lunes, 30 de octubre de 2023

Los vaivenes del Nobel

 Con frecuencia, los Nobel son objeto de polémica, como ocurrió con el galardón a un cantautor como Bob Dylan. Cuando Fosse aún no era Nobel tenía opiniones sobre ello: “Fue una cosa loca. He traducido a John Ashbery al noruego y pensé en él. ¿Cómo podían dárselo a Dylan y no a Ashbery? No lo comprendo. Luego Ashbery murió, así que ya no lo ganará. Hay algo que está mal. Dylan tiene canciones maravillosas y Mr. Tambourine Man es gran poesía en forma de letras de canciones. Pero es mucho mejor cuando lo escuchas cantado que cuando lo lees, y la clave para mí es que si esto es un premio de literatura en el sentido estricto, ¿por qué no Ashbery?”.

El año pasado ganó la francesa Annie Ernaux; se reconocía así una carrera larga no siempre valorada, debido al gusto de la autora por lo autobiográfico (o la autoficción). Las controversias a veces se dan por el género literario que se premia (como la autoficción, el reporterismo, en el caso de Svetlana Aleksiévich, y hasta la canción, en el caso de Dylan), como por el origen del premiado, algunas veces lejano (desde el punto de vista eurocéntrico). Autores como el chino Mo Yan o el tanzano Abdulrazak Gurnah resultaban desconocidos para la mayoría de lectores occidentales.

En cuanto al género (no el literario, sino el identitario), si bien durante el siglo XX el premio estuvo totalmente descompensado a favor de los hombres, como era el signo de los tiempos, en los últimos años se ha equilibrado: el palmarés parece fluir acorde a cada época. Con este galardonado van 103 hombres y 17 mujeres. En el último decenio lo han ganado cinco mujeres y cinco hombres, completa paridad. Desde 2017, cuando ganó Kazuo Ishiguro, ha habido alternancia de género a cada año. Esta vez tocaba hombre y ganó hombre. Fosse era uno de los nombres que más sonaban en las quinielas, y acertaron; otros de los nombres más probables eran la china Can Xue, el australiano Gerald Murnane, la canadiense Anne Carson o la rusa Liudmila Ulítskaya. A pesar de todo, Fosse no está muy interesado en la literatura contemporánea, declaraba en 2019 a este periódico. Prefería leer teología. “Me encantaría ser un cura, creo”.

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A MI HONORABLE PADRE. 19/05/08

A mi honorable padre.

Me encuentro en una situación difícil, pero cómoda. Es como si flotara en el espacio de los recuerdos. Todo sabe a recuerdos, todo son momentos vividos. Si camino, recuerdo; si pienso recuerdo más intensamente; si tomo cerveza, recuerdo instantes que compartimos; si voy a la compra, él siempre está presente. Todo lo que hay a mi alrededor me recuerda a él. Sueño con su presencia. Fue una persona muy importante en mi vida y para mi vida. Le dije millones de veces que lo quería y eso me reconforta sobremanera. Ahí ando, en estos senderos me encuentro. En alguna ocasión, los lagrimales vierten alguna gota de dolor. Sigo viviéndolo mucho más intensamente que cuando me regalaba su presencia.
Fue un hombre bueno, un buen hombre. Íntegro hasta la exageración. Honesto hasta hacer de la honestidad misma su modo de vivir. Paciente como el mejor chacal que espera el movimiento de su presa para capturarla, él para ayudarla. No tenía palabras de más, las que usaba se llenaban de esperanza y de emoción contenida. Lo quise hasta la profundidad del alma compartida y amiga. Tuve poca comunicación con él en los últimos años porque se apagaba su intelecto y, a la vez, su generosidad de coloso humano.Todo huele a él; todo sabe a él; todo suena a él. A él. A él mismo.

Siempre te recordaré, siempre te querré querido papá.

IN MEMORIAM - Tu hijo Josemari.


A MI MADRE

A MI MUSA

¿Y ahora qué? Ya no estás a mi lado.
Tu presencia se deshace tal el hielo
en fuego, se fija como una obsesión
que me llena y me llega y me yaga
en tremendos nubarrones irónicos
que deshacen amapolas de sueño.
Ese sueño sutil y estremecedor
de tu voz, de tu sonrisa,
de tus tranquilizadoras manos,
alentadoras de sueños.
¡Dímelo al oído cuando estés!
Dime que quieres aunque sea un susurro mío,
un agradable abrazo mío, tal vez
un espontáneo beso mío.
¡Dímelo cuando estés!
Dime que el sueño sueña,
dime que el amor ama,
dime que sin llorar lloras,
dime que no podemos hacer nada, ya
dime que me quieres.
¡Dímelo mamá cuando estés!
Te quiero, quise y querré, a morir, planeta de mis sueños.

LA MISIÓN DE EDUCAR

Educar es lo mismo que ponerle un motor a una barca. Hay que medir, pesar, equilibrar... y poner todo en marcha. Pero para eso uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta, y un kilo y medio de de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, que ese inexperto barco mientras uno lo trabaja, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hasta islas lejanas. Soñar que cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada. Manuela Fernández

PARA MI VIDA, PARA TI.


PARA MI VIDA, PARA TI.

Amor, azucena celestial,
que nada entre espumosas olas,
¿por qué no me dices que me quieres?
¿por qué no colocas tu dulce,
perfume entre caracolas?
Dime amor, huele mi perfume,
ama mi instante, sueña con
tu sombra, con tu recuerdo,
inventa la estrella, ama el infinito
exhala perfumes inquietos
y dormidos silencios de placer.
¿Por qué no me dices que me quieres?
Hambre de mis venas,
Elegíaca amaca,
Luz de mis luces,
Entrada de mis penas,
Novela sin escribir,
Amor de mi vida.
¿Qué quieres que te diga más?
¿Qué? ¿Qué sueñas?

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