Brines, como elixir que todavía lo invade todo, lo inunda todo, lo embriaga todo; todo lo maravillosamente poético.
"Una vocación de poeta es maravillosa, porque la poesía es una sorpresa total y luego, cuando terminas, es un documento material: te conoces por el poema"
"Yo no tengo la lujuria de la escritura. Mire, donde yo escribo tengo la puerta entreabierta y por ahí entra la musa; no la cierro, pero tampoco la abro de par en par"
"He abandonado unos poemas eróticos. Podían parecer escandalosos y yo soy pudoroso como poeta y persona. El impudor me parece un poco agresión a los demás"
"Soy un poco el poeta-florero de la Real Academia, porque allí los que trabajan, y trabajan muy bien, son los filólogos. Yo puedo dar mi opinión, pero nada más"
La rendija en la sombra
Ya está todo dispuesto,
hay un reloj que marca detenidas
las doce no solares,
la casa está vacía y no hay valija ya que prevenir;
en la estación la niebla aleja aún más
el silbido pretérito,
afantasma en el puerto los cascos de los buques.
¿Podré aún llegar a ti,
ancianísimo espíritu, antes de que obedezcas
la última ley prescrita hacia la nada,
para así devolverte
un reflejo del mundo que me diste,
acercarte el espectro de la vida que amamos,
recibir tu piedad,
ungirte con la mía?
¿Y allí estará él aún, o ya será carencia?
Desplazados los tres
-yo rezagado-
las sombras no serán.
Ni la luz, ni el vacío.
¿Hasta cuándo ahí el mundo?
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