sábado, 16 de febrero de 2008

Coplas a la muerte de su padre (J. Manrique)

                                                   JORGE MANRIQUE.
1.- BIOGRAFÍA.

Según tradición, nació Manrique hacia 1440 en Paredes de Nava ( Palencia ).Su familia, de rancio abolengo, anduvo metida de lleno en la vida política y militar de la época. Su padre, el famoso Don Rodrigo Maestre de la Orden de Santiago ,peleó contra los moros y fue enemigo de don Álvaro de Luna, de enrique IV y de la “ Beltraneja “. A su lado peleó desde joven nuestro poeta.
Por lo demás, no es mucho lo que sabemos de su vida. En 1470 se casó con doña Guiomar de Meneses. Luchó en apoyo de Isabel la Católica. En noviembre de 1476, muere su padre de terrible enfermedad. Jorge ( que embellecerá aquella muerte en sus coplas ) apenas le sobrevivirá dos años y medio : combatiendo al Marqués de Villena, enemigo de la reina, cayó herido cerca del castillo de Garcimuñoz ( Cuenca ) y murió en el vecino pueblo de Santa María de Campo Rus el 24 de abril de 1479.Tenía treinta y nueve años.
La vida de Manrique, como la de Santillana, une “ las armas y las letras “ ,fue guerrero y cortesano.
Asumió los ideales nobiliarios y religiosos tradicionales, junto a algunos elementos del Renacimiento temprano. Su obra nos dará testimonio de una fina sensibilidad y una gravedad creciente.

2. Tema fundamental

En esta dolorosa elegía podríamos destacar varios aspectos fundamentales sobre los que medita Jorge Manrique, como pueden ser la brevedad de la vida y la vanidad de los placeres mundanales. Hay también otros pero, en mi opinión, toda la obra está inspirada por el impulso único de la muerte de don Rodrigo, por lo que creo que éste es el tema fundamental. Dentro de la obra trata el tema de la muerte de diferentes maneras y podríamos diferenciar las siguientes partes:
1. Coplas I – XII: En esta primera parte considera la muerte en abstracto. Realiza una reflexión general y filosófica sobre ella destacando, entre otras cosas, la rapidez con que llega, siempre escondida y a hurtadillas; y el poder rector o igualatorio que tiene, ya que llega a todos por igual.
2. Coplas XIV – XXIV: En esta serie de estrofas argumenta sobre la muerte histórica poniendo ejemplos concretos de personajes de su época. En estas coplas la atención se desplaza a la muerte y desaparición de contemporáneos suyos.
3. Coplas XXV – XL: Aquí reflexiona sobre la muerte del verdadero protagonista de la obra: su padre (Don Rodrigo de Manrique, conde de Paredes y gran maestre de la Orden militar de Santiago). Manrique nos muestra a la muerte educada y gentil, como una voz que pide permiso al “muerto”, no la representa cómo algo macabro y despiadado.

3.- DISTINTOS TIPOS DE VIDA DE LA OBRA

• Vida terrenal: Jorge Manrique describe esta vida como fugaz y como un camino hacia la muerte.
“Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado...”
“Este mundo es el camino
para el otro...”
• Vida de la fama: Es una vida de gloria conseguida con honor. Es más larga y duradera que la anterior, aunque no eterna. Se trata de una manera de perduración, conseguida mediante el heroísmo y el desarrollo de la excelencia humana, es decir, de todo aquello que labra una fama que pervive tras la muerte.
“...pues otra vida más larga
de fama tan gloriosa
acá dejáis...”
• Vida sobrenatural: Es eterna, perdurable, y se alcanza tras la muerte. Según el autor, Don Rodrigo la consiguió gracias a sus virtudes heroicas (amistad, lealtad, valentía, discreción, braveza...).
“...mas los buenos religiosos
ganándolo con oraciones
y con lloros,
los caballeros famosos
con trabajos y aflicciones
contra moros”

4.- Estructura métrica

Cada una de las 40 coplas está formada por 12 versos (octosílabos y tetrasílabos) combinados de la siguiente manera: en cada copla vemos una pareja de sextillas unidas, constituidas por una doble serie de octosílabos más un tetrasílabo, con rima abc, abc. El esquema de cada sextilla sería por tanto: 8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c.

Dejo las invocaciones
de los famosos poetas
y oradores;
no curo de sus ficciones,
que traen yerbas secretas
sus sabores.
Aquél sólo me encomiendo
Aquél sólo invoco yo
de verdad,
que en este mundo viviendo,
el mundo no conoció
su deidad.

5. División estructural de las coplas

• Coplas I – XXIV: En las veinticuatro primeras coplas, Manrique desarrolla sentenciosamente temas generales y hondos: la fugacidad de la vida, la inestabilidad de la fortuna, el poder igualatorio de la muerte... Hace una reflexión general y filosófica sobre la muerte que nada tiene que ver con el padre, puesto que no lo nombra. También relata ejemplos concretos sobre contemporáneos de él que no han sido lo suficientemente virtuosos para conseguir la vida eterna.

• Coplas XXV – XL: El resto del poema habla sobre la muerte particular de Don Rodrigo y comprende dos momentos sucesivos, por lo que podemos diferenciar dos partes: la primera está ocupada por la sola figura del padre. Hace un elogio fúnebre de él, mostrándolo como un modelo de heroísmo, y un retrato moral en el que lo elogia enumerando sus cuantiosas virtudes tales como la serenidad ante la muerte, su religiosidad, generosidad, lealtad, amistad, braveza, discreción y valentía. Considera que nunca estuvo en pecado. La segunda parte es el “auto de la muerte”, y consta de un encuentro entre Don Rodrigo y la Muerte, que entablan un impresionante y conmovedor diálogo. En él la Muerte explica a Don Rodrigo las razones por las cuales debe llevarle.

Diferenciación de las dos partes de la Primera Parte de la obra.

• Coplas I – XIII: Las trece primeras coplas hablan de lo breve de la vida, lo deprisa que pasa y de lo atentos que debemos estar, dada nuestra condición de mortales. Estas estrofas están presididas por un tono ejemplarizante y aleccionador y se encuentran llenas de consideraciones morales. Nos incita a pensar en la vida eterna y cuenta que lo que importa no son los placeres de esta vida sino las virtudes para ganarse el favor divino, ya que la muerta pasa a todos por el mismo yugo, ricos y pobre, nobles y plebeyos, reyes y campesinos.
• Coplas XIV – XXIV: En estas coplas pone ejemplos concretos de muertes célebres de contemporáneos suyos. Es un recorrido por muertes históricas y famosas de personajes que emplearon su vida en placeres efímeros que no pueden sobrevivir a la muerte (como el poder, la belleza, la riqueza...), por lo que nos recuerda que debemos cuidar nuestra alma para ganar el favor divino.

6.- Rasgos medievales de la obra

La obra podemos clasificarla en la Baja Edad Media, aunque también es considerada de tránsito entre esta época y el Renacimiento (por lo que además encontramos algunos rasgos renacentistas). Debido a esto, no se trata de una obra anónima, sino de una obra firmada por una de las fuertes personalidades literarias. Los rasgos medievales que podemos observar en las coplas son numerosos, estando en todos ellos presente la religiosidad. Los principales son:

• Carácter teocentrista: Ésta es la principal característica de todas las obras escritas durante la Edad Media. Este carácter está presente en la obra.

• Realismo: Durante toda la obra el autor trata temas realistas, como la vida y la muerte. No estamos en una obra idealista.

• Finalidad didáctica y carácter moralizante: Este aspecto destaca principalmente en las primeras coplas, ya que en ellas, tras reflexionar, nos da un consejo. Éstas contienen enseñanzas de carácter moral.     “Ved de cuán poco valor...”

• Ubi sunt?: Éste es un tópico de la literatura medieval. Esta pregunta retórica, muy extendida por toda la poesía de la Edad Media, significa “¿dónde están?” y es utilizado por el autor en algunas coplas para hacer referencia a muertos memorables (aparecen algunos como Juan II, los infantes de Carrión...) y a los placeres de la vida.

“...¿dónde iremos a buscallos?
¿qué fueron sino rocíos
de los prados?”

• Muerte: Este es uno de los temas comunes que se trata durante la Edad Media y que está presente en la mayoría de las obras de esta época. Sobre este aspecto ya está todo explicado en la primera pregunta.

• Fortuna: Es otro de los temas comunes de la Edad Media. La Fortuna administra los bienes del mundo y encumbra el destino humano a unos y abate a otros. Conforme a la doctrina moral de la época, los “bienes de fortuna” son inestables, perecederos, frente a los “bienes morales” que son seguros y eternos”. Así, el autor escribe la siguiente copla:

“Los estados y riqueza,
que nos dejan a deshora,
¿quién lo duda?
No les pidamos firmeza,
pues que son de una señora
que se muda;
que bienes son de Fortuna
que revuelve con su rueda
presurosa,
la cual no puede ser una,
ni estar estable ni queda
en una cosa”

• Brevedad de la vida: Es otro de los temas comunes de la Edad Media. Está presente, principalmente, en las 13 primeras coplas. En ellas habla de lo deprisa que ésta pasa y de lo atentos que debemos estar, dada nuestra condición de mortales.

“...contemplando
cómo se pasa a vida,
cómo se viene la muerte
tan callando...”

• Vanidad de los placeres mundanos y menosprecio del mundo: Estas son otras de las características de las obras de la Edad Media, consecuencia clara del teocentrismo, y que podemos ver reflejas en el siguiente fragmento:

“Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos
las perdemos...”

• Vida terrenal y vida sobrenatural: Sólo de estas dos vidas se hablaba en la Edad Media: la terrenal, considerada como un valle de lágrimas y el camino que el hombre tiene que recorrer para ganarse el cielo; y la sobrenatural (tras la muerte). Ambas podemos observarlas en las coplas 35 y 36.

“...que la otra temporal
perecedera”

“El vivir que es perdurable...

6.- Rasgos renacentistas de la obra

El principal rasgo renacentista es la existencia de una tercera vida que no aparecía durante la Edad Media. El Renacimiento acentúa la necesidad de merecer en esta vida alguna gloria, la fama del hombre que después de muerto deja tras de sí. Este nuevo concepto de la época aparece en algunas de las Coplas de Manrique. Así, en la copla 35 se refiere a la vida de la fama:

“...pues otra vida más larga
de fama tan gloriosa
acá dejáis...”

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A MI HONORABLE PADRE. 19/05/08

A mi honorable padre.

Me encuentro en una situación difícil, pero cómoda. Es como si flotara en el espacio de los recuerdos. Todo sabe a recuerdos, todo son momentos vividos. Si camino, recuerdo; si pienso recuerdo más intensamente; si tomo cerveza, recuerdo instantes que compartimos; si voy a la compra, él siempre está presente. Todo lo que hay a mi alrededor me recuerda a él. Sueño con su presencia. Fue una persona muy importante en mi vida y para mi vida. Le dije millones de veces que lo quería y eso me reconforta sobremanera. Ahí ando, en estos senderos me encuentro. En alguna ocasión, los lagrimales vierten alguna gota de dolor. Sigo viviéndolo mucho más intensamente que cuando me regalaba su presencia.
Fue un hombre bueno, un buen hombre. Íntegro hasta la exageración. Honesto hasta hacer de la honestidad misma su modo de vivir. Paciente como el mejor chacal que espera el movimiento de su presa para capturarla, él para ayudarla. No tenía palabras de más, las que usaba se llenaban de esperanza y de emoción contenida. Lo quise hasta la profundidad del alma compartida y amiga. Tuve poca comunicación con él en los últimos años porque se apagaba su intelecto y, a la vez, su generosidad de coloso humano.Todo huele a él; todo sabe a él; todo suena a él. A él. A él mismo.

Siempre te recordaré, siempre te querré querido papá.

IN MEMORIAM - Tu hijo Josemari.


A MI MADRE

A MI MUSA

¿Y ahora qué? Ya no estás a mi lado.
Tu presencia se deshace tal el hielo
en fuego, se fija como una obsesión
que me llena y me llega y me yaga
en tremendos nubarrones irónicos
que deshacen amapolas de sueño.
Ese sueño sutil y estremecedor
de tu voz, de tu sonrisa,
de tus tranquilizadoras manos,
alentadoras de sueños.
¡Dímelo al oído cuando estés!
Dime que quieres aunque sea un susurro mío,
un agradable abrazo mío, tal vez
un espontáneo beso mío.
¡Dímelo cuando estés!
Dime que el sueño sueña,
dime que el amor ama,
dime que sin llorar lloras,
dime que no podemos hacer nada, ya
dime que me quieres.
¡Dímelo mamá cuando estés!
Te quiero, quise y querré, a morir, planeta de mis sueños.

LA MISIÓN DE EDUCAR

Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca. Hay que medir, pesar, equilibrar... y poner todo en marcha. Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, que ese inexperto barco mientras uno lo trabaja, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hasta islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. Manuela Fernández

PARA MI VIDA, PARA TI.


PARA MI VIDA, PARA TI.

Amor, azucena celestial,
que nada entre espumosas olas,
¿por qué no me dices que me quieres?
¿por qué no colocas tu dulce,
perfume entre caracolas?
Dime amor, huele mi perfume,
ama mi instante, sueña con
tu sombra, con tu recuerdo,
inventa la estrella, ama el infinito
exhala perfumes inquietos
y dormidos silencios de placer.
¿Por qué no me dices que me quieres?
Hambre de mis venas,
Elegíaca amaca,
Luz de mis luces,
Entrada de mis penas,
Novela sin escribir,
Amor de mi vida.
¿Qué quieres que te diga más?
¿Qué? ¿Qué sueñas?

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