viernes, 20 de noviembre de 2020

PREMIO CERVANTES 2020

 

Francisco Brines brinda su Premio Cervantes a los que leen poesía

El escritor de 88 años celebra la concesión del galardón desde el balcón de su casa de Oliva con amigos, políticos y periodistas y anuncia que continúa escribiendo para concluir ‘Donde muere la muerte’, obra de poemas y prosa lírica.

  Un sol de justicia recibió esta mañana a los invitados que asistieron a la celebración de la concesión del Premio Cervantes a Francisco Brines en la masía del poeta en Oliva, donde nació hace 88 años. “Un premio de justicia”, comentó el alcalde de la población valenciana, David González. Los políticos, amigos y periodistas se iban concentrando en la espléndida terraza de la casa, rodeada de naranjos y palmeras, mientras la escritora y directora de la fundación del poeta, Àngels Gregori, explicaba que su delicado estado de salud y las restricciones por la pandemia impedían cualquier contacto con el escritor. De modo que la gente empezó a mirar a los balcones esperando la aparición de un poeta ajeno a la solemnidad. Sin embargo, el autor de Las brasas no pudo evitar que su salida al balcón corrido y sus lentos pasos hasta llegar al final estuvieran revestidos de una carga ceremoniosa debido a la ocasión, el respeto, la expectación y los aplausos que suscitó.

Acompañado de su inseparable Víctor Alverka, que lo cuida desde hace 15 años, Brines se mostró contento y de muy buen humor, invitando a los presentes a brindar con vino, “el elixir de los poetas”. Ayudado por Gregori y por su amiga y restauradora Pilar Roig, que amplificaban sus palabras, el escritor celebró haber conseguido con su poesía “un canto diverso”, que ha llegado a los lectores “como lo hicieron los versos de Berceo o Manrique”, a los que desearía "acercarse”, y de Ausiàs March, al que calificó como el mejor poeta medieval en España. Aseguró que sigue escribiendo y leyendo y trabaja en un nuevo libro que lleva por título Donde muere la muerte, de cuya temática dijo que no quería hablar. La obra reúne prosas líricas y poesías y lleva años en su elaboración, apostilló Gregori. “La poesía es una poesía conviviente. Yo siempre escribo la poesía para mí, como lector, la recibo como creador y pensando siempre en los lectores a los que le llegará. Lo importante es que la poesía sea de los que la leen, así que estáis condenados a leerla”, dijo a los asistentes, desde el balcón de Elca, el nombre de su casa familiar donde se instaló definitivamente hace años tras vivir en Madrid.

El autor de El otoño de las rosas (Premio Nacional de Literatura) y académico de la RAE respondió que no sabe si acudirá a Alcalá de Henares a recoger el premio: “Mi salud es como es y yo no soy un nadador de aguas bravas”. También explicó que con su fundación, con sede en la masía de Elca, que atesora una biblioteca de cerca de 30.000 volúmenes, quiere rendir un “homenaje a la poesía, porque la poesía aparte de lo estético es un camino muy ilustrativo”. Y destacó que el Premio Cervantes “muestra” que sus lectores actuales “están igual en Galicia, Asturias, País Vasco, Cataluña, Oliva, Valencia o Andalucía”. "Y allí donde un lector la lea y se emocione, habrá llegado mi voz poética, y mientras eso ocurra tendré voz poética”, agregó. Por último, expresó su satisfacción por que los ciudadanos de Oliva reciban este galardón también como algo suyo. “En parte así es porque yo también me alegro de todo lo que surge en Oliva, a un deportista, un músico, un escritor, etcétera. Por lo tanto, si yo tengo esa necesidad de aplaudir un premio que ellos obtengan, también este premio importante ha caído en uno de ellos”.

El sol seguía cayendo a plomo y el poeta deshizo el camino y volvió a su habitación con un semblante de satisfacción, mientras los invitados se demoraban disfrutando de las espléndidas vistas de Elca, desde la que se atisba el mar al final de una sucesión de campos de naranjos.

 

https://elpais.com/cultura/2020-11-17/francisco-brines-brinda-su-premio-cervantes-a-los-que-leen-poesia-y-asegura-seguir-trabajando-en-donde-muere-la-muerte.html 

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A MI HONORABLE PADRE. 19/05/08

A mi honorable padre.

Me encuentro en una situación difícil, pero cómoda. Es como si flotara en el espacio de los recuerdos. Todo sabe a recuerdos, todo son momentos vividos. Si camino, recuerdo; si pienso recuerdo más intensamente; si tomo cerveza, recuerdo instantes que compartimos; si voy a la compra, él siempre está presente. Todo lo que hay a mi alrededor me recuerda a él. Sueño con su presencia. Fue una persona muy importante en mi vida y para mi vida. Le dije millones de veces que lo quería y eso me reconforta sobremanera. Ahí ando, en estos senderos me encuentro. En alguna ocasión, los lagrimales vierten alguna gota de dolor. Sigo viviéndolo mucho más intensamente que cuando me regalaba su presencia.
Fue un hombre bueno, un buen hombre. Íntegro hasta la exageración. Honesto hasta hacer de la honestidad misma su modo de vivir. Paciente como el mejor chacal que espera el movimiento de su presa para capturarla, él para ayudarla. No tenía palabras de más, las que usaba se llenaban de esperanza y de emoción contenida. Lo quise hasta la profundidad del alma compartida y amiga. Tuve poca comunicación con él en los últimos años porque se apagaba su intelecto y, a la vez, su generosidad de coloso humano.Todo huele a él; todo sabe a él; todo suena a él. A él. A él mismo.

Siempre te recordaré, siempre te querré querido papá.

IN MEMORIAM - Tu hijo Josemari.


A MI MADRE

A MI MUSA

¿Y ahora qué? Ya no estás a mi lado.
Tu presencia se deshace tal el hielo
en fuego, se fija como una obsesión
que me llena y me llega y me yaga
en tremendos nubarrones irónicos
que deshacen amapolas de sueño.
Ese sueño sutil y estremecedor
de tu voz, de tu sonrisa,
de tus tranquilizadoras manos,
alentadoras de sueños.
¡Dímelo al oído cuando estés!
Dime que quieres aunque sea un susurro mío,
un agradable abrazo mío, tal vez
un espontáneo beso mío.
¡Dímelo cuando estés!
Dime que el sueño sueña,
dime que el amor ama,
dime que sin llorar lloras,
dime que no podemos hacer nada, ya
dime que me quieres.
¡Dímelo mamá cuando estés!
Te quiero, quise y querré, a morir, planeta de mis sueños.

LA MISIÓN DE EDUCAR

Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca. Hay que medir, pesar, equilibrar... y poner todo en marcha. Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, que ese inexperto barco mientras uno lo trabaja, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hasta islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. Manuela Fernández

PARA MI VIDA, PARA TI.


PARA MI VIDA, PARA TI.

Amor, azucena celestial,
que nada entre espumosas olas,
¿por qué no me dices que me quieres?
¿por qué no colocas tu dulce,
perfume entre caracolas?
Dime amor, huele mi perfume,
ama mi instante, sueña con
tu sombra, con tu recuerdo,
inventa la estrella, ama el infinito
exhala perfumes inquietos
y dormidos silencios de placer.
¿Por qué no me dices que me quieres?
Hambre de mis venas,
Elegíaca amaca,
Luz de mis luces,
Entrada de mis penas,
Novela sin escribir,
Amor de mi vida.
¿Qué quieres que te diga más?
¿Qué? ¿Qué sueñas?

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