domingo, 6 de junio de 2021

 

Arturo Pérez-Reverte gana el Premio de la Crítica por ‘Línea de fuego’, su retrato de la guerra en la trinchera

Ramón Andrés es distinguido en la categoría de poesía por ‘Los árboles que nos quedan’

El Premio de la Crítica, promovido por la Asociación Española de Críticos Literarios, ha distinguido este año al académico y escritor Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 69 años) por Línea de fuego (Alfaguara), su novela sobre la trágica batalla del Ebro. El galardón también tiene una categoría lírica, que ha ganado Ramón Andrés (Pamplona, 66 años) por su poemario Los árboles que nos quedan (Hiperión). También han sido galardonados Albert Pijuan (Tsunami) y Josep María Escrivá (Sempre és tard) en la categoría de lengua catalana; Inma López Silva (O libro da filla) y Ana Romaní (A desvértebra) en gallego, y Pello Lizarralde (Argiantza) y Jon Gerediaga (Natura Berriak) en euskera.

 El escritor Arturo Pérez-Reverte, en 2006. / Uly Martín

Pérez-Reverte se ha mostrado feliz a su manera con el reconocimiento. “Cuando llevas tantos años, un premio, cualquier premio, no tiene demasiada importancia”, ha dicho a este diario, con su tono de corsario carrasposo, curtido y escéptico, y leal. “Pero soy consciente de que amigos míos llevaban años luchando para que me lo dieran. Mi agradecimiento a ellos, y lo acepto en su nombre”.

De la novela galardonada, “muy coral”, señala: “Mi intención era que, al llevar 20 páginas, al lector le diera igual en qué bando combatieran los personajes. No es una novela de guerra, sino de seres humanos”. Ha recalcado que es asimismo una novela “de frente de batalla” y que de esas sobre nuestra Guerra Civil hay pocas. “Hay muchas de retaguardia, pero no de primera línea de fuego, y las que hay están escritas solamente desde un bando o el otro”.

El escritor se ha manifestado contento porque el libro “ha sido muy valorado por los lectores y por la crítica en general, excepto algún caso muy puntual”. Sobre el hecho de que se ofrezca un retrato muy equilibrado de los combatientes, con valientes, cobardes, gente decente y miserables en ambos bandos, ha señalado que “en las trincheras todos son iguales”. Ha puntualizado: “Por razones familiares sé que lo de buenos y malos en el campo de batalla es muy relativo. Por supuesto, todos sabemos que el de la República era el lado correcto y el de los franquistas el incorrecto”.

“Cuando llevas tantos años, un premio, cualquier premio, no tiene demasiada importancia”

Eso mismo ha destacado el presidente del jurado, Fernando Valls, al explicar a este diario las razones por las que Línea de fuego ha resultado ganadora en esta edición: “Dentro de todo lo que se ha escrito sobre la Guerra Civil española, destaca por la pluralidad de voces que aporta. Muestra el horror de la batalla desde el aspecto humano, con personajes que a veces están en un bando u otro por azar, todo muy bien contado. No es que sea equidistante, pues la narración parte de la legalidad de la República, pero los franquistas tampoco aparecen como monstruos. En definitiva, es compleja, plural y múltiple”.

Cualquier lector de Línea de fuego —y en realidad cualquier fan desde El húsar— sabe que Pérez-Reverte lleva como nadie al corazón de la batalla; de hecho, lees la historia agachando la cabeza ante los obuses y los disparos de fusilería y ametralladora como si estuvieras en el fregado. “He tratado de contar la guerra en la trinchera, he visto muchas guerras, la única forma de contar la batalla desde dentro es haberla vivido”, ha dicho el autor.

Aunque las unidades y los personajes protagonistas son inventados, el realismo es sobrecogedor. Pérez-Reverte utiliza con extrema pertinencia y conocimiento de causa el lenguaje militar y describe con exactitud tácticas, uniformes y armamento. Escogió la batalla del Ebro, ha explicado, “porque es la más dura de nuestra guerra, con 20.000 bajas, chavales de 16 años y abuelos llamados a filas; es la batalla más sangrienta y la más estúpida. A la semana ya se sabía quién iba a ganarla. Fue un choque de carneros, de tozudez. Ambos bandos echaron carne, carne y más carne al asador. Fue una carnicería inútil”.

Al preguntarle por su personaje favorito del intenso y amplio reparto, ha dicho que le tiene cariño a muchos, pero de manera especial al moro Selimán: “Me robó el corazón”. Del protagonismo de las mujeres en Línea de fuego ―la unidad de transmisiones de la corajuda joven Patricia Monzón Pato―, ha señalado que quiso homenajearlas pese a que su presencia es ficticia. “Las he visto combatir como guerrilleras en muchos sitios, en Nicaragua, en Salvador, en los Balcanes. La mujer siempre paga un precio más alto en la guerra. En nuestra Guerra Civil fue la gran perdedora, en tres años se quedó sin todo lo que había ganado durante la República. Es normal que las mías luchen tan esforzadamente: saben que de perder van a volver al siglo XIX. Las mujeres perdieron dos veces la guerra, la primera en el frente de batalla, la segunda en casa. Son las grandes víctimas”.

De Línea de fuego se prepara una serie televisiva de ocho episodios que realizará la productora Boomerang TV. Pérez-Reverte no va a intervenir: “Se han hecho muchas películas de mis novelas y sé que tienes que permanecer lo más saludablemente lejos que puedas; el autor molesta”. La próxima novela del autor se publicará en octubre y la guerra, otra guerra, jugará también un importante papel en ella. Ha asegurado que a sus lectores les va a chiflar (él lo ha expresado con más contundencia, como suele).

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A MI HONORABLE PADRE. 19/05/08

A mi honorable padre.

Me encuentro en una situación difícil, pero cómoda. Es como si flotara en el espacio de los recuerdos. Todo sabe a recuerdos, todo son momentos vividos. Si camino, recuerdo; si pienso recuerdo más intensamente; si tomo cerveza, recuerdo instantes que compartimos; si voy a la compra, él siempre está presente. Todo lo que hay a mi alrededor me recuerda a él. Sueño con su presencia. Fue una persona muy importante en mi vida y para mi vida. Le dije millones de veces que lo quería y eso me reconforta sobremanera. Ahí ando, en estos senderos me encuentro. En alguna ocasión, los lagrimales vierten alguna gota de dolor. Sigo viviéndolo mucho más intensamente que cuando me regalaba su presencia.
Fue un hombre bueno, un buen hombre. Íntegro hasta la exageración. Honesto hasta hacer de la honestidad misma su modo de vivir. Paciente como el mejor chacal que espera el movimiento de su presa para capturarla, él para ayudarla. No tenía palabras de más, las que usaba se llenaban de esperanza y de emoción contenida. Lo quise hasta la profundidad del alma compartida y amiga. Tuve poca comunicación con él en los últimos años porque se apagaba su intelecto y, a la vez, su generosidad de coloso humano.Todo huele a él; todo sabe a él; todo suena a él. A él. A él mismo.

Siempre te recordaré, siempre te querré querido papá.

IN MEMORIAM - Tu hijo Josemari.


A MI MADRE

A MI MUSA

¿Y ahora qué? Ya no estás a mi lado.
Tu presencia se deshace tal el hielo
en fuego, se fija como una obsesión
que me llena y me llega y me yaga
en tremendos nubarrones irónicos
que deshacen amapolas de sueño.
Ese sueño sutil y estremecedor
de tu voz, de tu sonrisa,
de tus tranquilizadoras manos,
alentadoras de sueños.
¡Dímelo al oído cuando estés!
Dime que quieres aunque sea un susurro mío,
un agradable abrazo mío, tal vez
un espontáneo beso mío.
¡Dímelo cuando estés!
Dime que el sueño sueña,
dime que el amor ama,
dime que sin llorar lloras,
dime que no podemos hacer nada, ya
dime que me quieres.
¡Dímelo mamá cuando estés!
Te quiero, quise y querré, a morir, planeta de mis sueños.

LA MISIÓN DE EDUCAR

Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca. Hay que medir, pesar, equilibrar... y poner todo en marcha. Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, que ese inexperto barco mientras uno lo trabaja, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hasta islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. Manuela Fernández

PARA MI VIDA, PARA TI.


PARA MI VIDA, PARA TI.

Amor, azucena celestial,
que nada entre espumosas olas,
¿por qué no me dices que me quieres?
¿por qué no colocas tu dulce,
perfume entre caracolas?
Dime amor, huele mi perfume,
ama mi instante, sueña con
tu sombra, con tu recuerdo,
inventa la estrella, ama el infinito
exhala perfumes inquietos
y dormidos silencios de placer.
¿Por qué no me dices que me quieres?
Hambre de mis venas,
Elegíaca amaca,
Luz de mis luces,
Entrada de mis penas,
Novela sin escribir,
Amor de mi vida.
¿Qué quieres que te diga más?
¿Qué? ¿Qué sueñas?

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