. Los temas que se tratan no tienen ningún
compromiso político: la infidelidad, la rebeldía de los hijos.
·
En el teatro específicamente de posguerra,
la década del 39 al 49, los escenarios españoles
se nutren de piezas de autores tradicionales que ya habían estrenado antes de
la guerra: Arniches, Marquina, Benavente
etc. Destacar el teatro de comedias de
salón, esto es, se pone en escena un mundo feliz y sin problemas. Entre los
autores destacamos a Joaquín Calvo Sotelo con La Muralla. Jaime Salom
con La casa de las Chivas,
ambientado en la zona republicana al final de la guerra. Edgar Neville con La vida en un hilo, etc. En esta misma
década hay que mencionar dentro del teatro
del humor a los escritores Enrique Jardiel
Poncela, creador de un teatro de lo
inverosímil, nuevo y audaz, de lo que es una buena prueba: Eloísa está
debajo de un almendro, Los ladrones somos gente honrada y Miguel Mihura, fundador de la revista humorística La Codorniz con Tres sombreros de
copa, Sublime decisión, en la que defiende el derecho de la mujer a
trabajar, Melocotón en almíbar, ya de la década de los 50, como Maribel y
una extraña familia, con la que demuestra que la actitud bondadosa de las
personas puede cambiar a una prostituta.
Fuera de España los escritores
exilados como Rafael Alberti: Noche de guerra en el museo del Prado o Alejandro Casona: La dama del Alba, estrenada
en Buenos Aires, siguen escribiendo teatro, aunque apenas tuvieron
posibilidades de llevarlo a escena.
·
A partir de 1949 y hasta
mediados de los 60 aparece
un teatro marcado por preocupaciones existencialistas y por tendencias de tipo
social, que empieza a presentar sobre el escenario la realidad española, de una
forma cada vez más crítica.
El estreno en 1949 de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo significa el comienzo de
este tipo de teatro de protesta y denuncia que Buero seguirá cultivando a lo
largo de su vida. Abre nuevos caminos en la renovación teatral. Destacar,
igualmente Hoy es fiesta o Las cartas
boca abajo.
Alfonso
Sastre es otro exponente de este teatro inconformista. Pretendió
hacer del teatro un arma de denuncia y crítica social tanto con la creación de
grupos teatrales, como con manifiestos o con sus obras: La mordaza, Escuadra
hacia la muerte , Muerte en el
barrio, o La cornada, son buena prueba de ello.
Al igual que en los años 50 y en los
primeros 60, los autores españoles escriben novelas neo-realistas y poemas
sociales. Toda una generación de dramaturgos retratan en sus obras la
explotación del hombre, la injusticia social, la alienación etc. Entre estos
escritores están Lauro Olmo: La camisa,
José Martín Recuerda: Las salvajes de Puente san Gil, José María
Rodríguez Méndez: Los inocentes de la Moncloa, etc.
·
A
lo largo de las décadas de los 60 y 70 empieza a
aparecer un teatro renovador que trata de experimentar con nuevas fórmulas
teatrales, aunque por los condicionamientos comerciales e ideológicos
mencionados anteriormente, quedará frecuentemente como un teatro de minorías,
al margen, muy a menudo, de los circuitos comerciales. Además de Fernando Arrabal con Cementerio de automóviles, Francisco Nieva, o Antonio Gala en Los verdes campos
del Edén o Los buenos días perdidos, Buero Vallejo
se incorpora a la tendencia experimental en obras como La doble historia del
Doctor Valmy o El tragaluz.
En estas décadas aparecen los
grupos de teatro independiente como Tábano o Los goliardos ya
desaparecidos, y otros como Els Joglars, Dagoll-Dagom o Els
Comediants que siguen representando hasta hoy.
Contexto histórico
para cuestiones relacionadas con la literatura en democracia.
En 1975, con la muerte de Franco, comienza una transición hacia la
democracia que se consolida con la aprobación de la actual Constitución en
diciembre de 1978. En España se establece un estado democrático bajo la
monarquía parlamentaria de Juan Carlos I. Tras el intento fallido de golpe de
estado en febrero de 1981, nuestra democracia se consolida. A pesar de empezar
su transición democrática en unos años terribles de crisis mundial, España
empieza a desarrollarse económica y científicamente y entra en la Unión Europea
en 1986. Con el cambio de siglo, adoptamos el euro como nueva moneda,
afianzando nuestros lazos europeos. A pesar de la grave crisis económica que
sufrimos en la actualidad, España es un país desarrollado que sufre un gran
cambio social con la entrada de emigrantes.
La primera
consecuencia fundamental de la democracia para la literatura es la desaparición de la censura, lo que, junto al mayor
nivel cultural y económico de los españoles, lleva a una mayor producción
editorial, aunque esta bonanza no es igual en todos los géneros. La novela sí
tiene un éxito arrollador, pero la poesía (a pesar de que aumenta el número de
poetas) se mantiene en tiradas muy cortas. Y el teatro sobrevive gracias a las
subvenciones y al dinero público.
TEATRO
EN LA DEMOCRACIA:
El teatro
sufre una grave crisis de calidad y de éxito de público en los últimos años del
siglo XX, ya que tiene que competir con el cine, la televisión, el vídeo etc.
Sólo se sostiene gracias a la creación de organismos como el Centro Dramático
Nacional y otros similares en las Comunidades Autónomas que apoyan con
subvenciones a los dramaturgos. Sin embargo, al empezar el siglo XXI , quizá
debido a la crisis del cine ( A causa de Internet y el pirateo) o la escasa
calidad de televisión ,que aumenta su oferta de canales pero empeora en calidad
y contenidos día a día, el teatro vive un renacer, con propuestas originales y
con éxito de público, como podemos ver en el éxito de los musicales que
trasformaron la Gran Vía madrileña.
Siguen
funcionando los grupos de teatro
independiente o alternativo, como Els Joglars, La fura dels baus,
Tricicle, La Cubana que se basan en la creación colectiva y en la importancia
del espectáculo por encima del texto. Por otra parte, siguen estrenando autores
consagrados que se ven liberados de la censura como Antonio Buero Vallejo,
cuya última obra “Misión al pueblo desierto “ (1999) estaba en cartel cuando
murió en 2000, o Antonio Gala ( Petra Regalada), y autores que habían
estado prohibidos como Arrabal o Francisco Nieva.
También
triunfan ahora dramaturgos más jóvenes, que habían empezado a triunfar en los
70, como Ana Diosdado. Los ochenta son nuestros. o Sanchis
Sinisterra ¡Ay, Carmela!.
Destacan sobre todo, a partir de los 80, dos autores que crean un teatro
costumbrista para reflejar la realidad de esta época: Fermín Cabal . Esta
noche ,gran velada. Y José Luis Alonso de Santos , con obras como La
estanquera de Vallecas y Bajarse al moro.
12.
Tendencias principales de la poesía de posguerra.
Dejando aparte a los poetas de la generación del 27 como Rafael
Alberti o Jorge Guillén y alguno de generaciones anteriores como Juan
Ramón Jiménez o León Felipe, que pasan las primeras décadas de
posguerra en el exilio, las principales tendencias de
la poesía de posguerra son:
Garcilasismo.
Un grupo de poetas de la llamada generación del 36: Luis Rosales,
Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero o Dionisio Ridruejo
escriben una poesía en estrofas tradicionales en la que no hay ninguna
referencia a la desoladora realidad circundante de esos años. Sus temas son los
eternos de la poesía: el amor, la muerte, Dios. A esta tendencia pertenecen
libros como Ángeles de Compostela o Alondra de verdad del poeta
de la generación del 27 Gerardo Diego.
En 1944 se publican dos libros: Sombra del Paraíso de Vicente Aleixandre e Hijos de la ira de Dámaso Alonso, en los
que se manifiestan tendencias que estarán en vigor durante más de una década.
Escritos en verso libre y con alusiones a la realidad inmediata. Con el último
se inicia la poesía española contemporánea, frente al lenguaje preciosista de
los garcilasistas este libro ofrece un lenguaje crispado y violento.
Hacia 1950 hay dos tendencias
dominantes: la poesía desarraigada, la poesía arraigada. La primera
presenta al mundo como caos y como angustia y mediante la poesía se buscan
orden y análisis. Esta corriente se agrupa alrededor de la revista Espadaña.
En la línea de poesía arraigada están los poetas que se llaman a si mismos
Juventud creadora, y que publican en la revista Garcilaso. Los poetas
buscan sus raíces en Dios, la tierra y la familia. Tienen una visión optimista
y esperanzada, del mundo y de la vida y prefieren las formas métricas clásicas.
Hacia 1960, aparece la poesía
social :una poesía
objetiva y de denuncia que parte del clima creado por la revista Espadaña. Los
poetas de esta tendencia deciden convertirse en testigos de la vida cotidiana,
escriben con un lenguaje accesible y dan un predominio total al contenido del
poema. En ellos denuncian las injusticias sociales y la situación política de
España. A esta corriente pertenecen poetas como José Hierro, Gabriel
Celaya, Blas de Otero “ANCIA”
La segunda generación de posguerra. Para poetas posteriores como Ángel
González, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Jaime Gil
de Biedma la poesía es sobre todo un método de conocimiento, sin renunciar
por ello a que sea también vehículo de comunicación. Aunque suelen emplear el
verso libre son más exigentes en cuanto al lenguaje poético que la generación
anterior.
A partir de mediados de los 60 y
hasta los años setenta, aparecen los llamados Los novísimos. En 1963 Pedro Gimferrer,
publica Arde el mar, que supone una ruptura con la poesía inmediatamente
anterior. Alrededor de él se agrupa una serie de poetas reunidos en 1968 en la
antología de Nueve novísimos poetas españoles. La máxima preocupación de
su poesía es la forma, se alejan de preocupaciones sociales y políticas, hacen
constantes referencias en sus poemas a motivos exóticos, culturales y
culturalistas con una artificiosidad que recuerda a los modernistas y utilizan
procedimientos de carácter surrealista.
A finales de los 70, se abandona la estética
“novísima” y los poetas más jóvenes buscan una poesía más sencilla y
clara, más íntima y menos culturalista o formalista.
Hay varias tendencias, como el
neosurrealismo, que recupera la influencia de la poesía irracional de
poetas del 27 que habían estado prohibidos y ahora se leen como Alberti, Lorca
o Cernuda. A esta línea de poesía neosurrealista pertenece, por ejemplo, Blanca
Andreu.
Por el mismo motivo, se
recupera la influencia de Juan Ramón Jiménez y Jorge Guillén en una tendencia
neopurista , muy objetiva y fría, en poetas como Sánchez Robayna o Julia
Castillo. También es neopurista la poesía del silencio, al estilo de
José Ángel Valente, poesía difícil que reduce el lenguaje a lo imprescindible,
como la de Amparo Amorós o la de Ildefonso Rodríguez.
Parecen recuperar el
simbolismo (en esta época postmoderna todo son revisiones de lo realizado a lo
largo del siglo XX), con una poesía trascendente, difícil porque siempre
se refiere a una segunda realidad, poetas como Julio Llamazares.Y
recuperan la poesía clásica, el soneto y el estilo barroco poetas como Antonio
Carvajal o Fernando de Villena.
Pero la línea poética más seguida en los años 80 y 90 ( y que
sigue de moda hoy en día) es la Poesía de la Experiencia que encontramos
en Luis García Montero( Habitaciones separadas), Carlos Marzal,
Joaquín Sabina( Ciento volando de catorce)…
Esta poesía trata temas cotidianos
y verosímiles, cercanos al lector pues el poeta es un hombre normal, cotidiano,
frecuentemente urbano, que nos habla de su intimidad ,de su vida cotidiana y
sus experiencias o del paso del tiempo con un estilo sencillo, cercano,
coloquial ,a veces jergal, donde juega con refranes o frases hechas que
trasforma mediante el uso de la metáfora o el cambio sorprendente, por influencia
de poetas de la generación del 50, como Jaime Gil de Biedma o anteriores ,como
Blas de Otero.
13. La novela hispanoamericana a partir
de los años sesenta.
Los años sesenta pueden ser considerados como la etapa dorada de
la novela Hispanoamericana, conocida como el boom y favorecida por una
serie de circunstancias:
·
Un grupo de autores que, sin formar una generación, difunden su
obra
internacionalmente:
Lezama Lima, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez,
Vargas Llosa.
·
Se produce una reactivación de la industria editorial española,
especialmente en Barcelona (Seix Barral, Plaza y Janés, Bruguera) donde algunos
de estos autores publican sus obras.
·
Los novelistas consolidan la línea renovadora iniciada por autores
de generaciones anteriores (Borges, Miguel Ángel Asturias) y presentan
importantes innovaciones tanto temáticas como formales:
-
Innovaciones temáticas: la
realidad hispanoamericana, ciudades, campos, costumbres, pero enfocada desde
diferentes perspectivas: el realismo social, el realismo mágico...
-
Innovaciones técnicas: la
oposición de los planos (tiempo y espacio), la variedad de perspectivas, la
participación del lector, la desintegración de la estructura narrativa, la
mezcla de lo real y lo mítico, experimentación del le
-
Especialmente
importante es la obra de dos autores:
Gabriel
García Márquez, que alcanza con su magistral novela, Cien años de soledad (1967) la culminación de un proceso
creativo de gran calidad e imaginación, el llamado realismo mágico o El coronel no tiene quien le
escriba.
Mario
Vargas Llosa, reciente Premio Nobel de Literatura (2010) cuya obra La
ciudad y los perros (1963) le dio fama internacional. Destacamos,
igualmente La fiesta del Chivo,
en la que retoma el argumento de la novela de dictador, aún vigente Pantaleón y las visitadoras, En 2010 se publicó El sueño del celta, última novela de Vargas Llosa sobre la
vida de Roger Casement, cónsul británico en el Congo Belga y en Perú, que entre
1903 y 1911 se dedicó a investigar y a denunciar las atrocidades -explotación
salvaje, torturas y genocidio-, del régimen de Leopoldo II.
Los caminos abiertos por estos
autores han facilitado el éxito de nuevos novelistas; su preocupación
esencial es Latinoamérica, pero estos autores ya no muestran la imagen de grupo
literario que ofrecían los componentes del boom (Manuel Puig, Alfredo
Bryce Echenique...)
© José María Poza – abril 2013
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